Incertidumbre, enojo, indignación y desilusión, fueron algunos de los sentimientos entre la mayoría de los profesores que realizaron su examen el pasado domingo 12 de julio en la Secundaria Técnica 14, en la Colonia Del Valle, una de las sedes en la Ciudad de México para quienes buscan un espacio como docente en el nivel superior.
Cuando transcurrían más de 4 horas del inicio del examen de evaluación para ingreso a nivel básico, falló el sistema, se cerró la ventana de aplicación del examen sin saber si esos avances se pudieron guardar.
“Hubo una pequeña falla en el nodo del sistema, pero es la única escuela en la que pasa. Ya lo pudimos resolver”, comentó a los pocos reporteros que asistimos, uno de los coordinadores de la aplicación del examen.
Conforme transcurría la jornada, la angustia, incertidumbre y cansancio se hacían notar en los profesores, quienes apenas tenían 45 minutos para poder comer y tratar de relajarse un poco.
Para Janeth Hernández, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, este proceso es un completo desatino por diversas circunstancias: no existen las suficientes plazas docentes para todos los que hayan tenido buenos resultados en las evaluaciones; los contenidos de los exámenes no abordan temáticas correspondientes a lo aprendido en las aulas, sino a elementos que se aprenden con la práctica y el ámbito laboral; el proceso de registro es complejo y el tiempo y forma de aplicación es muy tedioso.
“Me hace dudar completamente de la carrera que he estudiado”, reconocía.
Para la profesora Martha Macedo, este proceso no está adecuado a la realidad que se vive en las aulas, ni apegado al contexto de cada entidad.
“Es una evaluación muy distinta a lo que sabemos, estudiamos y vivimos”, explicaba.
Para Olivia Colín, esta nueva modalidad digital representa un gran desgaste físico y emocional, pues, considera, es mucho más complejo estar varias horas frente a la computadora.
Además, señala que el tiempo de aplicación y el número de preguntas son muy largos, por lo que recomendaría disminuirlas.
Al salir los profesores, se dijeron abrumados y cansados. Ciertamente, fueron pocos los profesores que se animaron a platicar un poco con los medios de comunicación.
Durante el proceso, Ramiro Álvarez Retana, Coordinador Nacional del Servicio Profesional Docente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), señaló que, de los participantes registrados a funciones docentes, 28 mil 288 participan para nivel preescolar; 43 mil 802, para primaria; 44 mil 829, para secundaria; 10 mil 372, para telesecundaria; 11 mil 986, para educación especial; 190, para educación básica adultos; 205, para misiones culturales, y 9 mil 991 para educación física.