El pasado 12 del presente mes de mayo el candidato a la presidencia de la república de la Coalición “Juntos haremos historia” presentó en la emblemática ciudad de Guelatao en el estado de Oaxaca, un decálogo de compromisos por la educación, es primera vez que tengo conocimiento de una propuesta de este tipo, el que un candidato a la presidencia de este país, dé a conocer de cara a la nación sus compromisos educativos.
Si bien los compromisos son muy generales se pudieran sintetizar en dos grandes ejes en la defensa de la educación pública como un servicio público del gobierno para todos los mexicanos y las mexicanas y el poder echar abajo legal y operativamente lo que ha sido la iniciativa de este sexenio la mal llamada reforma educativa.
Me detengo en el compromiso número 5 que literalmente dice: “Fortalecer a las Escuelas Normales y a la Universidad Pedagógica Nacional, con la finalidad de garantizar una educación de calidad”, en mi caso como académico de la UPN me da mucho gusto que estemos visibilizados por un candidato a la presidencia y con ese compromiso de fortalecimiento. Si bien el verbo “fortalecer” es ambiguo, ya que el problema no es un asunto de dar fuerza, ni siquiera de brindar apoyos o recursos, sino más bien de tener claridad en los ámbitos de injerencia y de desarrollo que le tocan o le pudieran tocar a la UPN a nivel nacional, como cabeza de grupo (como se doce en el argot futbolero).
La UPN en el mes de agosto cumplirá 40 años de existencia, de un proyecto nacional que ha tenido sus altas y sus bajas, sus pliegues y despliegues, pero que hoy a la distancia podemos decir que es la única Universidad pública temática especializada en el abordaje y tratamiento con seriedad de los asuntos vinculados con la educación, que cuenta con una estructura verdaderamente nacional a partir de cumplir con los requisitos y estándares definidos para regular las instituciones de educación superior en nuestro país, en cada entidad federativa cuando menos existe un campus que le da presencia y solidez a los proyectos nacionales para la formación de agentes educativos y el fomento a la investigación y la difusión de ideas y de la cultura pedagógica y locales de aquedo a la demanda específica de cada región. En 40 años la UPN le has dado un nuevo rostro al magisterio nacional, y ha generado una cultura basada en la reflexión de las prácticas, la colegiación, el fomento del pensamiento crítico, a partir de una producción académica propia, entre otras muchas cosas.
Es muy gratificante que el candidato con mayores posibilidades de ganar la presidencia (así lo dicen sondeos, encuestas y proyecciones de expertos políticos), visibilice a una institución púbica que desde su origen ha sido incomoda por sus propuestas con relación a ciertos sectores ligados con el poder y con los intereses asociados a la educación como monopolio de poder.
Sin embrago no basta con este “fortalecimiento institucional” prometido del candidato a la presciencia, se requiere también que desde la comunidad académica de la UPN a nivel nacional y por estados hagamos nuestra tarea para merecer justificadamente dicho fortalecimiento hoy prometido, por ejemplo en el caso de Jalisco tenemos que el 70% de la plantilla de personal académico está vinculado por un régimen de no basificación (contratos temporales, comisión, inestabilidad laboral severa, etc.), desde hace mas de 10 años no ha habido convocatorias para concurso de oposición del personal académico y el personal de base en activo se acerca al envejecimiento académico está más cercano al retiro que a la productividad, si estos problemas (por llamarles de esta manera) tienen cierto eco en el ámbito nacional, entonces había que pensar en el relevo generacional que garantice en el intercambio de estafeta el cumplir y respetar con los principios fundacionales que le dieron origen, desarrollo y en estas fechas prestigio al proyecto académico nacional de la UPN en todo el territorio nacional y en cada estado y rincón de este país.
Habría que abrir un debate nacional que logre integrar y amalgamar una discusión en términos ideológicos pero también académicos, la comunidad de la UPN está preparada para arribar a un nuevo estadío en donde el protagonismo y la dirección de proyectos nacionales ligados sobre todo con la formación docente, la gestión directiva y la vida de las escuelas, desde una aspiración de calidad con justicia educativa pueden formar parte de los proyectos que diríjannos. La apuesta es grande y ojala que el compromiso anunciado el pasado 12 de mayo se cumpla.
*Doctor en educación. Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (campus Guadalajara). Correo Electrónico: