Después de ser aprobada la mal llamada Reforma Educativa y las leyes secundarias que de ésta se desprendieron, muchas cosas han pasado en el Sistema Educativo Mexicano (SEM). Algunas, se pensaba, traerían grandes beneficios para los millones de niños y jóvenes que a diario acuden a los miles de centros educativos a recibir sus clases. Según se dijo, estábamos ante una gran “revolución” educativa: el SEM contaría con los mejores maestros y maestras y para ello, su ingreso, se daría conforme a un concurso de oposición; además, se evaluaría el desempeño de los maestros de México, vaya del magisterio por completo; se prometió que cada docente evaluado contaría con un tutor para que, en caso de resultar insuficiente en ese “brillante” examen, éste último colaboraría en la formación del profesor evaluado; se pronunció hasta el hartazgo, que el mérito sería la forma a través de la cual se reconocería la labor de los maestros; en fin, todo eso se dijo y se prometió pero… ¿qué ha pasado?
El sexenio ha transcurrido y, por debajo del agua – muy por debajo –, cientos de problemas se viven a diario en cada una de las Secretarías de Educación Pública de los estados. Éstos, van desde la falta de lugares para aquellos que concursaron por una “plaza” para el ingreso al SPD, hasta el otorgamiento de los méritos prometidos. Basta con darse una vuelta por cada una de esas dependencias o a sus respectivas áreas de Relaciones Laborales y/o de Recursos Humanos para darse cuenta de que, en materia laboral, esos barcos tienen un gran “agujero”.
¿Cuántos de los aspirantes que presentaron el examen para el ingreso al SPD siguen esperando turno dado el lugar que obtuvieron en las listas de prelación y en los que resultaron “idóneos” pero no han sido ubicados porque no hay suficientes recursos o los lugares no están “disponibles”?, ¿de cuántos casos no nos hemos enterado de que varios de esos aspirantes fueron “brincados” para darles el lugar (que les correspondía) a otro u otros que estaban más abajo en la lista de prelación en el concurso en el que ambos participaron?, ¿cuántos de éstos aspirantes no habrán sido obligados a firmar una renuncia a la plaza obtenida en dicho concurso porque el lugar al que fueron asignados se encontraba a dos o tres horas de su residencia y el “contrato” refería la obtención de cuatro o seis horas de servicio que, en los hechos, no le significaría un ingreso por los gastos que le generaría tan solo su traslado? Preguntas y más preguntas, y… ¿las respuestas?
Ahora bien, si esto no fuera suficiente, habría que preguntarse ¿qué es lo que ha pasado con aquellos docentes que fueron evaluados en su desempeño o bien para promoverse? Dos asuntos que, aunque parecen ser diferentes, conllevan una similitud: la falta de presupuesto para la designación de un tutor o bien para la promoción referida.
¿No acaso la LGSP estipula que los profesores que serían evaluados, ya sea en su desempeño y/o promoción, contarían con lo que la misma ley estipula?, ¿sabe usted cuántas demandas enfrenta la Secretaría de Educación Pública (SEP) dado el incumplimiento a las disposiciones que el legislativo aprobó y el gobierno promulgó? Bien se dice que del dicho al hecho hay mucho trecho, y es cierto.
Hoy día, varios aspirantes y/o docentes están pasando por alguna de las situaciones que he descrito con anterioridad a través de las preguntas que he formulado y, para acabarla de amolar, muy pocos han sido atendidos por quién, en el papel, debería resolver sus inquietudes, sus necesidades, sus intereses.
No obstante esta situación, el recién nombrado Secretario de Educación, Otto Granados, se ha volcado con todo para seguir impulsando esa reforma educativa y el modelo que de ésta se desprendió, confirmando por un lado que, la política gubernamental no admite una postura diferente a la que desde el centro emana y, por el otro, lo que en su momento Gil Antón y otros colegas afirmaron: (en materia educativa) primero se pavimentó el piso y después se metió el drenaje; pero, ¿por qué afirmo esto? Dese cuenta, a pesar de que han sido muchas las voces que han señalado las problemáticas que vive el SEM en materia de ingreso y promoción, de evaluación al desempeño docente, y de los resultados que éstos han traído consigo en dicho Sistema, no se ha hecho mucho que digamos para subsanar las deficiencias manifiestas; es más, como seguramente se habrá dado cuenta, se ha promovido en demasía la capacitación en línea sobre el modelo educativo pero, en los hechos, cientos de mentores no han podido acceder a esos medios digitales para registrarse. ¿Se imagina lo que pasará más adelante cuando miles de profesores quieran acceder a esa capacitación en línea?
¿Cómo se espera que el magisterio conozca a fondo el planteamiento curricular que a partir de agosto se pondrá en marcha si los medios a través de los cuales se capacitará a los docentes son inoperantes?, ¿por qué no se contempla otra estrategia a través de la cual se capacite a los profesores?, ¿cuál es el papel en este rubro de las escuelas normales, los centros regionales de maestros, los centros de actualización del magisterio y los institutos de profesionalización del magisterio en cada uno de los estados?
La estrategia, fallida, como lo es, no encuentra explicación desde el plano legal que está estipulado en la LGSPD; es más, de qué legalidad estamos hablando si para acabar pronto, es misma ley enfrenta hoy día serios cuestionamientos por su inaplicabilidad dados los constantes problemas que se viven en los estados. Problemas “hormiga” si usted gusta, porque éstos no se visualizan del todo por múltiples razones, por ejemplo, por las posibles represalias de las que pueden ser objeto los mentores que se atrevan a denunciar tales hechos. Sin embargo considero, que el momento es propicio para reflexionar tales asuntos, desde diferentes ángulos, si usted gusta, porque si de por sí la educación que se brinda en el país está pasando por momentos difíciles dadas las políticas gubernamentales que se han desprendido de las internacionales y que han sido implementadas así, a bocajarro… ¿qué puede esperarse cuando se aplique el nuevo modelo educativo que de nuevo nada tiene?
Tiempo al tiempo.