De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el ciclo escolar pasado la cobertura en primaria y secundaria fue un punto porcentual superior en las niñas respecto a los niños.
En media superior, la diferencia fue de casi dos puntos, con 70.2 por ciento para las niñas, en contraste con 68.2 por ciento de los varones.
De acuerdo con el informe “Avance de los programas presupuestarios con erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres”, del primer trimestre del año, también hay diferencias a favor de las niñas respecto a sus pares varones en los indicadores de reprobación, deserción y eficiencia terminal.
En primaria, 60 mil 419 niños abandonan la escuela, en contraste con 36 mil 186 niñas.
Además, los datos apuntan a que los niños reprueban más que las niñas, con 45 mil 314 y 7 mil 237, respectivamente.
En secundaria, la deserción de los niños es de 5.6 por ciento, y la de las niñas de 3.9 por ciento.
Si bien las niñas concluyen la secundaria en mayor porcentaje que los niños, y entran al bachillerato en menor proporción, las mujeres son mayoría en educación media superior y logran terminar este nivel en mayor medida que sus pares varones, debido a la deserción.
Este indicador, señala el investigador de la Flacso, Lorenzo Gómez Morín, refleja que la política educativa prácticamente olvidó a los niños al privilegiar el acceso y permanencia de las niñas en la escuela.
“El cambio en la paridad de género se dio por tener una política dirigida a las niñas asumiendo que los niños tenían resuelto el problema de ingreso, permanencia y conclusión”, indicó.
“Las becas son mayores para las niñas, hay condiciones e instrucción dentro del sistema educativo para retener a las niñas, pero sin resolver la vulnerabilidad de los niños”.
Lo anterior, estimó, es resultado de una política incluyente que terminó excluyendo a los niños.
Claudia Alonso, directora general adjunta de Equidad de Género de la SEP, aseguró que la deserción de varones se debe, sobre todo, a que la escuela les aburre.
Para Nashieli Ramírez, directora de Ririki Intervención Social, la política que favoreció a las niñas tiene buenos resultados, pero nunca previó el efecto colateral para los niños.
“Nunca se previó que cuando tienes a los niños y a las niñas dentro de la escuela, las mujeres se comportan de manera más eficiente que los hombres”, indicó.
“Los estudios más recientes reflejan que las mujeres tienen más habilidades que los hombres para aguantar la escuela y concluirla, lo que no tienen los niños. Es un fenómeno no sólo exclusivo de México sino del mundo, y el sistema educativo no está viendo esto”, alertó.
La escuela, dijo, les aburre más a los niños, consideran que es una pérdida de tiempo y toleran menos el esquema vertical y autoritario de la escuela, que las niñas.
“Un ejemplo es que si a las niñas les dices hagan de la página 1 a la 10, harán de la página 1 a la 10; los niños pueden hacer hasta la 5 porque se aburrieron o no le encuentran sentido. El problema no es de acceso a la escuela, sino de desempeño en la escuela”, detalló.
Atacan brecha de género
En el sistema educativo nacional persisten brechas de desigualdad entre hombres y mujeres que deben resolverse, sostiene Claudia Alonso, directora general adjunta de Equidad de Género en la SEP.
La funcionaria asegura que la dirección que encabeza trabaja en seis brechas de género relacionadas con la estructura ocupacional de la dependencia, entre ellas, la permanencia en el sector de hombres y mujeres, estereotipos que discriminan desde el campo formativo y las violencias de género.
“Nuestra tarea es focalizar el problema y poner sobre la mesa las brechas que se identificaron, y se tienen que articular en la norma de planeación, de presupuesto, en el currículum”, explica en entrevista.
“La SEP ha ido avanzando en planeación y tenemos una infraestructura muy importante, pero no tiene perspectiva de género; desagregó por sexo y se guardó la estadística, y recién ahora se hace visible”.
De acuerdo con Alonso, incluir la perspectiva de género en el sistema educativo para lograr la igualdad sustantiva es meter a todos a pensar cómo lograr, por ejemplo, que haya más mujeres estudiando en las áreas de ciencias y tecnologías, o fortalecer el estudio de las matemáticas en las niñas desde la primaria.
“La forma como se enseña está relacionada con la formación ciudadana. La igualdad sustantiva en el ejercicio del derecho a la educación es que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades en igualdad de condiciones”, señala.
En la escuela, refiere la funcionaria, se reflejan, por ejemplo, las diferencias culturales que existen en el desempeño académico entre hombres y mujeres.
Los hombres, dice, aprenden más y mejor las matemáticas, mientras que las mujeres son mejores en las áreas de comunicación.
“El objetivo nacional es la igualdad sustantiva, y la estadística refleja que aprenden diferente las niñas y los niños, y la SEP tiene la obligación de desarrollarlos a ambos, en igualdad de capacidades, en estas dos áreas, la comunicación y el pensamiento lógico matemático”, argumenta.
Cuando se revisa la matrícula en secundaria y se ven los talleres, agrega, se identifica que hay mayor incidencia de hombres en carpintería y electricidad, lo que después estará relacionado con las áreas de conocimiento en educación superior, donde hay más hombres en ingenierías y ciencias, que mujeres.
“La formación afecta porque está relacionado con el acceso a las fuentes de trabajo, por eso, el plan de igualdad marca como meta fortalecer la mayor presencia de mujeres en ciencias e ingenierías”, afirma.
De acuerdo con la funcionaria, el mandato que tiene la SEP es que, a través del marco normativo, se pueda incidir en el cambio cultural de estereotipos de género.
Incluir la perspectiva de género en el sistema educativo, aclara, no es sinónimo de trabajar con las mujeres, implica transformar el marco normativo.
Se requiere, opina, revisar los 108 Acuerdos Secretariales, lineamientos, reglas de operación y fomentar el cambio cultural y la forma en que enseñan los maestros en las escuelas.
Publicado en Reforma.