“La SEP visualiza el papel de la tecnología como un vehículo para distribuir textos, videos, y audios, además de que promueve poco el uso de las herramientas que precarga” explican las especialistas en educación Irán Guerrero y Judith Kalman después de analizar el programa micompu.mx.
Las investigadoras estudiaron los Retos TIC, dirigidos, según la SEP, a “alumnos, docentes y familias que buscan despertar emociones positivas en torno a la tecnología y sugerir actividades interesantes y divertidas para utilizar los contenidos educativos del Portal Primaria TIC”.
Tras analizar cada uno de los retos, las especialistas plantean dos premisas:
“que la SEP visualiza el papel de la tecnología como un vehículo para distribuir textos, videos, y audios; segundo, se promueve poco el uso de las herramientas que precarga. Es decir, da más peso al consumo que a la producción de objetos culturales”.
En el artículo Consumir información, leer restringidamente en pantalla: las expectativas de participación de las familias en el programa micompu.mx, Guerrero y Kalman critican que cosas que la SEP califica como retos, por ejemplo hacer un calendario o crear un álbum de fotografías “son actividades comunes o universales que todos sabemos, queremos o necesitamos hacer”.
Para las especialistas del Laboratorio de Educación, Tecnología y Sociedad del Cinvestav, la noción de reto supondría un desafío en el uso de tecnologías digitales, mientras que la SEP lo usa como “un sinónimo de tarea”, al cuestionarse qué aspectos desafiantes –respecto al uso y manejo de tecnologías digitales– se encuentran en los retos, Guerrero y Kalman concluyeron que son “usar las tabletas o las computadoras portátiles para leer textos en pdf, escuchar audios que nos animen a leer y escribir. En menor medida, hacer un álbum de fotografías o editar un audio o un video”.
Dentro del espacio Retos TIC hay un apartado para la familia, la SEP aspira a que la computadora sirva también a los integrantes de la familia para “consultar información, elaborar escritos, hacer cuentas, tomar fotos y grabar videos de la familia y la comunidad”.
Las investigadoras explican que dicha propuesta “sugiere que prevalece el supuesto de que lo que se hace en la escuela también puede hacerse en la casa”, un planteamiento cuestionado, desde hace más de 30 años, por académicos de distintos países.
“La investigación, desde hace casi tres décadas, ha demostrado que las actividades escolares no tienen el mismo sentido en espacios fuera del aula, ni son apropiadas de igual manera en todos los hogares o comunidades”, advierten Guerrero y Kalman.
Los retos para la familia sugieren un uso de las TIC acotado y como una extensión de lo que se hace en la escuela.
Judith Kalman, del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav e Irán Guerrero, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, concluyen explicando que los videojuegos ofrecen dos maneras de enfrenta un reto al usuario: hacer intentos de ensayo y error con situaciones de prueba que no impactan los resultados; así como realizar acciones en el contexto de un juego donde sí se afectan los resultados.
“Eliminar estos aspectos del reto como motor del aprendizaje significa no comprender la esencia de un reto como catalizador del aprendizaje, pues el aprendizaje no está únicamente en realizar acciones sino en dialogar con otros acerca de lo que se hace”.
Anteriormente, sobre el trabajo de Guerrero y Kalman, Educación Futura publicó: Redes sociales, alternativa para el intercambio pedagógico entre profesores.