Andrés Sainos Téllez*
Al día de hoy aún se puede hallar una desinformación sobre el término de trabajo colaborativo. La mayoría lo relaciona con el trabajo en equipo, pero analizando encontramos muchas diferencias que existen entre estos dos conceptos. Cuando no se entiende el significado propio de cada uno se crea un paradigma, donde las metas esperadas y los aprendizajes de las actividades no se cumplen, esto genera un ofuscamiento en referente a la formación educativa, ya que no se aprovechará el máximo de los alumnos, incluso esto puede llevar a que coexista un problema dentro de cada una de las aulas. El trabajo colaborativo no es algo nuevo, pero al paso del tiempo se han formulado diferentes disciplinas y conceptos en referente al mismo, podemos tomar como punto de partida al gran filósofo Sócrates, él educaba a sus estudiantes en pequeños grupos; y en antiguos gremios, los aprendices más avanzados se encargaban de enseñar y guiar a los menos experimentados.
Para (Gros, 2000) el trabajo colaborativo ampliamente “se basa en compartir las diferentes experiencias y conocimientos así como tener una clara meta grupal en la que la retroalimentación es esencial para el éxito”. Lo que debe ser aprendido sólo puede conseguirse si el trabajo del grupo es realizado en colaboración. Es el grupo el que decide de que manera realizar las tareas, que procedimientos emplear y dividir el reparto de trabajo. Mediante esta referencia acerca de la eficiencia que desemboca socializar, y así mismo compartir con otras personas dentro de un ambiente, se establece el propósito de aprender a interactuar y a construir con los demás. De igual manera se tomara como parte fundamental la inclusión educativa que tiene el propósito de buscar y maximizar la presencia, la participación y el aprendizaje de todos los y las estudiantes y, por tanto, supone identificar y remover las diferentes barreras que se presentan en el proceso de la adquisición de conocimientos, y que limitan sus oportunidades educativas. Ya que se contempla el logro de un aprendizaje fructífero de ambas partes; tanto quien comparte el conocimiento así como el que lo recibe, de ese modo se plantea logran y erradicar sus dificultades.
Metodología
Se realizó una investigación con enfoque cualitativo que pertenece a un paradigma de investigación sociocritico, dialógico y participativo. Específicamente se empleó la investigación acción. Según ( MacTaggart & Kemmis, 1988) “La investigación acción es una forma de indagación introspectiva y colectiva emprendida por participantes en situaciones sociales con objeto de mejorar la racionalidad y la justicia de sus prácticas sociales y educativas”. De esa manera llegamos a la comprensión de esas prácticas y de las situaciones en que éstas tienen lugar. En la sucesión sobre la indagación cualitativa, ha dado el objetivo de esta investigación acción enfocado a la educación, que es: comparar, enriquecer y modernizar el proceso de la práctica, empleando un análisis sobre las actividades, así como los estímulos que se genera en los alumnos al fomentar el trabajo colaborativo dentro de un ambiente en donde estén cómodos de interactuar. Así se identificará las facilidades, diferencias y dificultades que se conlleva en el desarrollo del trabajo.
Desarrollo
Podemos destacar que el trabajo colaborativo es una forma de organización social que se enfoca en las situaciones de aprendizaje. En donde los estudiantes establecen una interdependencia positiva. Es decir, que perciben como puede aprender y obtener sus objetivos con ayuda de sus compañeros, el trabajo colaborativo provoca una gran cantidad de efectos positivos en el alumnado. Entre ellos se destaca una mayor productividad, el aumento del razonamiento y una mejor transferencia de lo que se aprendió. Así como el perfeccionamiento de la autoestima y la responsabilidad.
Para poder implementar el trabajo colaborativo dentro de cada aula, es importante tomar como punto de partida promover el diálogo y el respeto. De esa forma se logrará un ambiente sano, en donde los alumnos no sientan temor de compartir sus ideas así como sus conocimientos con los demás. El objetivo es que tengan la mente abierta, esto es muy importante, ya que les permite a los alumnos escuchar y aceptar ideas diferentes a las suyas. Sabemos por definición que el diálogo es una modalidad del discurso oral y escrito en la que se comunican dos o más personas para intercambian sus ideas, pero; ¿En qué consiste?… (Freire, 1986) establece que “los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción y en la reflexión”. Pues el interpreta que solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin el no hay comunicación, y sin ésta no hay verdadera educación.
Así es como (Dilthey, 1978) apoya y complementa la cosmovisión de Freire afrontando que la autorreflexión humana debía darse en la relación con otras personas, es en esa relación donde se da el entendimiento, es decir, el diálogo. La conciencia de la experiencia personal crea conocimiento sobre sí mismo, y esto es lo que tanto para Dilthey generaba la necesidad de la autorreflexión. Un obstáculo que siempre se presenta y el cual se tiene que erradicar al momento de implementar el trabajo colaborativo así como el diálogo en las aulas, es la individualidad de cada alumno, para poder eliminar está dificultad tenemos que identificar de donde surge. El problema de la individualidad, nace en casa y se fortalece en el aula con el docente. Comento esto debido a que se nos enseña que los útiles escolares como lo son el lápiz, el sacapuntas, la goma, los colores, etc. Deben ser cuidados y no deben ser compartidos con los demás, puesto que los pueden dañar. Así mismo pasando al docente, donde prohíbe compartir los materiales para algún trabajo, así como las respuestas de algunas tareas.
En el primer caso debemos convertir esta postura en algo positivo, y argumentar que al compartir los materiales con alguno de sus compañeros se crea una solidaridad y un respeto a lo ajeno. Que incluso se puede aprovechar para poder promover valores, así cómo concientizar al alumno que no cumplió con sus materiales, de esta forma comentar que en esta situación se le pudo brindar, pero existirá una situación en donde no, por lo que se tiene que hacer responsable. Si en un futuro la situación se retorna al revés, el alumno que recibió no durará para brindar ayuda a su compañero. En la segunda situación en donde se establece que está prohibido compartir las tareas así como los trabajos dentro de clase. Se crea una limitación, puesto que según Vygotsky los alumnos pueden aprender mejor de sus compañeros, desde poder explicar ¡de qué trato la tarea a su compañero!, hasta aclarar sus dudas sobre un trabajo de clase que no comprendía. De ese modo se trabajan diferentes cosas para mejorar el desarrollo normativo como son: el trabajo colaborativo, el rezago académico, el respeto y la responsabilidad.
(Escámez & Gil, 2001) Definen la responsabilidad como “la posibilidad que la persona tiene de actuar moralmente”. Es decir que implica seguridad de sí mismo, a la hora de tomar decisiones, constancia y responder por sus actos, también de vincular el esfuerzo y la dedicación cotidiana para avanzar en una buena construcción personal y social con sus compañeros. Esto nos beneficia mucho en el trabajo colaborativo, debido a que dialogando y promoviendo la responsabilidad, implica que el sujeto responda por el proceso del resultado de su propio aprendizaje. Que a su vez significa participar en la planificación y en la toma de decisiones con respecto a los objetivos a alcanzar, a los contenidos, al proceso, a las formas y vías de evaluación asumiendo la responsabilidad que le corresponde por su compromiso y participación en las decisiones tomadas.
(Rousseau, 1985)Decía que “siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”. Esto enfocado a que el respeto siempre se debe ganar y no se impone. Por eso es importante que dentro del aula los docentes respeten a sus alumnos, ya que ellos visualizará que reciben un respeto de una persona superior por lo que entenderán que todos somos iguales y merecemos el mismo respeto, de igual manera corroboran que se debe hacer todo lo que este en sus manos para transmitir a sus compañeros aquellos valores, competencias y conocimientos que les ayudaran a dar respuesta a todos los retos que les depare el futuro, e inclusive pensando en una vida profesional.
(Casamayor, 2015) Establece que el aprendizaje colaborativo permite a los estudiantes fortalecer competencias transversales necesarias para el desarrollo profesional, como son: la comunicación, la planificación del tiempo, la resolución de problemas y la toma de decisiones; además, puede fomentar la capacidad innovadora y creativa, en definitiva potenciar una mayor profundidad en el aprendizaje.
Retomando el enfoque educativo el plan de estudios 2011, propone en el principio pedagógico 1.4. “El trabajo colaborativo que alude a estudiantes y maestros, y orienta las acciones para el descubrimiento, la búsqueda de soluciones, coincidencias y diferencias, con el propósito de construir aprendizajes en colectivo.” (SEP, 2011). Lo que se destaca es que para poder cumplir el propósito es importante distribuir a los alumnos en equipos de trabajo, en donde se conformen diferentes pensamientos, habilidades, destrezas y formas de trabajar. Esto consiste en construir grupos más equitativos, así como identificar a los alumnos que se les facilita el aprendizaje, a los alumnos con dificultades y a los que se encuentran en la media.
A este punto es importante destacar la Inclusión dentro de las escuelas, (Echeita, 2006) argumenta que la inclusión en cada aula es muy importante para la educación en general, ya que es el pilar de un sistema en el que todos sus miembros, tanto los alumnos, como los adultos, se sintieran acogidos o miembros de pleno derecho, valorados e importantes para su comunidad, donde nadie, por aprender de una forma distinta o porque tuviera características singulares de uno u otro tipo, se situara por encima o por debajo de los demás y donde todos estuvieran llamados a aprender lo máximo posible en relación a sus intereses, capacidades y motivaciones.
La inclusión establece un procedimiento equitativo para lograr el acceso de la diversidad de los estudiantes y conforme a eso se da paso a una educación de calidad, sin ningún tipo de discriminación. La inclusión se dictamina como un derecho el cual requiere que todas las escuelas reciban y acepten a los niños, niñas y jóvenes de la comunidad independientemente de sus capacidades, origen, nivel socio económico, cultural, sexo, etnia, orientación sexual y circunstancias o situaciones de vida. Para que el aprendizaje colaborativo se concluya de manera precisa se demanda una estructuración persistiendo determinados parámetros así como una capacitación específica previa de los docentes.
El dilema del proceso de inclusión reside en como ofrecer una educación pertinente, ajustada a las diferencias socioculturales e individuales de los y las estudiantes y, al mismo tiempo, hacerlo en el marco de estructuras comunes e inclusivas (sistema, escuela y aula), que garanticen condiciones de igualdad y favorezcan la convivencia en la diversidad, el sentido de pertenencia y la cohesión social (Echeita , Simon, & López, 2011) Fomentando a que las diferencias no se vean como un obstáculo, sino como nuevas oportunidades para aprender de otros, así como valorar y adquirir sus conocimientos, ideas y metodologías para cumplir un objetivo. Destacando en una frase, “donde hay educación, no hay distinción”. De esta forma comprendemos que el trabajo colaborativo no es sólo entender que se debe ayudar y aceptar a los miembros de mi equipo para alcanzar las metas, sino es solidarizarse con los demás equipos para que todos podamos cumplirlas. Y entender que toda el aula de clases funciona como un mismo equipo. Por lo que decidí llevarlo a lo práctico.
Podemos estipular que la inclusión educativa es un desarrollo que su objetivo primordial es crear espacios para que personas tenga acceso lo una educación justa, igualitaria y de calidad. Como una manera para erradicar las barreras y contemplar la diversidad de los alumnos. Se contempla principalmente impulsando el desarrollo de trabajo de manera colaborativa, entre pares e individuales. Para obtener diferentes experiencias constructivas
Escuela A
Así mismo durante las cortas jornadas de prácticas empecé observando dos escuelas; ambas de nivel primaria, que se ubican en los municipios de Chignahuapan y Zacatlán pertenecientes a el estado de Puebla, México. Me implique a la labor de observar y analizar dos grupos de sexto grado. Mediante desarrollaba un registro, así como una descripción sobre los elementos más relevantes sobre “el trabajo colaborativo” en el contexto aula y alumnos. El primer grupo de sexto grado, se encuentra en la escuela “Hermanos Serdán” ubicada en Chignahuapan, Puebla. El grupo está conformado por 27 alumnos, (15 niñas y 12 niños.) Así como su docente titular. El espacio en donde los estudiantes trabajan día a día es amplio comparado con la cantidad de alumnos. El aula cuenta con un pizarrón, una tele y herramientas tecnológicas como lo es el proyector, la computadora y un par de bocinas.
Este grupo presentaba grandes problemas de convivencia debido a que es muy individualista e indisciplinado, su ritmo de trabajo dentro del aula es algo lento, pero cumplen la finalidad del trabajo. Esto lo pude apreciar en la primera semana de observación, por lo que diseñé trabajos que cumplieran de forma precisa con el objetivo sin abarcar mucho tiempo, de esa misma manera fomentar el trabajo colaborativo y la inclusión. El grupo en general no presta mucha atención, son muy pocos los alumnos que atienden y cumplen las indicaciones. Cuando les asignó una actividad, nadie comenta alguna duda, ni con su compañero de a lado, incluso de manera corporal al realizar las actividades colocan el brazo sobre la banca para que nadie pueda copiarles. Cuando algunos alumnos terminan el trabajo más rápido que otros, lo que hacen es distraer a sus compañeros e incluso algunas veces logran confundirlos con comentarios, argumentando que; “así no es, o el resultado no es el correcto”. Por lo que decido colocarle otra actividad más sobre el tema. Para mantenerlos ocupados.
Inicié aplicando el método socrático que consta en la conversación, interacción y reflexión de los implicados. Aquí yo daba la introducción y la finalidad del tema empleando la información más destacada. Ellos se encargaban de dar aportes en referente a sus experiencias y conocimientos, en donde al mismo tiempo se genera un buen ambiente social y reflexivo dentro del aula. Poco a poco fue desapareciendo la tensión e individualidad del grupo, para pasar a un grupo que respetaba y esperaba su turno para poder dar un comentario.
Un día durante la jornada de observación me tocó cubrir la sesión de Educación Física, por lo que opté sacar a los alumnos al patio. Les asigne ejercicios de calentamiento, posteriormente forme parejas e hice carrera de relevos. De igual manera utilizando las parejas desarrolle actividades de competencias, en donde tenían que mostrar su habilidad de cooperación. Me enfoque en que ejecutaran el trabajo colaborativo mediante el juego y actividades físicas. “Recordando que el juego nos permite acceder a un nuevo yo que está mucho más en sintonía con el mundo. Así como el juego consiste en experimentar nuevas conductas o pensamientos, nos libera de las pautas de conductas establecidas” (Brown, 2010) de esta manera se consigue olvidar la indiferencia y para dar paso a la empatía.
La actividad fue sencilla, la primera consistía en amarrar a ambos alumnos de los brazos y pedir que se levantarán sin usar las manos, solamente las piernas. En esta actividad el objetivo era que ellos idealizaran alguna estrategia. El trabajo colaborativo se empezó a notar, pues ambos aportaban ideas de como deberían levantarse, ambos se escucharon e intentaron varios métodos hasta que funcionó. La segunda actividad fue colocarles un globo en la espalda de los alumnos y tratar de llegar a la meta sin que se les cayera. Esta actividad cumplía con el objetivo de desarrollar su coordinación y comunicación con su pareja. Me percaté que prestaban mejor atención fuera del aula que dentro de ella, entendieron mis indicaciones, las emplearon de forma correcta y trabajaron sin presentar problemáticas.
En la asignatura de Español, en el proyecto: “Escribir cuentos de misterio o terror para su publicación” correspondiente al bloque 2, les propuse que eligieran la manera en la que querían trabajar, en equipo o de manera individual. Algunos niños se volteaban a ver entre ellos y comentaban que querían trabajar en equipo, pero la mayoría optaron por hacerlo individualmente, respete su decisión, les pregunté ¿por qué? Comentaron que ellos podían decidir el tema de su cuento, así cómo los personajes y nadie podía meterse en su trabajo. Respeté su decisión y posteriormente me puse a exponer los puntos que tomaría en cuenta para la evaluación. Inicié comentando que se calificaría creatividad y originalidad de cada cuento, el cuento terminado tenía que ser escrito a mano y posteriormente a la revisión de ortografía, se pasaría a computadora, también tenían que entregar un dibujo en referente a su cuento en una cartulina o papel kraft, el último aspecto era la exposición de su producto (se tenían que leer su cuento frente a la clase.)
Mi explicación en torno a la evaluación tenía el objetivo de analizar la reacción de los alumnos cuando son superados por las tareas en conjunto con el tiempo y sus capacidades, así es como (Parrilla, 1992) “destaca que la acumulación de trabajos, provocan una necesidad de generar grupos, así como confrontar puntos de vista moderadamente divergentes acerca de una misma tarea que posibilita la descentración cognitiva y se traduce en un conflicto sociocognitivo que moviliza las estructuras intelectuales existentes y fuerza a estructurarlas, dando lugar al progreso intelectual”. Lo que quiere decir que los niños reflexionan su juicio en referente a la forma de trabajar, y dada la situación llegan a la conclusión de que “el trabajo colaborativo” es lo más adecuado para esta situación, aún sabiendo que tendrán que incluir una regulación con los integrantes que se les emparejen, y estar abierto a opiniones como críticas de sus ideas concebidas. Ahí es cuando el CSC (conflicto sociocognitivo) cumple el proceso, que se presenta de primer momento al aparece un desacuerdo en la forma de resolución de dicho problema que implica la necesidad de tener en cuenta la ayuda y el punto de vista de otros sujetos.
Me percate que el objetivo se había cumplido, dado que algunos alumnos empezaron a comentar que sería mejor hacer el proyecto en equipo, les respondí que lo pensaran durante su recreo y me dieran una respuesta entre hoy y mañana. Sé que podían trabajar de forma colaborativa por las actividades que les había implementado durante la sesión de Educación Física, simplemente necesitaban que los alentara. Sabiendo que la mayoría del salón son muy individualista, no les nacería trabajar de esa forma, por lo yo tenía que estructurarlo. Al día siguiente establecimos mediante votos la forma de trabajar el proyecto, me percaté de que todos los alumnos votaron en que fuera de manera grupal, les pregunté ¿por qué el cambio de opinión? me respondieron que el proyecto estaba algo complejo y extenso, ellos solos no podían cubrir todos los puntos y las actividades que les pedía, pero mientras fuera más integrantes se les haría un poco más fácil completarlo.
Para implementar la inclusión educativa empecé mostrándoles un vídeo llamado “por 4 esquinas de nada” que en resumen relata como un cuadradito intenta entrar a una sala en donde hay un grupo de círculos, probando varios métodos, hasta que se da cuenta que él no debe cambiar sino la entrada. Terminando el vídeo realizamos comentarios y se tenía que anotar una acción que cada alumno haya realizado para fomentar la inclusión. Posteriormente cada alumno tenía que pasar al pizarrón y escribir 2 habilidades y 2 dificultades que identificarán de si mismos. La actividad me ayudó para formar equipos de trabajos más equitativos. Al termino de la sesión ya estaban organizando todos los equipos, incluso entre ellos hablaban y proponían más de sus habilidades, algunos comentaban que eran buenos para dibujar, otros que tenían buena ortografía, de igual manera comparaban su letra para analizar cual era la mejor. Posteriormente se determinaron un rol para establecer que haría cada uno. Al pasar los días, noté que no existía alguna problemática o conflicto entre ellos e incluso se ayudaban mutuamente, el que era encargado de colorear, le pidió ayuda al que redactaba, incluso le daba consejos de como utilizar los colores y aplicar sombreados en el dibujo, así como el que tenía buena ortografía le enseñaba al que dibujaba en donde se colocaban las comas, los signos de admiración, de exclamación entre otros. Constantemente yo les daba ideas y consejos de como mejorar sus cuentos, incluso les leía fragmentos de libros y les explicaba palabras que ellos no entendieran para que enriquecieran su vocabulario, así como su escrito.
Resultados
Gracias a la inclusión dentro del aula mejoro su actitud de manera positiva aparte de la disposición para el trabajo colaborativo, valorando la importancia de cada uno de sus compañeros en el aula, por consecuente se estableció una mayor eficacia frente al trabajo individual. Se fortalecieron aptitudes como: la competencia social, la ayuda mutua, el respeto a las diferencias y la convivencia. Por consecuente se enriqueció la cohesión del grupo así como la participación activa de los estudiantes y la toma de decisiones consensuada. Con el aprendizaje entre pares se estableció un mejor diálogo que dio parte a el conocimiento mutuo y las relaciones positivas y de amistad entre ellos. De esa manera los estudiantes ayudaban a sus compañeros y aprovechaban sus conocimientos culturales para aplicarlos en trabajos que los requerían.
Cada día se mejoraba la comunicación dentro y fuera de el aula, debido al constante diálogo, se reforzó el valor del respeto, cuando pasaba a supervisar a cada equipos los integrantes escuchaban las propuestas e ideas de sus compañeros y entre todos ellos elegían si querían llevarla a cabo o existía una mejor propuesta. El trabajo colaborativo estaba siendo fructífero, no por la razón de tener una buena organización, y dividirse el trabajo, sino porque ambos emplearon sus habilidades y aptitudes para alcanzar un objetivo, y en el proceso les enseñaron a sus compañeros nuevas cosas e incluso les proporcionaban algunos consejos para mejorar el resultado así como establecer una confianza para compartir sus experiencias. Aquí es cuando la solidaridad y generosidad se remarcan en un grupo. Al final el proyecto se entregó en tiempo y forma, se cumplieron los aprendizajes esperados, así como mi objetivo de implementar el trabajo colaborativo y la inclusión en el grupo.
Escuela B
El segundo grupo de sexto grado que se observo se encuentra en la escuela “Narciso Mendoza” ubicada en Zacatlán, Puebla. El grupo está confirmado por 33 alumnos, (19 niñas y 14 niños.) Así como su docente titular. El espacio en donde los estudiantes trabajan día a día es reducido comparado con la cantidad de alumnos. El aula cuenta con un pizarrón y herramientas tecnológicas como lo es el proyector, la computadora y un par de bocinas. Este segundo grupo fue más fácil de manejar el “trabajo colaborativo” debido a que me percate desde los primeros días que en el grupo existía mucha solidaridad entre los estudiantes del aula a la hora de trabajar e incluso a nivel de interacción social. Muy pocos niños eran los que no se integraban a la hora de las actividades. Por lo que mi propósito aquí no era implementar, sino mejorar y fortalecer el “trabajo colaborativo y la inclusión” dentro y fuera del aula de clases. Por lo que en mis planeaciones diseñé, más trabajos en donde se notara la interacción social cada vez que fuera necesario, debido a que algunas actividades no se prestaban para hacerlo.
De esta manera di parte a la introducción sobre el aprendizaje enfocado al desarrollo social del niño propuesta por (Vygotsky, 1989) En donde indica que “la vía de la función social del lenguaje se llega gradualmente por la individualización, al lenguaje para sí mismo, mediante el cual tomará conciencia de la superación de las dificultades y los obstáculos, así como de la imaginación y el pensamiento”. En énfasis, el desarrollo se da finalmente cuando el lenguaje se pone al servicio del pensamiento infantil y se enfoca a transmitir ideas entre ellos mismos. Convirtiendo la individualidad en algo colaborativo, pues no sólo se establece una vía de diálogo, sino que a su vez también se logra compartir sus conocimientos y experiencias.
La actividad que integré para fomentar la inclusión fue la de exponer 1 platillo típico de México. Referente a la asignatura de Historia. Explicando sus orígenes, sus ingredientes y que representa actualmente. Para la exposición tenían que traer el platillo hecho. La actividad se llevó acabo en parejas. Les dí 10 minutos para que dialogarán y eligieran un platillo. Al pasar a supervisar a cada pareja escuchaba comentarios como:
-“Mi mamá sabe hacer muchos platillos mexicanos pero a veces no nos alcanza para todos los integrantes”.
-“Mi mamá si tiene el dinero pero no le gusta cocinar y compramos comida en fondas”.
-“Yo conozco muchos platillos mexicanos e incluso su historia porque me los contaba mi abuelita”.
– “Yo no sé que es un platillo típico”.
Me percate de la diversidad de conocimientos, accesibilidades y experiencias que se encontraban dentro del aula. Por lo que les propuse lo siguiente: Mañana investigarán ¿qué es un platillo típico? puede ser que le pregunten a un familiar o buscar en internet y tienen que traer un dibujo de un platillo típico de México. Al otro día cuando todos contaban con la información, comentaron lo que habían encontrado y juntos llegamos a una definición. Les expuse de un platillo típico en específico desde su nombre, sus orígenes, sus ingredientes y si actualmente lo siguen consumiendo. Terminando mi exposición les comenté que así quería la representación de ellos, sólo que implementarán el platillo físico y no con imágenes como yo lo había realizado. Les dí 15 minutos para que eligieran un platillo, aquí escuché comentarios asertivos y cooperativos como:
-“Hay que escoger este platillo porque yo me sé sus ingredientes”.
-“Me parece bien, yo busco su origen”.
-“Yo puedo comprar los ingredientes y tú mamá que los prepare”.
– “Claro, entonces yo traigo el platillo y tú trae un mantel para ponerlo”.
-“Me parece bien”.
La exposición de cada pareja concluyo de manera fructífera, se cumplió la finalidad en referente a la inclusión y contrasto con la “cooperación para aprender” así es como la ejecución mediante el trabajo colaborativo como recurso para fomentar el aprendizaje entre pares. El trabajo en equipo se relaciona como un contenido más que se debe aprender y fortalecer en las prácticas docentes. A este punto es importante retomar la interacción (profesor-alumno), debido a que está interacción se constituye como una competencia a desarrollar, que es de gran relevancia en el mundo actual con el objetivo de neutralizar el individualismo de las escuelas y en la sociedad. Haciendo énfasis a la descripción de (Ruiz, 2010) “La pretensión sobre cada individuo enfocado a que cuenta con diferentes habilidades así como dificultades, el conjunto del trabajo colaborativo erradica éstas dificultades tomando como pilar las habilidades de los integrantes para potencializar el apoyo entre ellos, dando paso a la solidaridad entre el grupo”. En concreto se logró compartir las experiencias, accesibilidades y conocimientos de cada alumno para concluir su trabajo.
La actividad pasada me sirvió como punto de partida para mejorar la convivencia áulica, pero decidí aumentar la interacción e integración, por lo que después los reuní en equipos de 4 integrantes, y aquí fue donde en verdad me sorprendí, ya que como en todo grupo existen alumnos que no quieren trabajar, visualice que los que siempre trabajan atraían a los demás a realizar la actividad, algunos alumnos tomaban el rol de líderes y les daban indicaciones a cada integrante para que desempeñará un trabajo específico. Les propuse salir al patio para que tuvieran mejor espacio y organización, todos los alumnos felices accedieron, estando afuera les pedí que dejaran de lado su trabajo ya que practicaremos pausas activas, terminando regresamos a la actividad.
Continúe con (Duran & Vidal, 2004) A cerca del aprendizaje entre pares y nos dice, que despierta un conjunto de procesos evolutivos internos capaces de operar únicamente cuando el niño está en interacción con las personas que le rodean y en cooperación con alguien que se le parece. Por lo que decidí empezar con actividades en parejas, note que poco a poco empezaron a empatizar más de lo cotidiano e incluso se ayudaban entre ellos mismos. Compartían ideas y comentaban diferentes puntos de vista. Me percaté que sí funcionó el postulado de Duran y Vidal.
Por lo que opte practicarles un cuestionario, este constaba de 10 preguntas, en referente a la asignatura de Ciencias Naturales, tema 3: “El calentamiento global” perteneciente al bloque 2. Les comenté que era una simulación sobre el examen que les aplicaría la siguiente semana. Inmediatamente pusieron más atención, pedí a un integrante de cada fila que les pasara una hoja con las preguntas, cuando todos tenían sobre su mesa la hoja, les aclare que lo podían resolver de manera individual. Les dí 30 minutos para resolver el cuestionario, la indicación central era que sólo podían tener un bolígrafo de color negro, lápiz y goma. Cualquier persona que hablara durante la prueba se le retiraría la hoja. Todos se apresuraron y siguieron las indicaciones, no les llevo más de 20 minutos cuando me empezaron a llegar los exámenes al escritorio. Cuando tenía todas las hojas en mi mano pregunté: ¿Qué tal les pareció la simulación del examen? contestaron que un poco difícil, a lo que argumenté: ¿Vino algo que no vimos en clase? Ellos expusieron que no, pero se les hizo difícil debido a que se ponen nerviosos ante un examen y no les permite concentrarse muy bien. Finalice diciendo que deberían de estudiar un poco más. Al terminar de revisar la prueba, la mayoría saco calificaciones de 7 y 8, muy pocos alumnos lograron el 9.
La siguiente semana les aplique el examen acerca de todo lo visto durante las 2 semanas, sus rostros se mostraban nerviosos. Todo cambio cuando comenté que el examen sería en parejas, y que eran libres de escoger a su compañero. Inmediatamente todo el grupo se sentó en parejas, empecé a pasar los exámenes y les dí 40 minutos, debido a que ahora eran 20 reactivos en referente al tema. Durante el examen no presentaron ninguna problemática, sólo dudas que aclaraba al instante. Aplique ésta iniciativa de trabajo porque: “en una metodología definida por el aprendizaje en competencias y por el papel activo del alumno, requiere de nuevas técnicas y estrategias de evaluación que complementen la tradicional valoración del profesor. Consiguiendo un aprendizaje profundo y autorregulado” (Gessa, 2011) Los exámenes me los comenzaron a entregar en los primeros 15 minutos. A los 20 minutos todos habían terminado.
Resultados
Les pregunté ¿Qué tal les pareció está modalidad? Todos comentaron de manera contenta que muy bien, debido a que cuando tenían duda sobre si su respuesta fuera correcta su pareja aportaba su idea y su opinión así juntos decidían una respuesta, e incluso cuando su compañero se quedaba a medias con una pregunta ellos les ayudaban y juntos confirmaban una respuesta. Les pregunté ¿Les gustó resolver el examen de esta manera? Todos comentaron que sí, expusieron que se sentían menos nerviosos de lo habitual, y podían compartir ideas sobre las posibles respuestas por lo que les generaba más confianza y mejor concentración. Llegaron a la conclusión que siempre dos cabezas piensan más que una. Al revisar los exámenes las calificaciones fueron de 9 y 10, a excepción de dos 8. Mejoraron su rendimiento y sus conocimientos fueron significativos, debido a que su aprendizaje se baso en el diálogo.
Cada vez que trabajaba con ellos en equipos notaba que su nivel de estrés disminuía mientras que su atención y percepción mejoraba constantemente. Cada diferente asignatura los cambiaba de equipo, esto para que se relacionaran con más de sus compañeros. Mi regla para esto era básica: mantener a alguien que siempre trabaja en cada equipo, así podría mantener la motivación y el control en cada uno de los equipos. Percibí que se creó una solidaridad en el grupo, ¿Cómo lo sé? Una clase anterior les pedí material para realizar cuerpos geométricos, entre ellos: plastilina, palillos, papel cascarón, etc. Al salir a trabajar note que algunos alumnos no cumplieron con el material por lo que les dije que bajarán con su libreta para trabajar en ella, debido a que no se podían quedar sin hacer nada. Les coloque algunos problemas matemáticos. Al supervisar el trabajo de los demás note que estaban hablando entre ellos de una forma sana y placentera, y al mismo tiempo estaban trabajando.
Al regresar a ver a los alumnos que no llevaron su material me dí cuenta que estaban formando también sus figuras, pregunte: ¿Dónde consiguieron su material? Me contestaron que algunos de sus compañeros les obsequiaron plastilina y otros palillos. ¡Me sentí feliz! Debido a que durante mi jornada de práctica logré mi propósito, e incluso algo más. No sólo cumplí el objetivo de lograr implementar el trabajo colaborativo y la inclusión en un aula, sino añadir un valor muy importante como lo es la solidaridad, el valor humano por excelencia, espero regresar y observar que sigan manteniendo y promoviendo esa misma actitud de compañerismo.
Conclusión
El trabajo colaborativo ayuda a que el proceso de aprendizaje no dependa ni recaiga hacía el docente, comprendemos que los alumnos también pueden compartir e implementar más ideas y experiencias de lo que nos imaginamos. Al promover las dinámicas de trabajo colaborativo, se fomenta el diálogo y el respeto que por consecuente nos lleva a una competitividad amistosa en donde prevalece un clima sano dentro del aula, impulsando el aprendizaje y la solidaridad que son base para formar alumnos con valores morales. Determinando la ejecución de las actividades se aprobó de manera fructífera la integración de los alumnos en el proceso de enseñanza entre pares que se ejecutó en el aula, permitiendo construir una reflexión en cada niño para sentirse como parte esencial del aprendizaje. De igual manera poder contribuir al reconocimiento de sus habilidades y aptitudes, que puede aportar en cada clase, así como en proyectos con sus compañeros.
Resalto el alcance de compenetrar las diferentes formas del trabajo colaborativo mediante la individualidad de cada alumno, para mejorar el desempeño de su equipo, así como las estrategias y ordenamiento que desarrollan para cumplir su objetivo y fortificar su interacción social mediante diferentes valores . Que les servirán para formar una mejor persona dentro y fuera del aula. Entendiendo que el trabajo colaborativo no sólo se enfoca en contextos laborales y profesionales, sino igualmente en los contextos educativos, donde existe repercusión de interacción y aprendizaje, enfocados en una construcción sociocognitiva que fortalece el aprovechamiento escolar. Debido a que todos los alumnos asumen roles desde múltiples perspectivas que representan diferentes pensamientos, ideas y experiencias que aprenden en contextos reales para ser aplicado en situaciones cotidianas. Incrementa la reflexión interpersonal a la hora de tomar una decisión, y opta por crear una propuesta diferente de las que ya existen para llegar a una solución, aportando algo innovado a cada situación para la clase.
Por consecuente posibilita el cumplimiento sobre respeto a la diversidad como valor fundamental de la sociedad aplicada dentro del aula y un fundamento enriquecedor sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje. Un principio muy importante es la interdependencia positiva y eficaz, que se cumple al desarrollar la interacción a diferentes posturas, ideas y habilidades de sus compañeros, de ese modo se logra el mejoramiento de competencias personales, sociales, actitudinales y cognitivas; necesarias para garantizar una educación de calidad que facilite el desafiar las demandas de la sociedad actual.
El trabajo colaborativo conduce principalmente al acervo de características implicadas en perseguir la inclusión de los alumnos dentro y fuera del aula de clases, permitiendo desarrollar diferentes formas de trabajos más efectivas para la educación. Así como una herramienta pedagógica de gran valor en la implementación de un modelo educativo inclusivo, ya que respeta la diversidad, facilita la participación y permite el acceso a una educación de calidad con igualdad de oportunidades a todas las personas. Aprobando la adquisición de conocimientos, mientras se considera el entendimiento individual, así mismo los tiempos y las actividades para llegar a un objetivo colaborativamente. Reforzando el razonamiento y el trabajo entre pares, estableciendo un desarrollo íntegro que demanda la sociedad actual. Postulo que: “Individualmente, somos pintura. Pero juntos, una obra de arte”.
*Estudiante de la licenciatura en educación primaria
Referencias
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Kemmis, S. y MacTaggart, R. (1988) Cómo planificar la investigación-acción. Barcelona: Ed: Leartes, D.L.
Freire, P. (1989) Pedagogía del oprimido. Ciudad de México: Ed. Siglos XXI.
Dilthey, W. (1978) Introducción a las ciencias del espíritu. Ciudad de México: Ed. Fondo de la cultura económica.
Escámez, J. y Gil, R. (2011) La educación en la responsabilidad. Barcelona: Ed. Paidós ibérica.
Rousseau, J. (1985) El contrato social. Madrid: Ed. SARPE.
Casamayor, G. (2015) La formación on-line: una mirada integral sobre el e-learning, b-learning. Barcelona. Ed. Graó.
SEP (2011). Plan de estudios 2011. Educación Básica. México. SEP.
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