Adriana G. Borunda *
Muchos recién graduados piensan que, después de tanto esfuerzo, su éxito será inmediato: conseguirán un trabajo bien remunerado, relacionado con lo que llevan preparándose por años y con proyección profesional. En tiempos normales, buscar empleo es una tarea relativamente sencilla, especialmente si se egresa de una universidad con prestigio y buenas redes profesionales, pero, en época de crisis, la situación se torna más complicada.
Varios estudios sugieren que quienes inician su carrera profesional durante una crisis económica presentan desventajas que los impactan por años: Los sueldos, oportunidades y confianza no se recuperan; además, los recién egresados compiten por trabajos en los que sus contrapartes tienen mayor experiencia. Durante este milenio se han vivido dos crisis económicas mundiales, con características diferentes, pero con efectos comunes: generaciones de recién graduados y personas que apenas comienzan su vida profesional con retos –personales, laborales y sociales– que los ponen en desventaja frente a otros más afortunados que se graduaron en tiempos de bonanza.
En el 2020, a diferencia de la crisis económica de 2007-2008, el escenario es todavía más complicado: los empleos en los que se puede comenzar a trabajar –relacionados con los sectores de la hospitalidad y las tiendas minoristas, por ejemplo– se han evaporado. Las oportunidades en muchos sectores se han reducido y, los pocos empleos que se generarán en este contexto son insuficientes para compensar los miles de empleos que, se han perdido en unos cuantos meses. En México más de 375,000 empleos formales –50% de los perdidos hasta mayo 2020– son personas de entre 15 y 29 años: la generación más afectada.
Los estragos de una crisis económica para la generación que ingresa al mercado laboral los impacta a lo largo de 10 años: sueldos menores y problemas de salud que se traducen en mayores índices de mortalidad. Además, los impactados por la coyuntura suelen ser más aversos al riesgo, lo que se traduce en menor ánimo para hacer cambios profesionales que los lleven a superarse. El impacto de una crisis puede entonces llegar a ser decisivo, a largo plazo, en sus carreras.
Estas estadísticas, duras y difíciles de escuchar, pueden ser también una llamada de alerta para tomar control sobre la vida profesional, haciéndonos la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo mitigar los impactos de esta crisis en mi vida profesional futura?
En una crisis todos sufriremos las consecuencias, en mayor o menor medida, pero, también presenta una oportunidad para reinventarse y reflexionar sobre a dónde quieres llevar tu trayectoria y realización profesional. Tenemos dos opciones: ser resilientes, flexibles y hábiles para sortear problemas o darnos por vencidos y dejarnos arrastrar por una mala situación, que, si bien no la provocamos, nos impacta directamente. Si no hacemos nada, las estadísticas y probabilidades apuntan a que seremos un caso más de alguien que, años después, cargará con la mala fortuna de haberse graduado en un mal momento.
Para prevenir o por lo menos suavizar el impacto de esta crisis se requiere iniciativa y foco en trazar los siguientes pasos profesionales. Hazte las siguientes preguntas: ¿qué es lo que más me importa? ¿Qué temas o problemas quiero resolver con mi trabajo? ¿Cuál quiero que sea mi legado profesional, a largo plazo? Si simplemente pensamos en tipos de puestos o en empresas específicas limitamos, sin querer, los caminos y pasos a seguir. En cambio, si lo enfocamos a partir de problemas que queremos resolver e intereses que nos apasionan, entonces encontraremos varias trincheras desde donde contribuir, avanzar y comenzar a conseguir experiencia profesional relevante. Por ejemplo, si pretendes ser director en un banco, consultor, o tener un puesto en el gobierno, entonces, si esa posición no llega, y no te ofrecen una oportunidad en un lugar específico, te frustras y estancas. En cambio, si planteas tu desarrollo profesional en los temas que gustaría resolver y en los intereses en los que quieres profundizar, puedes encontrar varios caminos para logralo.
Estos cuatro ejes ayudan a trazar un camino hacia la realización profesional:
- Enfoque: En la vida hay herramientas variadas y caminos diferentes para cumplir el mismo objetivo. Debes determinar qué y cómo aprovechar, de una manera efectiva, aquellos medios a tu alcance para saber a qué dedicarle tiempo y esfuerzo, y qué, de todo lo que existe, te ayudará a cumplir tu objetivo a largo plazo. Mantener un rumbo, permite desarrollar una visión a largo plazo y ganar profundidad de experiencia y competencia para generar diferenciadores, a lo largo de tu carrera profesional.
- Pasión: Corresponde a la pregunta ¿qué es lo que más importa? para aprovechar lo que te apasiona. En tu ruta profesional, tú incidirás positivamente en el mundo a través de lo que te llena y te da satisfacción personal. Los intereses y pasiones más profundos que tengas son los que se traducirán en el potencial para cambiar el mundo que te rodea. Tus pasiones deben converger con tu responsabilidad social. No es lo mismo decir: “me apasiona ganar dinero (a toda costa)”, a decir “me apasiona crear productos de calidad, que se usen para … (apoyar al medioambiente, mejorar la educación…)”.
- Liderazgo: Si tienes la –equivocada– concepción de que para avanzar profesionalmente debes ineludiblemente ser un jefe –concepto que se confunde con líder– o dirigir a un grupo de personas, ¡te equivocas! Se es líder cuando se es el mejor en lo que se hace, un modelo a seguir, alguien que impacta positivamente en su entorno. Por ejemplo, aquel investigador que desarrolle la vacuna contra una enfermedad letal, o un financiero que logró que un banco tuviera ganancias extraordinarias. La ruta profesional debe buscar destacar en lo que se hace e involucrar a otros, no necesariamente dirigiriéndolos, en una causa que beneficie a todos los involucrados y a la sociedad. Ser un líder significa movilizar recursos –humanos o no– hacia una causa que beneficie al grupo. Cualquiera que tenga enfoque y pasión por un tema puede/debe ser líder, puesto que trabaja en la solución y el beneficio de aquello que le interesa.
- Acción: Todos los planes se ven excelentes en el papel, pero ahí no comienza tu ruta profesional. Es necesario ponerse en acción. En este contexto de crisis pregúntate: Antes de la contingencia, ¿qué habías hecho para ser el mejor en lo que haces? ¿para alcanzar tu objetivo profesional? Si la respuesta es vaga o incluso no hay, ¡es momento de poner manos a la obra! Hoy se necesitan personas resilientes que luchen por crear oportunidades donde no las hay; que hagan uso de sus capacidades, habilidades, tiempo y esfuerzo para llegar a la realización profesional. Si te quedas esperando un trabajo pueden pasar meses sin que lo consigas. ¿Qué vas a hacer en esos meses?
Cada acción bien orientada, con empeño, se traducirá en habilidades, aptitudes y actitudes valiosas en el mercado laboral, lo que te dará ventaja respecto de tu competencia. Por ejemplo, realizar voluntariado genera habilidades sociales, da perspectiva de los problemas que se viven en cierto sector y permitirá demostrar habilidades de liderazgo y trabajo en equipo.
¿Qué hago? ¿emprendo? ¿estudio un posgrado? ¿dónde busco empleo? depende de tu respuesta a qué es lo que más te importa y de cómo traces tu ruta profesional. ¿Tienes una idea de negocio? Empieza poco a poco para validar tu idea, aprende nuevas habilidades, consigue una certificación, o incluso, adelanta tus planes de posgrado.
Pule tu Curriculum Vitae, muestra tu experiencia, –qué has hecho y sabes hacer– y lo que puedes aportar en un trabajo. Si tiene vacíos (certificaciones, idiomas), es el momento de cubrirlos. Crea una red profesional para averiguar dónde hay mejores oportunidades y cómo acceder a ellas. Más que contactar viejos amigos, anímate a escribirle a un ejecutivo, investigador o líder de una ONG relacionados con el sector que te interesa. No solicites empleo, pide consejos. Cuéntales que eres recién graduado y te interesa incursionar en su industria, o tener una trayectoria como la de ellos. Te sorprenderá la cantidad de insights que pueden aportarte para trazar tu camino. Tal vez, mediante estas conexiones conseguirás el empleo que deseas.
Usa esta coyuntura para pensar quién eres, qué has hecho y qué quieres lograr en tu vida profesional. Delinea lo que quieres ser, lo que más te importa y te da satisfacción y comienza a transformar tu camino. Aprovecha las oportunidades que tienes y, si no las hay, créalas. Sé resiliente y observa las circunstancias como oportunidades de crecimiento y desarrollo.
*Integrante de MUxED y directora de Scholastica, consultoría en admisiones a posgrados en el exterior, y coaching profesional. Es egresada de la maestría en educación de la Universidad de Harvard y coautora del libro: Estrategia integral para ser admitido a posgrados competitivos. Coaching en admisiones por egresados de Harvard.
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Referencias:
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Borunda, A. & Borunda, C. (2018). Estrategia integral para ser admitido a posgrados competitivos. Coaching en admisiones por egresados de Harvard. México: Scholastica.
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