Nuestro país está perdiendo a sus jóvenes. Conforme pasan los años aumenta la cantidad de adultos en el país, y se pierde el bono demográfico juvenil, además que no se han dado soluciones claras a las principales problemáticas que enfrentan los jóvenes, dijo Jose Antonio Pérez Islas.
El Coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM impartió la conferencia “Jóvenes y trabajo”, durante la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, durante la cual explicó que dos de las principales preocupaciones de los jóvenes es la permanencia escolar y la obtención de un empleo digno.
Sobre este último punto, recalcó que no basta con conseguir un “trabajo cualquiera, sino uno decente”, y al no obtenerlo, muchos de los jóvenes han optado por voltear a la ilegalidad con los trabajos informales o el crimen organizado.
A estas complicaciones, agregó, se le suman las pocas oportunidades de seguridad social y solvencia económica, lo que aumenta el problema que cada día se vuelve más complicado.
En entrevista, al término de su ponencia, el integrante del Seminario de Educación Superior, detalló que aunque el panorama se torne complejo, las investigaciones demuestran que con un mejor nivel de escolaridad, hay mayores oportunidades de tener mejores ingresos, sin embargo, el contraste es muy claro al señalar que entre más estudios se tengan, menor es la oferta de trabajo, por lo que se vuelve una situación muy complicada.
En este sentido, explicó que la especialización es una de las alternativas para mejorar el panorama, aunque reconoció que no existe mucho mercado para todos.
“Y al mismo tiempo, los trabajos generales o que no tienen relación con lo que se estudió, no tienen gran aporte en cuanto a experiencia y reconocimiento”, abundó.
Adicionalmente, explicó que el problema de los estudiantes universitarios es que se quedan más tiempo en casa de los padres en espera de que llegue el trabajo ideal para poder independizarse, lo que vuelve más complicado que los jóvenes se aventuren por nuevos caminos laborales.
Finalmente, señaló que las políticas en materia de apoyo a la juventud aún son muy escasas y dispersas. Por ejemplo, concluye, el Instituto Nacional de la Juventud tiene más de dos meses sin cuerpo directivo, lo que demuestra la poca atención gubernamental que se tiene hacia este rubro.