Si hay goles por la educación, ¿por qué no delitos electorales para el desarrollo científico y tecnológico? “Bécalos” se llama el programa que reside en los cajeros automáticos: ¿quieres donar? “Delincan” será el nombre de la transferencia de más fondos públicos para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pues resulta de las multas que el IFE, ahora INE, impone a los partidos políticos por ¡violar la ley que los regula!
En el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación, desde 2005, se estableció en el artículo destinado a las disposiciones aplicables para autorizar que las dependencias obtengan recursos adicionales, una fracción especial: “Las sanciones económicas que aplique el Instituto Federal Electoral derivado del régimen disciplinario de los partidos políticos durante 2006, serán reintegradas a la Tesorería de la Federación dentro de los 30 días naturales siguientes a la fecha en que se realice el pago o se haga efectivo el descuento. Los recursos obtenidos por este concepto serán destinados para ciencia y tecnología en el Ramo 38 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dentro de los 30 días naturales siguientes a la fecha en la que se efectúe el depósito ante la Tesorería”. Sin falta, ha seguido en vigor este precepto. Tales fondos, se aclara, sólo podrán ser dedicados a inversión.
Al inaugurarse el LV año lectivo de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), varios de los destacados científicos y funcionarios que hicieron uso de la palabra se refirieron a esta disposición como una muestra clara, entre otras, del apoyo del gobierno mexicano al desarrollo de la ciencia y la tecnología (CyT).
La AMC “es una asociación civil independiente y sin fines de lucro. A sus 54 años, la Academia actualmente agrupa a 2 mil 499 miembros de destacadas trayectorias académicas y que laboran en diversas instituciones del país y del extranjero. Así, esta organización, enlaza a científicos de muy diversas áreas del conocimiento bajo el principio de que la ciencia, la tecnología y la educación son herramientas fundamentales para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones, pero también el pensamiento independiente y crítico a partir del cual se define y defiende la soberanía de México”.
En esta lógica, hay incluso avances federalistas celebrados por gobernadores: a partir de ahora, las multas que se paguen por delitos electorales en procesos locales, irán a dar no al Conacyt, sino a la contraparte estatal correspondiente. Si el fraude ocurrió a nivel nacional, el dinero va al edificio de Insurgentes; de ser la infracción cometida en Morelos, a la dependencia encargada del ramo en Cuernavaca. Justicia distributiva: donde se infrinja la ley electoral, de aplicarse una multa, los dineros van a las arcas respectivas. A combatir el centralismo. Faltaba más.
Llama la atención que, en la inauguración del año lectivo de la AMC, se haya usado una licencia astrológica: “se han alineado los astros”, dado que ahora se destina el 0.51% del PIB a CyT, proporción histórica por su (alto) monto. Los astros son la Presidencia, los empresarios, los científicos, ¿y los partidos corruptos? En una de esas, el porcentaje sube un poco si hay muchos delitos electorales. ¿Ojalá?
Luego de casi una década en que está en vigor aumentar fondos para actividades científicas en la medida en que se cometan fraudes, ¿no será adecuado que los dedicados a generar nuevo conocimiento, como herramienta para construir un pensamiento crítico e independiente, cuestionen el origen de una parte del apoyo fiscal a la ciencia, generado por transgredir la ley? En el conjunto del gasto lo que llega por esa vía no pinta, me regañó un astrólogo. Quizá, pero cómo mancha la relación del fraude con el saber. ¿El delito es a favor del país? Cosas veredes… Qué vergüenza.
mgil@colmex.mx
Profesor de El Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México
Publicado en El Universal