Ante las críticas que generara el estudio realizado por el Instituto Mexicano de la Competitividad, en relación con el salario del magisterio en el país, tanto entre gobernadores como en la misma SEP, el director general del Imco, Juan Pardinas, dejó en claro que los datos que utilizó el organismo para hacer el comparativo son los que aportan los propios estados de la República a la autoridad federal.
La constante en la información recabada, afirmó Pardinas en entrevista con Grupo Imagen, la falta de transparencia y de homologación en los sistemas administrativos de educación, ya que cada entidad federativa tiene sus propios criterios, lo que lo convierte en un “sistema administrativo anárquico.”
Tenemos de chile, mole y pozole; es decir un sistema un poco anárquico, porque cada estado tiene ciertos tabuladores distintos de salarios para maestros, con 500 diferenciales y márgenes entre un rango y otro entre antigüedad, grado, etc”, señaló.
Agregó que “lo que encontramos fue una serie de documentos que agrupaban a todos estos tabuladores y lo que hizo el Imco fue sacar la base de datos agregada de las nóminas, sistematizarla, hacerla más clara”.
A esto, apuntó, hay que sumarle la falta de transparencia por parte de las entidades federativas respecto del manejo de su nómina magisterial, pues, aseguró Pardinas, “en algunos casos tuvimos poca transparencia, porque los estados entregaron la información a medias, con errores y márgenes diferentes y en algunos casos, como en Baja California, se negaron a entregar cualquier dato”.
Insistió en que “lo que nosotros hicimos fue utilizar los datos que ofrecieron los estados, intentando explicar, a veces de la manera no más deseable, cómo se les paga a los maestros”.
Sin embargo, el director general del Imco dejó en claro que el estudio “no buscaba afectar la reputación del magisterio”, al recalcar que “lo que hicimos fue presentar evidencias de las disparidades contables, de la forma en que se maneja la nómina, pero no era un estudio que buscara afectar la reputación del magisterio”.
Al contrario, dijo, “era una forma de exigir transparencia y que se les debe pagar bien a los maestros, por lo que son ellos los primeros que agradecen el que se exponga cómo se usan los recursos en la educación.”
Lo que hicimos fue exigir la información de cómo se maneja la nómina el magisterio, para terminar con el manejo que se le dio durante 80 años, de “secreto de Estado”, dijo…
Nota completa en: Excélsior