Los eventos climáticos extremos, como huracanes, sequías, ondas de calor, precipitaciones severas y el incremento del nivel del mar, no sólo continuarán, sino que aumentarán en los próximos 100 años, según el primer volumen del V Informe (AR5) del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), dado a conocer recientemente.
Blanca Mendoza Ortega, investigadora del Departamento de Ciencias Espaciales del Instituto de Geofísica (IGf), única mexicana que participó en el Grupo 1 (Ciencia Básica, formado por 259 especialistas, 209 autores y 50 revisores de 39 países) como autora principal de uno de los capítulos, explicó que dichos fenómenos se han incrementado y lo harán aún más. “No hay vuelta atrás”.
Algunos de los resultados de la primera parte del reporte, dividida en 14 capítulos, señalan que respecto a los huracanes más intensos, de categorías 4 y 5, no era claro su aumento hasta la década de 1970, a partir de entonces, en el Atlántico Norte, que corresponde a México, en definitiva sí se observa un incremento en el número de meteoros.
En el reporte se hicieron proyecciones a futuro para los próximos 100 años y para el final de este siglo se prevé que además de incrementarse en ese océano, lo harán en el Pacífico Norte Occidental, en las costas de Asia.
De 1950 a la fecha, se observa una disminución en el número de días y noches fríos y un aumento de los días y noches cálidos. Lo mismo ocurre con las ondas de calor en grandes partes de Europa, Asia y Australia, que aún no se reflejan en América.
Las alzas también se muestran en la frecuencia y cantidad de precipitaciones severas, en regiones como Europa y Norteamérica, México incluido, sobre todo en el noroeste y el sur del territorio nacional. “En el futuro, en la mayoría de las latitudes medias y regiones tropicales húmedas, habrá un aumento”.
El número y duración de las sequías se registran en mayor cantidad a escala regional; en la global, el fenómeno no es tan claro, no obstante, a finales del siglo los modelos señalan un incremento de ese problema en todas partes.
La incidencia y magnitud de los incrementos en la elevación del mar serán muy probables para finales de la centuria, precisó Blanca Mendoza.
En cuanto a temperatura, informó, las últimas tres décadas han sido las más calientes desde 1850; en el hemisferio norte el periodo de 1983 a 2012 es, con probabilidad, el más caliente de los últimos mil 400 años.
“La temperatura realmente ha subido; de 1880 a 2010, se ha incrementado considerablemente, en alrededor de 0.85 grados centígrados y en México, en el último siglo, ha sido entre 0.5 y un grado, sobre todo en el norte y centro del país”.
Los efectos del cambio climático continuarán y para finales del siglo habrá un aumento de temperatura de hasta de 0.7 grados más sobre el promedio de los últimos 30 años. Eso llevará a una continuación y aceleración del derretimiento de glaciares y el aumento del nivel del mar. Esto se exacerbará, advirtió la científica.
Los cambios en el sistema climático se atribuyen a causas antropogénicas. Ya no cabe duda de que los aumentos medidos, en su mayoría, se deben a la emisión de contaminantes y al cambio del uso del suelo, principalmente a la deforestación, sostuvo.
El resto del aumento, que es mínimo, se debe a causas naturales como el vulcanismo o cambios en la radiación solar, por ejemplo, y a la dinámica interna del sistema climático, como El Niño, fenómeno de gran escala que influye en los cambios de temperatura del planeta.
La experta en el efecto de la actividad solar en el clima señaló que está completamente rebasado por el efecto antropogénico. De hecho, se estima que el astro tendrá una reducción en su actividad y su radiación en las próximas décadas, sin embargo, no será suficiente para disminuir de manera sustancial el incremento de temperatura causado por la humanidad.
En todo el planeta habrá más eventos extremos, de todo tipo, reiteró la universitaria. Algunos no tendrán precedentes y otros durarán por siglos.
Para limitar –no revertir, porque ya no es posible– el cambio climático, se necesitará una política sostenida y sustancial de reducción de los gases de invernadero de las naciones. Sin embargo, no hay acuerdos al respecto y los que existen no se cumplen. Tal es la lucha entre el desarrollo de las naciones que no contribuyeron antes al calentamiento global y las que sí lo hicieron y alcanzaron un desarrollo industrial muy alto.
Para lograr una reducción sustancial de los contaminantes en la atmósfera sin limitar el crecimiento de las naciones, se debe impulsar el uso de energías renovables, recomendó.
También sirven las medidas individuales que podamos tomar: separar la basura, no desperdiciar el agua ni la energía eléctrica. De otro modo, “les dejaremos un problema terrible a nuestros hijos y nietos”.