Esta nueva edición del 15 de mayo (día de los maestros y las maestras de México), ha servido para ratificar los viejos problemas y las nuevas demandas de una profesión, que se mueve muy poco en relación a las exigencias sociales de un contexto cada vez más demandante.
Si bien, los maestros y las maestras son la ventana de la cultura que permite mirar a los niños y niñas a cargo de cada educador y educadora; esta ventana cada vez se torna más exigente y sirve como escaparate para mirar una realidad que cada día se torna más compleja.
Cada 15 de mayo por tradición se realizan dos eventos en paralelo, el oficial en recintos adornados y con discursos acartonadas, llenos de lugares comunes y el periférico, con marchas y manifestaciones callejeras con discursos improvisados y con una protesta contenida en la que se exige: más salario y mejores condiciones profesionales para los trabajadores de la educación de este país.
La referencia de la edición 2019 del 15 de mayo registró dos grandes eventos: por un lado el anuncio del aumento salarial y el mensaje del líder del SNTE y, por el otro, en conferencia de prensa el presidente López Obrador, da a conocer la legalidad de la nueva reforma educativa la cual ha sido avalada por 18 congresos locales. Y que, elimina los rasgos punitivos de la anterior y revalora la imagen de los maestros y maestras.
En la lucha de los maestros democráticos se comienza a perder de vista, el compromiso social que se tiene con la educación, se pide para sí aumentó y mejores condiciones de trabajo pero se ofrece muy poco para la sociedad a la que se deben.
Bajo este marco, la figura de las y los docentes de nuevo se convierten en figuras lejanas ya que, si bien son protagonistas de la tarea educativa, son piezas de retórica de políticos y líderes sindicales.
Cada año el día de los maestros y de las maestras, se reduce a dos situaciones complementarias:
- Por un lado el asunto del aumento al salario que los charros del SNTE lo saben capitalizar muy bien.
- b) Y por otro lado tenemos la búsqueda de reconocimiento y legitimidad institucional en las iniciativas venidas desde el gobierno.
En todo ello, el magisterio es un agente colectivo, distante y mudo, a modo de figura lejana. Porque no habla y aun al hablar no hay quien lo escuche. En el marco de cada 15 de mayo, poco se debate acerca de los temas importantes de la educación en México, del enfoque, las tendencias del modelo educativo en cuestión y de los compromisos con la sociedad.
Es por todo lo anterior que cada 15 de mayo pienso en los viejos maestros y maestras, que primero mantenían un firme compromiso con los alumnos y alumnas a su cargo y luego venía todo lo demás. De estos maestros –me parece–. Ya existen muy pocos.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx