Humanismo a la mexicana en la 4ª T

Alejandro Moreno Lozano

Alex Octavio Moreno Miranda

En la política actual mexicana, se pugna por un humanismo social, que pretende por lo menos en el discurso, que la mayoría de los ciudadanos gocen de equidad y para garantizarlo, el Estado está obligado al respetar y garantizar los Derechos Humanos políticos y sociales con la idea fundamental del significado de ciudadano como un ser “que es propietario de sí mismo”.

La postura del humanismo, rebasa la idea de mercado que implica la imagen de que todo puede ser puesto como mercancía, incluso el mismo ser humano. La producción de riqueza por la mercadería con distintos productos del orden material ya sea de manera tradicional o mediados por las tecnologías, son generadores de una partida que ingresan a las arcas del estado bajo el rubro de recaudación fiscal que representa un porcentaje de la riqueza generada por la población activa, lo cual es distribuida como nunca antes entre algunos sectores de la población en el marco de los llamados “Programas para el bienestar”.

Dentro de los programas del bienestar se encuentran “Pensión para el bienestar de los adultos mayores”, “Sembrando Vida”, “Jóvenes construyendo el futuro”, “Beca para el Bienestar Benito Juárez de Educación Básica”, “Beca para el bienestar Benito Juárez para la educación media superior”, Beca para el bienestar Benito Juárez para la educación superior”, “Pensión para el bienestar para las personas con discapacidad”, “Programas para el bienestar de niñas y niños, hijos de madres trabajadoras”, “La escuela es nuestra”, “Producción para el bienestar” “Programa de apoyo para el bienestar de pescadores y acuicultores” “Fertilizantes para el bienestar”, “Por una mejor vivienda” y “Programas para el bienestar, precios de garantía”.

Tan sólo para el programa de “Pensión para el bienestar de los adultos mayores” se beneficiaron según las cifras oficiales del gobierno con corte marzo-abril y mayo junio de 2024 a 12,117,166 mil personas, con una inversión de 465, 048 millones de pesos y para la “Pensión para el bienestar para las personas con discapacidad” se destinaron 27, 860 millones, los cuales se distribuyeron entre 1,482,451 personas con alguna característica física o intelectual que las distingue significativamente de las demás. Con estos dos programas, se puede observar el cambio de paradigma, prefiriéndose ver la aplicación de recursos como una inversión entre las clases más desfavorecidas.

Derivado de la velocidad del crecimiento de la población y envejecimiento de gran parte de esta y la aglomeración en los principales desarrollos industriales, se hizo necesario el diseño de políticas económicas y sociales que ayudaran a sus integrantes a superar con mayor eficacia su condición de desventaja o, a pasarla de la mejor manera, tal como es el caso de las personas añosas o con alguna discapacidad.

Tan solo en el rubro educativo con el programa de las Becas Benito Juárez para todos los niveles ascendió a 80 mil millones de pesos, beneficiando a 12.5 millones de estudiantes, para apoyar la inversión del gasto que ellos o sus padres hacen mientras se preparan dentro del sistema educativo mexicano del sector público, en alguna área del quehacer humano. Otro programa dentro de la partida educativa es el de “La escuela es nuestra” el cual atiende a 172, 779 escuelas con un presupuesto acumulado que va de 2019-2024 de 27, 185 millones de pesos.

Pasar de concebir al ser humano solo como un ente biológico y pensarlo como el artífice de su destino mediante el otorgamiento de los recursos que pueden contribuir en algo para alcanzar el máximo logro del que es capaz o, dicho con otras palabras: del máximo grado de perfeccionamiento, se entiende como la mejor forma de operar la visión humanista del actual gobierno del Lic. Andrés Manuel López Obrador que está concluyendo. Lo esperable es ver concretadas estas aspiraciones en la disminución de la deserción escolar, aumento en las tazas de empleo y mejora de calidad de vida de las personas beneficiadas.

El efecto de la desamortización de lo humano como mercancía y el uso que le da el Estado con su nueva forma de hacer política social al invertir en lo que antes no se consideraba redituable: las clases oprimidas, violentadas y olvidadas históricamente, se ha transformado en el baluarte con el cual la llamada cuarta transformación presenta su bandera del cambio.

La ayuda a los más necesitados es una frase usada con frecuencia por el presidente, el cual le imprime a su gestión una secularización de las formas provenientes de otros discursos como la cristiana, sobre todo cuando de ayudar a los que se encuentran en alguna condición de vulnerabilidad. Con ello parece que tratara de dar un tipo de respuesta a la exigencia de ayuda que les permita superar “su estricta condición de hombre, por la cual requiere ser rescatado, redimido, de la miseria pues él por sí mismo no puede salir de su condición. Es preciso un poder extrínseco para actualizar en ellos la capacidad de dignificarse por sí mismos. Ese principio extrínseco no será ahora las polis, ni la gracia, ni el mecenas, ni el mercado universal, sino que será el estado” Tal cual es el caso mexicano.

Sólo la historia podrá indicar la asertividad de las acciones del presente gobierno y el siguiente que encabezará la Dra. Claudía Sheimbaum Pardo, mientras tanto, pongamos en análisis las acciones sociales y económicos, pero sobre todo sigamos construyendo el México que todas y todos merecemos, con un enfoque de Derechos Humanos, inclusivo y con calidad de vida que solo será posible con el cuidado del mundo natural que nos permite todo cuando podemos pensar y hacer mientras transcurre nuestra vida biológica y social sobre esta tierra.

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