Luis Miguel Cisneros Villanueva
Las maestras y los maestros democráticos intervenimos
(Freire, 2003, p. 34).
en el mundo a través del cultivo de la curiosidad y de la
inteligencia esperanzada, (…) justamente, en la medida
en que nos tornamos capaces de cambiar el mundo,
de transformarlo, de hacerlo más bello o más feo,
nos volvemos seres éticos.
Siempre soñamos con un país que hablara más de educación que de futbol. Hoy, la nueva familia de libros de texto ha logrado que se hable de pedagogía. Todo mundo opina, unas y unos desde una visión crítica y progresista, otros y otras desde una visión nublada e ignorante, otros y otras solo repiten discursos y posts de las redes sociales, otros y otras desde el conservadurismo y el odio… Bueno, hasta los merolicos resentidos se atreven a hablar de “pedagogía”, ahora resulta de Adela Micha, Javier Alatorre, Ricardo Anaya, Felipe Calderón y otros son los máximos exponentes de la pedagogía mexicana.
A ellas, ellos y algunos pseudo pedagogos conservadores y despistados les exigimos respeto al magisterio mexicano y, al mismo tiempo les recordamos que:
Las maestras y maestros estudiaron pedagogía, poseen saberes y experiencias extraordinarias para desarrollar sus clases en el marco de la Nueva Escuela Mexicana.
Ellas y ellos saben que la NEM recupera el aprendizaje situado para superar la simple memorización y elevar los aprendizajes, el fundamento de este planteamiento es que se parte de elementos significativos del territorio y la vida cotidiana de los estudiantes.
Las y los maestros saben que “no se quitaron las matemáticas”. Ahora, los nuevos libros de texto las abordan desde múltiples miradas y, además, las y los maestros desde su autonomía profesional incorporarán otros elementos para lograr la asimilación consciente de los contenidos.
Reconocen que la acción pedagógica desde la interdisciplinariedad apunta hacia una escuela participativa y decisiva en la formación del sujeto social. El diálogo de saberes entre conocimientos disciplinares, comunitarios y ancestrales serán fundamentales para la buena educación y el buen vivir.
Las maestras y maestros asumen que su “tarea no se agota en la enseñanza de la matemática, de la geografía, de la sintaxis o de la historia (…) nuestra tarea exige nuestro compromiso a favor de la superación de las injusticias sociales”. (Freire, 1994, p. 87). Por consecuencia, elabora su programa analítico para enseñar “lo que hay que enseñar”, pero también para construir comunidad a partir de proyectos de aula, de escuela y comunitarios.
Los nuevos de libros de texto son herramientas que las y los maestros utilizarán para potenciar los aprendizajes, sin embargo, gracias a esta visión flexible (NEM) no serán los únicos porque, la y el maestro creativo podrán utilizar otros materiales para alcanzar las intenciones didácticas.
Los materiales educativos coadyuvan para que las y los maestros mexicanos clarifiquen su opción ética y pedagógica, es decir, permiten que resignifiquen, construyan y reconstruyan su praxis pedagógica.
Las y los maestros entienden que este cambio de paradigma plantea terminar con el divorcio escuela-comunidad-vida, entonces, las familias y otros agentes serán fundamentales en la tarea planteada.
Existen otras razones para no demeritar la tarea que hace el magisterio mexicano. ¿Cuáles faltan?
La NEM “Reconoce la labor de las maestras y los maestros como agentes de transformación social en el proceso educativo”. Si bien es cierto que existen ciertas incertidumbres (por el cambio de paradigma), estas se resolverán entre el magisterio, los especialistas y las autoridades comprometidas con la transformación educativa. Mientras tanto, a la y los “pedagogos al vapor” les decimos, muchas gracias, pero no, no les creemos, no ocupamos de su “actualización”, ni su veneno, ni sus mentiras, ni su frustración… no renunciamos al debate de ideas, pero debe ser justo eso, un debate pedagógico, prepárense y nos vemos en los espacios de diálogo-debate serio y fundamentado.
No se preocupen, habrá evaluación, sistematización e investigación de los materiales (esto no existía antes o por lo menos no como se está haciendo ahora). Pseudo pedagogos y pedagogas conservadoras, no contaminaran nuestros sueños ni nuestro compromiso con el pueblo mexicano. Seguiremos construyendo los sueños posibles en cada territorio. Tenemos horizontes de reflexión y acción educativa claros, por ejemplo a Rafael Ramírez quién definió al educador progresista como: “uno que no está satisfecho con lo que sabe y hace, sino que procura saber cada día más y hacer su trabajo cada vez mejor.” Este pensamiento se recupera hoy, pues justamente plantea una pedagogía en movimiento, una pedagogía problematizadora, reflexiva, liberadora y finalmente transformadora.