“Si un niño llega a la escuela desnutrido, golpeado o con tensión tóxica la pedagogía puede hacer muy poco o nada. Si los niños pobres van todos a escuelas pobres y los ricos a escuelas ricas, las escuelas son fábricas que perpetúan la pobreza y crean segregación. Si los cerebros de los niños en la calle viven o perciben cotidianamente, ambientes o experiencias, pobres, corruptas, inseguras, contaminadas y entre gorrones, la escuela puede hacer muy poco. Por tanto, necesitamos otro tipo de reformas; mucho más profundas, de raíz”… Eduardo Andere
En la actualidad, se han generado, a partir de las modificaciones constitucionales en materia educativa en nuestro país, una reforma educativa que establece como prioridad , la generación de condiciones que permitan una mejora en el logro de los estudiantes de nuestro país, con el establecimiento de algunas acciones que permitan incidir en la apuesta por una mejora sensible de la educación y, sobre todo, para cumplir el derecho a la educación de los millones de niños y niñas que hay en nuestro país.
A cuatro años de la implementación de la Reforma Educativa, se ha querido, a base de un doble lenguaje, que por un lado reconoce la importancia de la participación del magisterio en la calidad de la educación y, por el otro, deja en el mismo, lo culpa y responsabiliza de la actual situación de la calidad de la educación, al ser precisamente el magisterio, el único que debe de evaluarse, sin tomar en consideración una serie de factores que de manera importante influyen en el aprendizaje infantil.
Como una muestra más de lo anterior, se encuentra la aplicación, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE), el cual es es un estudio de logro de aprendizaje, que evalúa el desempeño de estudiantes de tercer y sexto grado de escuela primaria en las áreas de Matemática, Lectura y Escritura (Lenguaje), y Ciencias Naturales en el caso de sexto grado en el cual participa un total de 15 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay) más el estado mexicano de Nuevo León (México).
Por supuesto que el objetivo principal es dar cuenta de la calidad de la educación en la región y guiar la toma de decisiones en políticas públicas educativas. En esta segunda entrega de resultados que se dio en 2015, muestra la relevancia de las características de los estudiantes y sus familias para explicar los logros de aprendizaje, y que el índice de nivel socioeconómico, que considera en conjunto el índice individual del estudiante y el del promedio de su escuela, predice el aprendizaje en todos los países, disciplinas y grados evaluados, lo cual da sentido a los resultados de nuestro país, en función de la grave situación socioeconómica en que se encuentra prácticamente la mitad de la población y las nulas acciones gubernamentales para brindar una solución de fondo y que esto repercuta en los resultados educativos.
Por ello, es necesario revisar el actuar de la política educativa para con el magisterio nacional, aprender que no debe de ser el único en proceso de evaluación y culpa, sino que se han de generar esquemas para la evaluación de quienes toman las decisiones y por supuesto de la política educativa en consecuencia. El magisterio es parte de la solución y no de la causa de lo que sucede actualmente en la educación.
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