Sin un impulso al desarrollo de proyectos de investigación internos ni coordinación con las áreas académicas, así como profundización de una creciente contradicción entre la normatividad vigente y la organización administrativa, la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) enfrenta un círculo vicioso que “nos condena a la inanición”, afirmaron profesores y alumnos de esa casa de estudios.
Agregaron que debido a la falta de una propuesta pedagógica propia y de recursos presupuestales, la matrícula se ha ido reduciendo desde hace una década, mientras el deterioro de la infraestructura afecta aulas, equipamiento de cómputo, cafetería, baños y pasillos.
Sin una transformación de fondo, señalaron, “seguiremos como una institución repetidora de programas educativos creados hace más de 15 años”.
Varios entrevistados –Tatiana Coll, Alfonso Lozano Arredondo y Rosario Rivera, profesores-investigadores de la casa de estudios– destacaron que la UPN sufre una crisis estructural, pues desde su creación por decreto presidencial, en 1978, se ha mantenido un modelo administrativo unipersonal, en el cual el rector toma todas las decisiones, sin necesidad de consultar a profesores y alumnos.
A esto se suma el abandono financiero de sus instalaciones, pues hay goteras en techos y pasillos e insuficiencia de equipamiento en las aulas. Los baños tienen problemas de abastecimiento de agua, son insuficientes para la población escolar, y no se cuenta con insumos básicos para su limpieza, aseguró Rivera.
Las barreras burocráticas y la desconexión entre las áreas académicas con las de investigación propician que muchas de las propuestas y proyectos se frustren, pues no existen los espacios adecuados para un debate a fin de integrar correctamente los cuerpos académicos con los de investigación, afirmó Coll.
Alfredo Palomares, alumno de licenciatura en pedagogía, destacó que una de las demandas más urgentes de la comunidad estudiantil es garantizar la ampliación de la matrícula, pues en años recientes se ha venido reduciendo el número de espacios para la formación en campos como la sociología, e incluso se desapareció la licenciatura de educación para adultos.
De acuerdo con la agenda estadística 2012, en el ciclo que acaba de concluir se atendió a 4 mil 21 estudiantes en seis licenciaturas, aunque se destaca que la formación para educación de adultos se encuentra a punto del cierre, con un total de ocho alumnos.
Publicado en La Jornada