Javeria Salman / The Hechinger Report
Este texto fue escrito para The Hechinger Report, un medio de comunicación apartidista y sin fines de lucro dedicado a la educación
No hay duda de que la inteligencia artificial alterará fundamentalmente cómo operan las aulas. Pero, ¿cuánta instrucción impulsada por bots es demasiada? Conversé con Chris Berdik, colaborador de Hechinger, sobre su reciente artículo, copublicado con Wired, que explora estos temas y cómo algunas escuelas están implementando asistentes de IA en el aula.
P: ¿Por qué quisiste explorar esta cuestión de cómo y de qué manera la IA puede reemplazar a los maestros?
Desde las primeras entrevistas exploratorias que hice sobre este tema, me sorprendió saber cuán profunda es la historia de la IA tratando de enseñar. Hay tanto bombo (y pesimismo) en torno a la IA generativa actualmente -y es realmente notable y poderosa-, pero pone las cosas en perspectiva saber que la gente ha intentado utilizar la IA para enseñar durante muchas décadas, con resultados bastante limitados al final. Entonces, escuché la historia de Watson, un motor de IA que rápidamente y con facilidad derrotó a campeones de “Jeopardy!” (un popular programa de TV en Estados Unidos, nota de EF), pero no pudo desempeñarse como tutor. Claramente tenía el conocimiento necesario a su disposición. ¿Qué no tenía? Si superábamos el bombo de la última IA generativa, ¿podría reunir ese componente pedagógico crítico que le faltaba a Watson? Y, finalmente, si la respuesta era no, ¿cuál era entonces su mejor uso en el aula? Esos fueron mis puntos de partida.
P: ¿Qué tan reacios o ansiosos estaban maestros como Daniel Thompson, cuya aula visitaste, de usar asistentes de IA?
Thompson era cautelosamente optimista. De hecho, tenía muchos deseos de utilizar la herramienta, precisamente porque podía hacer que las otras aplicaciones y multimedia que usaba fueran menos engorrosas, y que navegar por ellas fuera menos difícil. Pero Thompson hizo algunas pruebas rápidas de estrés del asistente, pidiéndole que respondiera preguntas sobre los equipos deportivos locales de Atlanta que no tenían nada que ver con su currículo, verificando los límites al pedirle que compusiera un mensaje falso despidiendo a un colega. El asistente rechazó esas solicitudes, demostrando una vez más que ocasionalmente lo más útil que puede hacer la IA es decirnos suavemente que hemos pedido demasiado de ella.
P: Escribiste que los estudiantes no estaban interesados en interactuar con IBM Watson. ¿Por qué no?
Como más de una fuente me explicó, el proceso de aprendizaje incluye momentos de desafío y fricción, que pueden ser tareas arduas pero que a menudo están en el corazón de lo que significa aprender, reflexionar sobre ideas, realmente crear, encontrar su propio camino hacia la comprensión. Y creo que los estudiantes (como muchos de nosotros) ven la IA como una herramienta que puede encargarse de algunas tareas tediosas, que consumen tiempo o son aburridas en nuestro nombre. Por lo tanto, se necesitará mucho más para que la IA involucre a los estudiantes cuando su trabajo sea guiarlos a través de la fricción del aprendizaje en lugar de ser solo una vía de escape de ella.
P: A medida que más de estas herramientas ingresen al aula este año escolar, ¿qué estarás observando?
Puede que tenga un interés algo esotérico en lo que sigue con la IA en las aulas. Personalmente, estoy muy interesado en cómo las escuelas manejarán la alfabetización crítica en IA, donde tanto los estudiantes como los educadores dediquen tiempo y recursos a pensar críticamente sobre qué es la IA, las cosas maravillosas que puede hacer, e, igualmente importante, lo que no puede o no debería hacer en nuestro nombre.