La gran mayoría de los alumnos de escuelas públicas del DF sufren violencia en casa.
Un 84 por ciento de los niños de primaria admite que alguno de sus padres lo golpea intencionalmente siempre o muchas veces, mientras que, entre estudiantes de nivel secundaria, es un 70 por ciento.
En tanto, un 77 por ciento de los alumnos de ambos niveles asegura que en su casa alguien que no es su padre ni su madre los golpea.
Estos datos forman parte de la Encuesta sobre Clima Escolar y Convivencia en Escuelas Públicas del DF, que realizaron la SEP y el Seminario de Investigación en Juventudes de la UNAM.
El estudio fue apoyado con recursos del Gobierno capitalino y se aplicó entre mayo y julio del año pasado a 12 mil 17 alumnos de 581 escuelas: 300 primarias y 281 secundarias.
“Sí, los papás los golpean. Seguimos teniendo familias golpeadoras. Las relaciones entre la familia sí siguen siendo verticales, independientemente si hay un papá o dos.
“Son elementos que nos hacen pensar que la violencia está en todas partes”, afirmó Mónica Hernández, directora general de Innovación y Fortalecimiento Académico de la Administración Federal de los Servicios Educativos del DF.
De acuerdo con el estudio, 91 por ciento de estudiantes de primaria y 93 por ciento de secundaria afirman que en casa nunca opinan todos sobre las reglas que allí imperan.
Estas cifras, dice Hernández, muestran que la violencia se genera principalmente en el hogar.
Sin embargo, 42 por ciento de los alumnos de primaria reporta que tienen compañeros que molestan a los demás; en secundaria lo manifiesta un 44 por ciento.
Además, 2 de cada 10 alumnos revelan que los estudiantes abusivos no son castigados.
José Antonio Pérez Islas, investigador de la UNAM, refiere que las cifras reflejan que los niños y jóvenes están frente a estructuras muy autoritarias.
“Estas relaciones implican siempre el ejercicio del más fuerte sobre el más débil; en este caso del adulto sobre los muchachos y los niños.
“Es más: en algunos casos se puede presumir que la relación es mejor en la escuela que con la familia porque con los padres es muy vertical y autoritaria”, advirtió.
“Francamente, tiene que ver con las condiciones que estamos viviendo y que se está acentuando con el contexto porque la relación social en la Ciudad no es tranquila”.
‘¿Qué les importa? Es en la casa’
Colocarse en la entrada de su primaria le permite al maestro Manuel tener contacto con los alumnos y sus padres y, con frecuencia, percatarse si algún niño llega con moretones.
“Cuando les preguntas (a los alumnos) qué pasó, tratan de ocultarlo: dicen que se cayeron, que se golpearon y, después, dan señales de que no es así, sino que son golpeados.
“Mandamos llamar a los papás. La mayoría de las veces admiten que golpean a los niños porque los desesperaron, porque hicieron una travesura o porque no los obedecen”, señala.
Sin embargo, hay padres que se molestan cuando son cuestionados, advierte. “Dicen: ‘¿A usted qué le importa? Esto es en la casa’. Nosotros tenemos que hablar con los papás, informar a la SEP y, en caso extremo, notificar a instituciones como el DIF”, afirma el profesor Manuel, quien está al frente de una escuela en la Delegación Cuauhtémoc.
Publicado en Reforma.