Educación Futura lamenta profundamente la muerte del poeta mexicano José Emilio Pacheco ocurrida este domingo, a los 74 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio.
“Con enorme pesar, tengo que decirles que mi padre falleció hace unos 20 minutos. Se fue muy tranquilo, se fue en paz, murió en la raya, como él hubiera querido. El viernes terminó de escribir su inventario, un inventario que escribió para un amigo querido, que era Juan Gelman. Hizo creación todas las noches. Se acostó a dormir y ya no despertó”, comunicó Laura Emilia Pacheco, hija del poeta, visiblemente conmovida.
El poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano, autor de poemarios ya clásicos en la literatura mexicana, como No me preguntes cómo pasa el tiempo y Tarde o temprano, nació el 30 de junio de 1939 y fue reconocido con importantes premios nacionales e internacionales, como el Cervantes y el Reina Sofia de Poesía Iberoamericana, ambos en 2009.
Otros de los galardones que recibió son el Premio Xavier Villaurrutia 1973, el Premio Nacional de Periodismo 1980 por Divulgación Cultural, el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2001, el Premio Internacional Alfonso Reyes 2004, la Medalla de Oro de Bellas Artes y el Premio Alfonso Reyes 2011, del Colegio de México.
También novelista y cuentista, autor de la breve y ya memorable Las batallas en el desierto, era considerado parte de la llamada “Generación de los años cincuenta”, junto con Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Vicente Leñero, Juan García Ponce, Sergio Galindo y Salvador Elizondo.
Desde este espacio mandamos a Cristina y a Laura Emilia un abrazo cariñoso y solidario.
Se fue el poeta, pero quedan para siempre sus palabras.
Presencia
¿Qué va a quedar de mí cuando me muera
sino esta llave ilesa de agonía,
estas pocas palabras con que el día,
dejó cenizas de su sombra fiera?
¿Qué va a quedar de mí cuando me hiera
esa daga final? Acaso mía
será la noche fúnebre y vacía
que vuelva a ser de pronto primavera.
No quedará el trabajo, ni la pena
de creer y de amar. El tiempo abierto,
semejante a los mares y al desierto,
ha de borrar de la confusa arena
todo lo que me salva o encadena.
Más si alguien vive yo estaré despierto.
José Emilio Pacheco