Hace algunas semanas escribí que, en el contexto actual, no podemos dejar de lado lo que sucede en cuanto a los desplazados, refugiados y migrantes, tanto en nuestras comunidades, en el país y fuera de él, especialmente en lo que se refiere a la educación.
Desde el 2010, el Relator Especial de la ONU, especificó en su informe que todas las mujeres, hombres, los niños y niñas de todas las edades y orígenes sean migrantes, refugiados, solicitantes de asilo, apátridas, repatriados o personas desplazadas internamente tienen derecho a la educación. En el 2018, la Relatora Especial consideró dar seguimiento y solicitó a los Estados que garantizaran el acceso a una educación inclusiva de calidad en consonancia con el Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (PNUD, 2012).
A pesar de que ese informe se realizó hace más de diez años, las recomendaciones vertidas aún son vigentes, especialmente porque los daños para la niñez en todo el mundo, que siguen siendo afectada por movilizaciones de diversa índole, es irreparable. Aquí en nuestro país entre 2018 y 2021, por la política migratoria impuesta, los gobiernos de México y Estados Unidos han devuelto a sus países de origen a niñas y niños migrantes no acompañados, sin haber evaluado y previsto los enormes daños que esa acción les provoca, además de que las infancias migrantes no acompañadas no tienen acceso a procedimientos de asilo ni dentro de México ni en la frontera con los Estados Unidos (ONU, 2022).
UNICEF informó que el aumento de niños migrantes en México ha crecido desde el inicio del 2021, pasando de 380 a casi 3500 en tres meses y que la situación sin escolarización en El Salvador, Guatemala y Honduras es aproximadamente de once millones, lo que imposibilita el desarrollo de una infancia normal, donde exista el aprendizaje, cierta seguridad, rutinas y algo de esperanza.
Y la situación es grave a nivel global, porque no sólo es aquí o en Ucrania, donde la ONU declara que 7.5 millones de niñas y niños están en riesgo; también en Yemen, donde por el conflicto armado es necesario proteger a los niños y evitar que se comentan violaciones ante una realidad en donde se les recluta y utiliza a todos los niños como soldados y se les asesina y mutila.
Muchas personas, más de las que pensamos se mueven entre guerras o situaciones estructurales de violencia e inseguridad en sus países de origen, por eso, los movimientos poblaciones adoptan diferentes formas y diversas direcciones, algunos establecen complejas relaciones en diferentes lugares distantes con entornos sociales y culturales diversos , lo que provoca un choque con la concepción moderna de que los ciudadanos y sus derechos son realidades vinculadas a Estados nacionales donde los derechos se dan por nacimiento o por naturalización, sin tomar en cuenta que los derechos son universales.
Es complejo contar con datos precisos sobre la gran cantidad de problemáticas existentes, por la naturaleza misma de la migración y a los desafíos que se presentan. Uno de los factores de mayor peso es que en general, las leyes a nivel global condenan a la ilegalidad a quienes no cuentan con la documentación necesaria para ingresar a un país determinado y se presta poca atención a la situación de los derechos educativos de los migrantes, refugiados, desplazados y solicitantes de asilo, afectando de manera irreparable a la niñez que vive en esa condición.
Referencias
Muñoz, V. (2010) El derecho a la educación de los migrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo. Informe del Relator Especial sobre el Derecho a la Educación, ONU.
ONU, (2022) Noticias ONU. Mirada global. Historias humanas https://news.un.org/
PNUD (2012) Objetivos de Desarrollo Sostenible. México. https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/sustainable-development-goals.html
UNICEF (2021) Las niñas y niños en Ucrania.