Lo sucedido con los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, es un síntoma de la gran crisis de derechos humanos y justicia social que atraviesan la sociedad y la educación en México.
Lo anterior lo afirmó Sebastián Pla, investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, durante la mesa de debate “Derechos humanos y educación: situación en México”, realizado en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.
Agregó que, desde el ámbito educativo es necesario vincular la defensa de derechos humanos, promoviendo los valores que permitan la justicia social.
En este sentido, reconoció que se necesita establecer una estructura más fuerte de políticas en la materia, donde se reconozcan las diferencias y se integren a todos los elementos sociales en la defensa y promoción de los derechos.
Por ello, la educación cobra fundamental importancia en la sociedad, sin embargo, el Estado no está garantizando calidad y acceso de la misma.
Además, advirtió que las diversas modificaciones legislativas le han quitado a las escuelas el espíritu de lucha y defensa social, convirtiéndola en un elemento adaptativo al contexto, llena de conformismo.
Para el universitario, “la educación debe recuperar su papel transformador y posicionarse como derecho fundamental de la sociedad”.
“Es necesario sumarse a la demanda general de justicia por los 43 estudiantes de Ayotzinapa”.
Por su parte, Jonathan Sandoval, Director de Enlace y Coordinación Educativa, en la Dirección General Adjunta de Educación y Formación en Derechos Humanos, de la CNDH, señaló que se debe trabajar para crear una mayor cultura y educación sobre los derechos humanos, pues sólo así se puede estar consciente sobre vicios sociales como la violencia y crear caminos para corregir diversas irregularidades.
También, señaló, que los servidores públicos deben ser capacitados en la materia, pues son ellos quienes tienen la responsabilidad de cuidar y ejercer estos derechos.
Finalmente, explicó que la mejor garantía de los derechos humanos, es la instauración de una cultura lo que requiere un esfuerzo colectivo en todos los sentidos para educar en la materia.