María Salgado Martínez, profesora de educación básica señala que, en relación con la violencia y otras formas de “convivencia disfuncional”, es menester que se analice la necesidad de subsidiar los elementos carentes en la relación familiar, análogamente al subsidio realizado en materia alimentaria con los desayunos escolares, al de la compra de útiles escolares implementados por algunas autoridades locales, o incluso el gastos de transporte mediante becas económicas, toda vez que la primera condiciona muchas veces el acceso a las demás.
Durante el primer foro de Educación Básica, Salgado Martínez dijo que la escuela ha perdido poco a poco la presencia que tradicionalmente tenía en las localidades: “Junto con el médico y el párroco, el maestro fue siempre figura de autoridad y consejo. La comunidad sentía como propia la escuela y se involucraba voluntariamente en su mantenimiento, protección y mejora. Nunca un alumno asaltó a su maestro o director. Las personas mayores indiscutiblemente incluían la temática de la escuela en las reuniones sociales y de trabajo comunitario”
Ante ello, propone que el andamiaje se produzca con el fortalecimiento de cada uno de los actores educativos, al interior de la escuela pública y hacia el exterior de la misma; basados siempre en el desarrollo humano y profesional y en una transversalidad verdadera, la coherencia en la vivencia de los valores humanos.
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