Hace algún tiempo conocí el trabajo comunitario de Radio Tsinaka 104.9 FM, por nuestra participación en el Congreso sobre Radios Comunitarias y Compromiso Social en América Latina realizado en el 2021 por la BUAP. Desde entonces y hasta ahora me ha interesado el proceso mediante el cual las radios visibilizan las voces comunitarias, como un ejercicio de libertad, de expresión y derecho a la información, convirtiéndose también en espacios de resistencia.
Aspectos tales como el uso de la lengua originaria, la defensa de la tierra, la cosmovisión simbólica construida a partir de la relación con la naturaleza, la vida (nacimiento y muerte), la fiesta, la acción de sembrar, la iglesia, el campo, las artes, la cultura, la preservación de la lengua son base de la comunicación Indígena, específicamente expresada en este medio de comunicación, donde las comunidades encuentran en este medio sonoro un espacio público de deliberación, esparcimiento y de difusión de sus necesidades cotidianas.
El pasado 5 de septiembre en el Día Internacional de la Mujer Indígena, esta radio comunitaria realizó el ”Encuentro de escritoras en Lengua Indígena”, con la participación de cuatro escritoras, jóvenes mamás que acompañan el cuidado y la trasmisión de la lengua y que platicaron sobre lo que sienten, piensan y hacen en esa doble o triple tarea que no se reconoce, además de reflexionar en aquello que les inspira a escribir, en lo que les motiva para seguir haciendo este trabajo a través de la lectura así como para dialogar acerca de la necesidad de que la gente reconozca el valor de la literatura en lengua indígena y hacer conciencia y abrir espacios para que estos materiales se reconozcan, dándole el que por derecho tiene esta literatura.
Cruz Alejandra Lucas Juárez, Emilia Arroyo Pelico, Araceli Vázquez González, y Nazaria Hernández López, participaron dentro de un diálogo en el que intercambiaron puntos de vista a través de sus lenguas: el náhuatl, el mazateco, el mazahua, el totonaco y el Ngigua de San Marcos Tlacoyalco.
Ellas hablaron de la necesidad de reconocer el valor de la lengua indígena, las diferentes tareas, actividades, prácticas que han hecho desde sus trincheras, en sus comunidades siempre acompañando y remando para poder fortalecerler, además de expresar aquello que les mueve para hacer este ejercicio de escribir sus trabajos dentro de una diversidad lingüística, así como la necesidad de conjuntar esfuerzos para que las niñas, niños, adolescentes NNA la hablen, pero especialmente la escriban.
Los diálogos por demás interesantes, mostraron una profundidad reflexiva, muy rica y crítica. En este espacio incluyo algunas de las reflexiones vertidas, en donde se puede identificar la estrecha relación que tienen sus experiencias con la educación y con lo que se enseña y aprende en las escuelas.
En muchas comunidades, la educación es ajena a lo que se vive en ellas, por lo que es necesario reflexionar sobre lo que le estamos metiendo en la cabeza a los niños, especialmente cuando necesitamos que los niños conozcan su entorno, la flora, la fauna, el clima, porque todo forma parte viva de nuestras comunidades.
Es necesario pensar en lo que se lo que se está perdiendo cuando se insiste en enseñar conocimientos que no tienen nada que ver con su entorno, lo que provoca que las comunidades se vayan muriendo, no solamente en lo relacionado con su lengua, por eso es necesario preguntarse qué están consumiendo los niños en la televisión, en las escuelas, en la mayoría de las radios y sobre todo en los celulares, porque ya con eso existe un rezago de atención para los hijos y lo que pueden y deben de aprender.
La vida cotidiana diaria es distinta a lo que sucede en las escuelas, por eso existe la necesidad de una educación en lengua indígena, porque, por ejemplo, se enseña a leer y a escribir en español en preescolar y primaria aquí en Tzinacapan y es hasta secundaria, en la telesecundaria, como aprenden a leer y escribir en su lengua. Una buena manera de acercarse a ella es a través de la literatura, pero sería muy importante hacerlo desde preescolar.
Consideraron que hay que tejer alianzas con educadores, con poetas, con escritores y no estar en contra de que en la escuela participen otros actores, especialmente si tienen que ver con la preservación de la lengua, la educación podría lograr ampliarla y dar todas las herramientas al niño para que pueda expresarse en su lengua, porque de una forma u otra son poseedores de conocimiento a partir de su entorno comunitario, por ello se debería partir primero de nosotros, conocer quiénes somos, en dónde estamos, hacia dónde queremos ir y qué queremos hacer.
Una de las estrategias comentadas para trabajar con los NNA fue por medio de los cantos, dirigido a quienes no son hablantes de lengua indígena, para que puedan contagiarse de su riqueza, ya que, aunque no sepan hablar la lengua, se contagian con las armonías, con el ritmo, con su sonoridad, o también trabajar con adivinanzas, frases cortas, juegos en diversos espacios para que sean una forma de inspiración en el acercamiento a la lengua náhuatl.
El leer literatura en totonaco abre también muchos espacios de inspiración, especialmente cuando el desplazamiento lingüístico que existe en las comunidades es muy acelerado, hay que buscar que se frene, que no se olvide hablar en nuestra lengua, hay que invitar a la gente a escribir, a leer los diversos géneros buscando esos caminos que pueden abrirse.
Siempre hay que pensar en cómo puede fortalecerse el trabajo con las NNA, tal vez no se tiene el perfil de pedagogos o de maestros, sin embargo, cuando hacen un canto en náhuatl, hacen poesía, están en talleres, al leer y escribir sobre la naturaleza, están fortaleciendo nuestras lenguas. En el grupo de tradición oral, los motivan para que escriban y que el miedo se vaya desvaneciendo poco a poco, sin duda como en la escuela, es posible equivocarse, pero hay que seguirlo haciendo para que los niños no digan nunca, que no pueden escribirlo.
Hay que cuestionarse siempre por qué hay escritos en otros idiomas y no en su lengua, porque hay muy pocas personas que lo escriben en sus propias lenguas; tomar en cuenta el conocimiento de los saberes de los abuelos a través de sus historias, de los cuentos, de la leyendas, de la costumbres, lo que quiere decir que ahí está la lengua viva, por lo que es muy importante realizar acciones para fortalecerla, para que no sea una lengua más que deje de existir, por eso hay que preocuparnos y preguntarse qué hacer para seguirla preservando.
Además es necesario observar el proceso de aprendizaje que tienen nuestros hijos, en que lengua se les habla en la vida cotidiana, porque puede ser que en la casa se le hable con otras lenguas, pero cuando va a la escuela, solo se le habla y se le enseña a escribir en español, aún cuando la escuela sea bilingüe solo le enseñan palabras y números pero no les enseñan a hablar y tampoco a escribir en lengua materna, por eso es tan importante que en los hogares se hable en lengua indígena para que los NNA se motiven y lo sigan haciendo.
Otro aspecto comentado es que se está olvidando el trabajo en el campo. Todo lo que comemos actualmente tiene agroquímicos, por eso hay que enfocarse en el conocimiento que aún existe en la comunidad: las plantas medicinales, la fauna, el trabajo de las parteras, el trabajo comunal; porque hoy en día muchos jóvenes ya dejaron de trabajar el campo. Si bien ahora en Tzinacapan la lengua está viva, en diez años se irá desplazando la lengua, ya que muchos jóvenes hablan solamente en español, por eso es importante, a la par de fomentar la lectura y la escritura en lengua indígena, también fomentar los conocimientos propios de la comunidad.
Estas jóvenes escritoras nos muestran la realidad en la que viven, así como sus experiencias para lograr lo que les apasiona, en sus palabras se advierten el conjunto de saberes que van desplegando a partir de su propia interpretación, contextualización, significación y recreación, expresados en espacios y momentos de interacción con las niñas, niños, adolescentes en sus comunidades, dentro de las condiciones específicas en donde desarrollan sus actividades en pro de las lenguas indígenas.
Este encuentro nos acercó a sus historias y su relación con la preservación de la lengua desde los espacios concretos construidos para fomentarla; situada en contextos específicos y actuando ante los desafíos del presente, mucho tenemos que aprender de estas experiencias, ya que ellas nos muestran que hacer comunidad es una construcción que se entreteje a partir del cuidado mutuo que se procuran los sujetos.
Gracias Radio Tsinaka por abrir y compartir estos espacios, además de tener la oportunidad de deleitarnos con la diversidad de lenguas indígenas en las que hablaron.
Referencia
Encuentro de Escritoras en Lenguas Indígenas