Hay que educar para y en la diversidad e ir construyendo una sociedad para vivir en paz
Reflexionando sobre el marco que conforma la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana, se encuentran elementos que sin duda tiene que fomentarse en la educación pública, más allá de la ideología en la cual se asientan las propuestas de política pública de los gobiernos en turno, porque cada vez más en la sociedades a nivel global y en la nuestra en particular, se siguen reproduciendo formas que excluyen e invisibilizan a los otros, generadas a partir de la explotación, el control del trabajo, las relaciones de género e inclusive, en los procesos escolarizados.
Uno de los ejes articuladores que se plantean para interrogar a la realidad es el del pensamiento crítico: “un proceso amplio de formación dirigida a la justicia social, en donde los saberes y conocimientos de las y los estudiantes son movilizados para plantear preguntas, elaborar proyectos y desarrollar una conciencia crítica de cómo las dimensiones interdependientes de la vida de las personas responden a fenómenos históricos y estructurales que le impactan directa o indirectamente en su vida familiar, escolar y comunitaria” (SEP, 2022, p. 96), es decir, formar para desarrollar la capacidad en las niñas, niños y adolescentes NNA para interrogar la realidad y oponerse a la injusticia, la desigualdad, el racismo, el machismo, la homofobia etc.
Lo anterior, necesariamente se entrelaza con la necesidad de un aprendizaje como hecho histórico contextual vinculado directamente con la comunidad como eje articulador de los procesos educativos, que implica el análisis y la comprensión de la complejidad de su mundo inmediato, tomando en cuenta la manera en que las experiencias y las acciones de las personas actúan e influyen en lo que sucede a su alrededor.
Sin embargo, hay una gran interrogante de cómo se puede lograr lo anterior, porque la realidad es muy compleja, no todos vemos las cosas, los hechos, las personas de la misma manera, la vemos de acuerdo a nuestras propias experiencias, formación y sentimientos, donde nuestras habilidades, disposiciones y conocimientos, aunque están íntimamente relacionados, mantiene su carácter distintivo e individual.
El Pensamiento Crítico según Minte e Ibagón (2018), posibilita la comprensión de problemas complejos y la construcción de opiniones propias a la vez que habilita para decidir qué se acepta como válido y verdadero. Las situaciones que hoy enfrentamos, están caracterizadas por los graves y profundos problemas de corte político, justicia social y medioambiental, por lo que es necesario educar a nuestros estudiantes a partir de metodologías, estrategias y herramientas que les ayuden a pensar de forma crítica lo que es posible hacer a partir de la realidad en la que viven, lo que pueden observar y vivir desde sus contextos para que critiquen de forma constructiva los sistemas, los comportamientos y las jerarquías existentes, pero que al mismo tiempo, exploren estrategia de cambio y las pongan en acción.
Pero para empezar el camino, hace falta acercarse a diversas herramientas detonadoras de nuevas prácticas educativas que visibilicen otras formas de entender el mundo, construyéndolas desde la propia visión de las y los alumnos y desde su contexto, sin los sesgos interpretativos de los parámetros de los maestros, ya que, en su mayoría, hemos sido formados para ver el mundo y su realidad de manera homogénea. Si realmente se busca transformar los procesos de pensamiento para generar y consolidar interaprendizajes, es necesario insistir en la formación de los docentes.
Propuestas hay muchas, basadas algunas en la educación intercultural que sugieren estrategias inclusivas, como las investigaciones de María Bertely (2017) donde se habla de “mapas vivos” que facilitan a los miembros de una comunidad identificar y compartir los valores y posicionamientos políticos que emergen de la vida cotidiana; los trabajos del proyecto colaborativo de “Milpas Educativas” que hace referencia a los espacios educativos del territorio socio cultural de una comunidad, en donde tienen lugar las actividades sociales y productivas pedagogizadas que generan aprendizajes para el buen vivir (Santorello, 2016).
Participé en un proyecto latinoamericano denominado “Nuestra Escuela Pregunta su Opinión” (NEPSO), donde se asocia la metodología de la encuesta –que corresponde a la tarea principal de Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística IBOPE– a la formación en investigación social y al logro de aprendizajes, tanto para los docentes, los estudiantes y las comunidades locales e indígenas a partir del desarrollo en la praxis social y educativa, participativa y transformadora que coloca a los NNA como sujetos principales de su propio proceso de aprendizaje.
En un mundo caótico, donde las certezas se van derrumbando, todas y todos debemos ejercitar nuestro pensamiento crítico, para comprender lo que Maffesoli (2023) llama “el cambio de época”, donde y tomando en cuenta lo que sucede en Francia, se está transitando del ideal democrático al ideal comunitario, donde lo que está en juego en la forma en la que toman cohesión las sociedades occidentales, donde ya no se excluye al tercero, al diferente, donde la convivencia menos conflictiva es posible entre varias comunidades, donde se hace visible que las experiencias y las acciones de las personas actúan e influyen en lo que sucede a su alrededor.
Ya no más NNA que en el contexto escolar sean discriminados y excluidos por ser autistas, tener Síndrome de Down, por ser migrantes, indígenas o afrodescendientes, hay que educar para y en la diversidad, lo que implica interrogar a la realidad sistemáticamente e ir construyendo una sociedad justa si nuestro propósito final, es vivir en paz.
Referencias
Bertely, M (2017). Simposio de la Escuela a la Milpa Educativa: Tensiones y negociaciones intra e interculturales en la gestión y desarrollo de un proyecto educativo para el buen vivir. México.
Maffesoli, M. (2023). Lo que está en juego en Francia es la forma que toma la cohesión social. Diario el espectador, 8 de julio.
Minte-Münzenmayer, A. y Ibagón-Martín, N J. (2018). Pensamiento crítico: ¿competencia olvidada en la enseñanza de la historia? Entramado, 13(2), pp. 186-198. doi: http://dx.doi.org/10.18041/entramado.2017v13n2.26228
Sartorello, S. (2016). La co-teorización intercultural de un modelo educativo en Chiapas, México. Quito: Editorial Abya-Yala