Wenceslao Vargas Márquez
Es la hora de que Juan Díaz, Alfonso Cepeda, Jaime León Navarrete, se vayan de sus cargos sindicales nacionales en el SNTE. Hicieron de un sindicato en otro momento vigoroso una oficialía de partes del gobierno, hicieron de sus cargos una representación sindical parasitaria. Debió llegar Morena al gobierno y al poder legislativo para poder tener la esperanza de resolver tantos despidos laborales derivados de la reforma educativa y de la ley docente en particular.
En poco más un mes de trabajo el nuevo partido en el poder, Morena, ha hecho lo que nunca quisieron hacer ni los líderes nacionales y seccionales del SNTE ni los diputados federales de Nueva Alianza en cuanto a revertir los daños generados por la reforma educativa. Recibieron dinero del erario y se abstuvieron. Los abordajes legislativos de Morena (que los diputados federales de Nueva Alianza jamás quisieron tocar) son, entre otros, los siguientes: la eliminación de la fracción III del artículo 3º Constitucional donde aparecen las obligación a presentar evaluaciones que no evalúan, el exhorto para cancelar las evaluaciones docentes de permanencia de noviembre del año en curso, la reinstalación vía política de los docentes cesados una vez que se cubran las formalidades jurídicas de cada caso. Nada de esto quisieron ustedes, ni su partido político, y por eso desapareció, repudiado en las urnas, Juan.
Al revés que el SNTE, que no logra salir de la conmoción de la derrota, hay autoridades educativas que se adelantan a los hechos y trazan su propio cronograma, como Francisco Ayón López, secretario de Educación de Jalisco. Dijo lo siguiente el dos de octubre: “El maestro Esteban Moctezuma ya generó la situación de que a partir del primero de diciembre se reinstalarán, nosotros ya estamos con los procesos de trabajo del propio gobierno entrante federal para sacar todos los listados, de los docentes que fueron retirados del servicio por esta cláusula en concreto de la reforma educativa y se estará trabajando con ellos”. Era obligación del SNTE. Ni lo intentaron siquiera, Juan.
El SNTE, a cargo de Juan Díaz, de Alfonso Cepeda, de Jaime León Navarrete, cambió la agenda para dejar de representar a los trabajadores y se ubicaron en otros temas: buscar diputaciones uninominales y plurinominales, buscar senadurías (Veracruz, por ejemplo, rechazada), mantener el registro electoral de Nueva Alianza, cuidar las playas, los popotes y la vaquita marina. Se perdieron, perdieron el rumbo, y perdieron todo. Nunca se decidieron a representarnos y luego salieron con el tema de que “ratificaban” no sé cuál lucha. Nunca lo hicieron. Es falso, Juan.
Derrotados en las urnas como líderes y como candidatos a legisladores federales y locales, es decir, derrotados en todos los frentes, se apuraron a tirársele al piso a nuevo gobierno federal en desplegado del ocho de julio, una semana después del triunfo de López Obrador. A la abyección le llamaron institucionalidad. No sirvió. Alteraron los estatutos para reelegirse por otros seis años y tampoco servirá ese manoseo. Se concedió en el estatuto reformado en 2018, a través del artículo 41, fracción IV, que “quien ocupe la Presidencia del SNTE no podrá volver a desempeñar ningún otro cargo de dirigente sindical”. Una concesión graciosa que nada significa porque en 2024, de haber ganado el PRI, a como era el plan inicial de febrero de 2018, se modificarían de nuevo los estatutos para prolongar el mandato. No se pudo, Juan.
Juan Díaz, Alfonso Cepeda y Jaime León Navarrete, nos traicionaron. ¿Recuerdas mi caso, Juan? Cumplió tres años sin resolverse, bajo complicidad documentada por escrito de mi sección sindical, la 32 de Veracruz. (Espero la réplica). En diversas partes del país hay casos iguales, y hay peores. De Sonora, nuestro saludo solidario a la maestra Marcela Zazueta, también sin trabajo y sin ingreso, por su lucha en contra de esa desgracia nacional que fue la reforma educativa. Ustedes tres hubiesen hecho siquiera el uno por ciento de lo que ha luchado esa maestra. Hay quien ha dicho, desde la más profunda de las ignorancias (no creo que la mala fe) que esos casos no existen en Veracruz, pero por supuesto que existen, Juan. En Veracruz hay trabajadores golpeados por la reforma educativa y la ley docente; la lista de despedidos y golpeados sin adscripción, sin empleo, sin ingreso, será entregada a las nuevas autoridades.
El lunes ocho de octubre se cumplen cien días desde que triunfó el nuevo gobierno y todavía no hay foto del presidente electo con los dirigentes nacionales del SNTE. Es que nunca habrá foto; ya no la esperes, Juan. Es hora de irse Juan Díaz, Alfonso Cepeda, Jaime León Navarrete. En su caso conservarán su empleo mientras a nosotros nos quitaron nuestra única fuente de ingreso. Comoquiera les toca abandonar el cargo sindical cuyo desempeño por traidores no cumplieron. Ha sido inútil y ya es demasiado tarde, pero de cualquier forma lo planteo: a cualquier lugar que vayas, adonde te lleve la vida, nunca olvides nuestros casos, Juan. Ahora les toca a ustedes tres: es hora de irse, Juan.
Twitter @WenceslaoXalapa