Es indispensable la revisión constante de los planes y programas de estudio para mejorar la relación del hombre con su entorno, lo que permitirá fortalecer la educación ambiental en las aulas, afirmó Blanca Estela Gutiérrez Barba, especialista del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En este sentido, la investigadora señaló que esta rama es un campo emergente que se construye permanentemente con la participación de instituciones, docentes y alumnos, pero se tiene que enriquecer mediante diversas acciones de concientización sobre el cuidado ambiental, el educare (darle al sujeto opciones) y educere (formular preguntas hasta que haya una respuesta).
Al dictar la ponencia “¿Tiene la educación ambiental, personalidad pedagógica propia?”, en el marco de conferencias organizada por la Coordinación Politécnica para la Sustentabilidad, la científica manifestó que también se requiere que la biología y la ecología se recuperen como una nueva perspectiva para que se mejore la relación del ser humano con su entorno.
Indicó que la educación ambiental es objeto pedagógico que estudia la relación que guarda el sujeto con la tecnología, sociedad y biodiversidad, entre otras. La corriente naturalista (1971) considera que la naturaleza es un principio único y la sociedad se compone de aspectos biológicos, sociales y psicológicos; las economías globales se basan en estos recursos, lo que nos lleva a reflexionar sobre las costumbres, creencias y valores entorno a este tema.
Por último, Héctor Mayagoitia Domínguez, Coordinador Politécnico para la Sustentabilidad, sostuvo que a través de los Centros de Educación Continua (CEC) y de los Centros de Investigación de Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) establecidos a lo largo del territorio, el Instituto mantiene su compromiso de apoyar a sus comunidades en beneficio de la población.