La Cuarta Transformación está en todo su esplendor, y hay quienes han lanzado campanas al vuelo pronosticando una mejora sustancial en la educación que se imparte en México. Claro, la llegada de López Obrador a la Presidencia de la República, y el que Esteban Moctezuma haya llegado a ocupar la silla que alguna vez fue ocupada por Vasconcelos, da para eso y más. Sin embargo, ese ánimo transformador, reformador y lleno de esperanza, desde mi perspectiva, debe tomarse con cautela porque, tal y como lo hemos visto en estos días, la llegada del tabasqueño al poder y de Moctezuma Barragán a la Secretaría de Educación Pública (SEP), no necesariamente indica que ipso facto, habrá un cambio radical en el Sistema Educativo Mexicano (SEM). Me explico.
La mal llamada Reforma Educativa que fue aprobada con “bombos y platillos” en el 2013, sigue causando estragos en cientos de profesores que, hasta la fecha en que cierro estas líneas, viven un calvario en cada una de las entidades de la República Mexicana. Esto, por varias razones, pero destaco dos que me parecen fundamentales para comprender la complejidad que encierra el problema que dejó dicha reforma. Por un lado, tenemos las peripecias por las que han tenido que pasar, aquellos maestros y maestras que obtuvieron su “plaza” después de haberla obtenido tras participar en el concurso de Ingreso al Servicio Profesional Docente pero que, en los hechos, ésta no se les ha “asignado”, sencillamente porque en los estados, las Coordinaciones del Servicio Profesional Docente, conjuntamente con los Departamentos de Relaciones Laborales y/o de Recursos Humanos, no han podido “asignar” las plazas que los concursantes obtuvieron en los procesos de admisión que la misma SEP impulsó desde hace más de tres o cuatro años. ¿Las razones? Falta de presupuesto, disponibilidad de lugares, escases de jubilaciones, etcétera, etcétera, etcétera; no obstante, las verdaderas razones son otras; éstas tienen que ver con los pequeños “cacicazgos” o “virreinatos” que se han construido en esos Departamentos y en las Dependencias como tales, que hablan, no precisamente de una falta de presupuesto, de jubilaciones o de disponibilidad de lugares, se trata más bien, de una serie de “corruptelas” en las que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) está inmiscuido, así como también, la serie de “compadrazgos” y “amigos” de ciertos funcionarios, que no han cumplido con lo que estable la Ley General de Educación (LGE) o lo que mandata la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD).
Evidencia para sustentar mis dichos hay mucha; basta con voltear la mirada a las diversas Dependencias o en los medios de comunicación de los diferentes estados, para comprobar que docentes “idóneos”, siguen reclamando el lugar que les corresponde. Esto puede explicarse si consideramos un pequeño ejemplo: los datos nos dicen que en el periodo comprendido de 2014 a 2015, concursaron (ingreso) 181,521 aspirantes, de los cuales 69,499 resultaron idóneos, pero solamente se asignaron 34,750 lugares; en el periodo 2015-2016, participaron en el concurso 159,791 aspirantes, 74,068 resultaron idóneos, y solo se asignaron 40,737 plazas; en el 2016-2017, participaron 151,646 concursantes, y de éstos 84,905 resultaron idóneos, pero solo se dieron 26,536 lugares (SPD, 25/01/2018). ¿Puede usted comprender dónde quedaron esos 126,449 idóneos a los que no se les asignó una plaza que, conforme a la ley, obtuvieron a través de un concurso?, ¿qué hará el actual Secretario de Educación ante ello?, ¿cómo poder cumplir con lo que estipula la ley si, en las entidades, viven una “camarilla” de “servidores públicos” que han hecho sus grandes negocios con la educación de México? En fin.
Ahora bien, por lo que respecta al asunto de los pagos de los profesores que laboran en el SEM, tengo que dividir necesariamente este asunto en dos: uno, que se refiere a las consecuencias que ha traído el famoso “FONE” (Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo); y, por el otro, lo que esos profesores “idóneos”, han tenido que pasar a partir de que lograron obtener su plaza en lo que va de este ciclo escolar.
Por lo que respecta al primer caso, muchos profesores en servicio, han padecido las de Caín porque, por irregularidades que cometieron las autoridades educativas en cada uno de los estados de la República Mexicana, éstos, los profesores, no han sido reconocidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), aun cuando dichos maestros, tengan en su haber más de 15 o 20 años de servicio ininterrumpidos. Situación bastante complicada porque si bien es cierto que, en muchos casos, el gobierno del estado ha asumido los pagos de esos profesores (a través de programas y presupuesto como el de Escuelas de Tiempo Completo), la verdad de las cosas es que, al no estar reconocidos por la “Federación”, siguen padeciendo el lastre que conlleva “lograr” que dichos estados les paguen sus horas/clave/plaza laboradas. Caso concreto, en el Estado de Tlaxcala, del 2015 a la fecha, existen docentes de educación básica y superior (escuelas normales) que siguen padeciendo el lastre que comento (agendatlaxcala, 29/11/2018).
Por lo que respecta al segundo caso, el de los profesores idóneos que, hasta la fecha en que cierro estas líneas, no han cobrado ni un solo centavo (cuando llevan más de tres meses y medio de trabajo); la situación es similar o peor a la anterior, puesto que estos profesores, aunque ya tienen el nombramiento en sus manos, insisto, hasta la fecha, no han recibido ni un solo quinto por el trabajo realizado en preescolar, primaria, secundaria, vaya, en todos los niveles. ¿No es motivo de angustia y desesperación?, ¿puede entenderse la indignación que estos profesores viven día con día?, ¿puede comprenderse el pesar por el que atraviesan sus familias?
Caray, ciertamente el gobierno corrupto de Peña Nieto y compañía se han ido. Bien merecido lo tenían; sin embargo, este asunto, debe ser revisado y resulto a la brevedad posible por quienes han asumido el poder en estos días.
“Lanzar campanas al vuelo” no es malo, lo malo es que se lancen y no encuentren la forma ni el elemento que produzca el sonido. De ahí que me atreva a afirmar que, si bien es cierto que es necesario la cancelación de la mal llamada reforma educativa, también es cierto, que hay familias esperando que sus padres (profesores) lleven comida a casa, y perdón por el comentario, pero el hambre no espera.
Con negritas:
Quise titular de esta forma las ideas que le expongo en este texto con una sola intención: demostrar la innecesaria forma de clasificar a los maestros y maestras de México; hecho que se le atribuye al peñismo y al país que quiso construir Nuño y que en reiteradas ocasiones he referido: Nuñolandia. Esperemos que, con este nuevo gobierno, jamás se haga una distinción de este tipo en el magisterio mexicano, pues en tan noble profesión, no existen maestros de primera ni de segunda. Es maestro o maestra, y punto.
Referencias electrónicas:
- AgendaTlaxcala. Noticias del Altiplano. Se manifiestan docentes normalistas, acusan anomalías. Recuperado de: https://www.agendatlaxcala.com/2018/tlaxcala-capital/se-manifiestan-docentes-normalistas-acusan-anomalias