La gestión del conocimiento
La gestión del conocimiento es utilizada de manera intensa en las empresas privadas que desean diseñar nuevos productos o tecnologías. Para ello, las empresas organizan equipos de trabajo que se encargan de pensar, diseñar y proponer innovaciones, esto implica crear nuevas formas de hacer las cosas. Las innovaciones son teorías de “cómo hacer nuevas cosas”. Como se anotó antes, la efectividad del método de trabajo se basa en un principio que no es ajeno a las escuelas: la colaboración y el trabajo en equipo.
En la escuelas y el sector educativo predomina una forma de “hacer las cosas” que se basa, principalmente, en las actividades que realiza el director. Por ejemplo, los directores se encargan de revisar la planeación semanal de clase de los maestros, conocer si los maestros cubren el plan de estudios, visitar a los maestros para observar las prácticas en el salón de clase. Estas actividades las debe realizar el director. Sin embargo, la pregunta que se debe realizar es si estas acciones son suficientes para que las escuelas mejoren el aprovechamiento escolar, o bien la pregunta es: ¿hay formas diferentes de hacer las cosas?”.
Los maestros, directores, autoridades y la sociedad estamos conscientes del problema del bajo aprovechamiento escolar de los alumnos. Las causas de ese bajo aprovechamiento son múltiples; es decir, influye el maestro pero también las condiciones de la escuela, la situación familiar y socioeconómica de las comunidades en donde se encuentran las escuelas. Así como no se puede encontrar una causa específica, tampoco se puede asignar una responsabilidad general a un solo actor, ya sea director, maestro o padre de familia. Por otro lado, las soluciones al bajo aprovechamiento escolar también son múltiples pues no hay un solo camino para mejorar el aprovechamiento escolar. Por ello, se necesita la colaboración de todos los actores del sector educativo aun cuando sus opiniones sean diversas o encontradas.
Las reuniones de los Consejos Técnicos, en una escuela y en una zona escolar, son un elemento esencial para realizar trabajo colegiado, pero ello no significa de manera directa que se está realizando trabajo en equipo. Las reuniones de los Consejos Técnicos deben definir primero sus propósitos y actividades, y difundirlos ampliamente y con suficiente anticipación para que los asistentes se apropien de los objetivos de la reunión, se preparen y trabajen al respecto. Los propósitos de las reuniones pueden versar sobre los problemas de enseñanza y las actividades que se realizarán utilizando dos elementos básicos: organizar el trabajo en equipo y establecer los objetivos de estos equipos.
El trabajo en equipo orientado a crear conocimiento debe tener un objetivo específico de acuerdo al problema que se quiera resolver. Como mencioné antes, si se trata de un problema de aprendizaje en el tercer grado de primaria, la exposición de este problema tendría que estar a cargo de los maestros de este grado en una misma escuela o bien de una zona escolar.
Una segunda dimensión del trabajo en equipo es su apertura para conocer propuestas desarrolladas en otros contextos del país o de otros países. Sin profundizar en los detalles, o bien el alcance de las propuestas, en las noticias se ha difundido la experiencia de un maestro de primaria de Tamaulipas que usa un método de enseñanza desarrollado en la India www.eluniversal.com.mx/estados/2013/la-meta-es-formar-mas-genios-maestro-de-paloma-959889.html, o bien un método de trabajo de Colombia aplicado en el estado de Puebla www.excelsior.com.mx/nacional/2013/11/03/926710. Estos casos reciben difusión, y está muy bien, pero existen también otros métodos que están siendo utilizados por maestros en México y en otros países, para atender problemas específicos de enseñanza-aprendizaje que no se conocen ampliamente. Cada una de estas experiencias puede ser considerada por los equipos de trabajo para que puedan ser analizadas, adaptadas y adoptadas en las escuelas como nuevas formas de hacer las cosas, como nuevo conocimiento organizacional.
Uno de los elementos esenciales del trabajo en equipo es la evaluación de sus resultados. Es necesario valorar el efecto que tienen las medidas adoptadas en una escuela. Diversos actores del sistema educativo tienen una opinión crítica sobre las evaluaciones. Esto es generado por el uso político que se da a sus resultados, o por el método de evaluación usado. Sin embargo, la evaluación de procesos, no de personas, debe ser un instrumento para identificar qué se hace bien y qué es necesario cambiar en los procesos de enseñanza- aprendizaje. Me parece que las pruebas ENLACE, aun con las deficiencias que pudieran tener como instrumento estandarizado de evaluación, son un punto de referencia para observar los cambios ocurridos por la implementación de una propuesta surgida de un equipo de trabajo, cuyos resultados pueden ser observados en periodos de tiempo cortos.
La tercera dimensión del trabajo en equipo es la disponibilidad de recursos. Sin éstos no será posible implementar algunas acciones. Por ejemplo, un método de enseñanza basado en el uso intensivo de Internet no es posible que se desarrolle en un contexto donde hay problemas de abasto de energía como ocurre en las comunidades rurales. Las escuelas realizan sus actividades a partir de reconocer las condiciones que no pueden modificar, como es el caso del abasto de energía o las condiciones de marginación de las familias. Las escuelas en zonas urbanas están en mejor situación que las escuelas en zonas rurales, pero las condiciones de marginación urbana también son un problema que no pueden resolver las escuelas
La asignación de recursos a las escuelas es un problema que no tiene una solución sencilla ni inmediata. Sin embargo, en este momento, las escuelas pueden aportar la información necesaria para considerar los mecanismos que permitan asignar recursos de manera eficiente de acuerdo con las necesidades de las propias escuelas. Esto no resuelve de inmediato el problema de la falta de recursos, pero los maestros y directores deberían considerar una estrategia, de largo plazo, que los coloque en la posición de plantear sus demandas desde las escuelas para otorgar un significado concreto a la propuesta ya establecida en la Constitución de fortalecer la autonomía de gestión de las escuelas.
Las reuniones de los Consejos Técnicos en las escuelas, o en la zona escolar, pueden plantearse como objetivo la creación de conocimiento, es decir, saber qué se debe hacer de diferente manera para mejorar el aprovechamiento escolar. Para ello, pueden utilizar un método de trabajo que no es ajeno a los maestros o las escuelas que es el trabajo en equipo. Lo que sí es necesario es que los Consejos Técnicos Escolares y de Zona precisen los objetivos de los equipos de trabajo y que se establezcan métodos de evaluación de las propuestas que sean adoptadas en las escuelas. El trabajo equipo y la evaluación de sus resultados son dos elementos centrales en la gestión del conocimiento en cualquier tipo de organización.
En conclusión, son muchos los factores que obstaculizan las funciones y tareas de maestros y directores pero son ellos quienes están en la posición de realizar cambios en el sector educativo. Cambios de abajo hacia arriba, las escuelas pueden hacer propuestas a las autoridades con base en el conocimiento organizacional que pueda ser creado a partir del trabajo colegiado en los Consejos Técnicos Escolares. Este es un momento oportuno para que los directores y maestros de las escuelas desarrollen su propia propuesta y significado de autonomía de gestión escolar.
Por su parte, la autoridad educativa puede plantearse el objetivo de que el trabajo colegiado ocupe su propio espacio en las actividades de las escuelas sin invadir el horario de clase. En las escuelas de tiempo completo, por ejemplo, se puede ocupar parte del tiempo para el trabajo colegiado. De igual manera, el trabajo colegiado y el trabajo en equipos pueden ser incluidos en las condiciones laborales de maestros y directores. Es decir, en el caso de los maestros se debe considerar como parte del horario de trabajo regular, que estaría integrado: Por el tiempo de preparación de clase, el tiempo de enseñanza en el salón de clase, el tiempo de evaluación de los niños, el tiempo de atención a padres de familia y el tiempo dedicado al trabajo colegiado. Es necesario cambiar los incentivos de los maestros, y también de los directores, para fortalecer el tipo de trabajo en equipo, aquí mencionado, en escuelas y en las zonas escolares.
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