“Muchos de los problemas que causa la inequidad en educación —sin duda los más importantes— no son educativos ni dependen de las políticas del sector. Encuentran sus raíces en la pobreza de la población y sus efectos. Por esa razón, el combate a la inequidad educativa necesariamente requiere de políticas intersectoriales capaces de atender al menos aquellas consecuencias de la pobreza —el hambre, el trabajo infantil, la lejanía, la inseguridad— que afectan de manera directa la escolaridad de la población”, precisa el INEE en su informe 2014 “El derecho a una educación de calidad”.
Hay mexicanos que, en los hechos, tienen mayor derecho a recibir una educación de calidad; con maestros profesionales, instalaciones adecuadas, ambientes propicios y materiales adecuados, no obstante; hay otro sector de la población, principalmente el que pertenece a alguno de los casi 70 pueblos originarios que habitan en nuestro país, quienes quedan al margen de ejercer este derecho humano, señala el informe del INEE.
“La inequidad constituye una violación de los derechos humanos, es uno de los mayores obstáculos para tomar ventaja del progreso y su perpetuación puede conducir a su naturalización”. “Desde el comienzo de la educación básica se observan inequidades, pues son menores los logros de quienes asisten a escuelas rurales y preescolares comunitarios; puede afirmarse que este nivel no está operando como un mecanismo que asegure, a todos los niños, una plataforma sólida para continuar aprendiendo. Esto es especialmente preocupante, pues para los más pobres el preescolar resulta de la mayor importancia”.
No es accidental, es producto del rezago histórico que “en la educación primaria, sea la modalidad indígena la menos beneficiada en materia de infraestructura escolar, pues 68 por ciento de los planteles se encuentra en condiciones desfavorables”, señala el informe 2014 “El derecho a una educación de calidad”.
“Es de esperarse entonces que los resultados de aprendizaje también sean desiguales. En el caso de los aprendizajes de la primaria; es claro que la escuela primaria no está logrando egresar a todos sus alumnos como alfabetas funcionales, y que esta falla es más aguda entre los que habitan en zonas rurales. En secundaria, las escuelas en las que se aprende menos son las telesecundarias”, asegura el INEE y agrega que buena parte de los jóvenes indígenas que asisten a la escuela lo hacen en una telesecundaria.
La educación indígena
“Respecto del aprendizaje, los alumnos de escuelas de modalidad indígena aparecen siempre en último lugar. En tercer grado de primaria, sólo 53 por ciento alcanza al menos el nivel básico de aprendizaje en Español y 32 por ciento el de Matemáticas. Al terminar la primaria, estas proporciones son 56 por ciento y 66
por ciento respectivamente”; y agrega “esta desventaja también se expresa en la educación media superior donde la población indígena accede a los subsistemas de más baja calidad y menor reconocimiento social.
“La población no indígena de 25 años y más sin educación básica completa equivale a 43 por ciento, pero entre los indígenas este porcentaje se eleva a 70 por ciento. En el extremo opuesto, si bien 14 por ciento de la población adulta no indígena cuenta con educación superior completa, esto es cierto apenas para 5 por ciento de los adultos indígenas”, explica el informe El derecho a una educación de calidad”.
¿Qué se puede hacer?
Para atender estas desigualdades educativas, lo cual representa una deuda histórica “es necesario asegurar que los indígenas reciban educación en su propia lengua y respecto de su propia cultura en todas las escuelas, y no solamente en las indígenas, en todos los niveles educativos, y no solamente en preescolar y primaria. Se sabe que una proporción importante de los niños indígenas asiste a escuelas regulares, y en ellas también tienen derecho, de acuerdo con la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, a ser educados en su propia lengua a lo largo de su educación básica”.
La actual inequidad, plantea, sin duda, “la necesidad imperiosa de una política de inversión de escala, es decir, revertir la tendencia de gasto público e innovación educativa a favor de los que más lo necesitan”.
“No se puede ofrecer lo mismo si se quiere lograr resultados similares o equiparables para grupos distintos. La equidad significa trascender la igualdad y aplicar criterios que permitan darle más y diferente a quienes más lo necesitan”, son los planteamientos y recomendaciones de este Instituto encargado de evaluar el Sistema Educativo Nacional, en sus niveles obligatorios.