En días pasados, la Secretaría de Educación Pública (SEP), convocó a egresados de las instituciones de educación superior del país, a participar en el Concurso para la Selección y Contratación de Docentes para el Fortalecimiento del Idioma Inglés en las Escuelas Normales. En esta primera convocatoria, se pusieron en juego 646 plazas del total de 1000 que habrán de ofertarse en los próximos meses. La evaluación para obtener un lugar en el medio educativo, a decir de la SEP, se realizará en tres etapas: a) acreditación del dominio del inglés (CAE); b) acreditación de las habilidades didácticas (TKT); y, c) acreditación de las habilidades y responsabilidades ético-profesionales. No obstante estos momentos evaluativos, se dijo que quienes ya estuvieran certificados en Cambridge English: Proficiency (CPE) o Certificate in Advanced English (CAE) con nivel mínimo C1, podrían exentar la primera etapa, pero, si alguno de los interesados tuviera un certificado TKT, ICELT o Delta, podría exentar la segunda etapa.
Interesante idea fue ésta – pensé por un momento –. No obstante, un dato que también resultó mucho más interesante para quienes tuvimos la oportunidad de conocer sobre este asunto, fueron los sueldos base (mensual) que habrían de percibir quienes tendrían con la fortuna de ganarse un lugar para laborar en el subsistema normalista. Éstos, como pude observarse en ese documento, oscilan entre los $27,000.00 y $33,000.00. Asunto nada menor si es que consideramos o equiparamos el sueldo que un maestro de una escuela normal (asociado A, tiempo completo) percibe, por ejemplo.
Se dijo, que la Secretaría de Educación, a través de este concurso, pretendía contar con los mejores maestros para la enseñanza de ese idioma en la educación básica dado que, a través de las escuelas normales, se propiciaría que sus estudiantes y futuros docentes, lograrían que sus futuros alumnos, en sus momentos educativos, aprenderían el inglés tan necesario para competir y enfrentar las realidades que la globalización impone.
También se dijo, que con esta acción, en unos cuantos años, el país y sus habitantes, será bilingüe porque sólo de esta forma, México podría estar a la par de otros tantos más en el mundo, donde el inglés, es una realidad, un hecho.
Palabras más, palabras menos, éste fue el panorama que observamos y comentamos en demasía quienes nos encontramos en el medio educativo. Como parece lógico, algunos posicionamientos fueron y son a favor de tal propuesta secretarial; sin embargo, otras, han tenido y tienen, los argumentos y bases sólidas para afirmar lo contrario, es decir, que dicha propuesta, es otro de los “chispazos” que se la vienen a la mente a quien despacha desde la Calle de República de Argentina en la Ciudad de México, y hay razón en ello.
Como seguramente usted sabe y conoce, desde hace tiempo, vengo haciendo un análisis y algunas propuestas sobre lo que ocurre en los diferentes niveles educativos que integran el SEM. He sabido reconocer aciertos de la SEP pero, también, he hecho críticas – debidamente fundamentadas – sobre otras tantas más que han emanado de la misma Secretaría. En este caso y para acabar pronto, considero que éste es un sueño guajiro más del propio Secretario Nuño dadas las condiciones políticas por las que el país está atravesando.
Elementos para sostener mi argumento son muchos y muy variados. Comenzaré por el que la propia enseñanza de un segundo idioma se refiere. Ésta, como tal, no es nueva; desde hace años se viene dando desde la educación preescolar hasta la superior o… ¿me equivoco? De hecho puedo afirmar, que si no se ha avanzado en tal asignatura, es porque los mismos gobiernos federales, en diferentes sexenios, a través de la Secretaría de Educación y de sus respectivos Secretarios, se han olvidado por completo de lo que hay y existe en el medio y, lo más doloroso, de los maestros y maestras que dan clases de inglés en tales niveles educativos.
¿Por qué no se fortaleció a la planta docente que atiende asignaturas de inglés en las distintas escuelas que forman parte de la educación básica en lugar de contratar a maestros para que enseñen tal idioma en las escuelas normales?, ¿por qué se menospreció a los docentes normalistas que cuentan con una plaza definitiva en las escuelas normales y que la misma Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), mediante sus programas de fortalecimiento a la educación normal, ha certificado en Cambridge?, ¿por qué se menosprecia el trabajo que por años han realizado los docentes (de cualquier nivel educativo) que enseñan inglés en las cientos de escuelas de mi querido país afirmando que hoy se contará con los mejores maestros para esta materia?
No obstante esta serie de reflexiones, tengo una más que me preocupa y ocupa, ¿por qué se pone la mirada en las escuelas normales para este propósito si el mismo Secretario de Educación y el Gobierno Federal a través de su supuesta “reforma educativa”, ha marcado la pauta para el Ingreso al Servicio Profesional Docente mediante un concurso que, dicho sea de paso, deja fuera a cientos de egresados de las escuelas normales y ha abierto las puertas para que cualquiera que desee ser maestro, participe en este proceso?
Que alguien me explique, porque de plano no entiendo.
Nuñolandia existe, es claro que así es pero, lamentablemente, no es el mismo país en el que viven más de cincuenta y cinco millones de mexicanos sumidos en una pobreza que duele y lastima a cualquier mexicano. Soñar no cuesta nada, ambicionar ser mejores es loable pero, si no se tienen las bases para ello, suena más a un populismo barato que lastima aún más, a quienes en verdad, desean superarse en la vida.
¿Cuántas y cuántas veces hemos escuchado que seremos un país bilingüe?, ¿cuántos Presidentes de la República que han ocupado un lugar en Los Pinos nos han vendido esta efímera idea?, ¿a cuántos Secretarios de Educación les hemos escuchado tal propuesta?
Bien dicen que de lengua me como un plato y, en esta ocasión tan flamante Secretario de Educación, se ha equivocado una vez más. Sí, es importante la enseñanza del idioma inglés, pero desafortunadamente, esta propuesta no tiene fundamento y sustento que el mismo diagnóstico puede arrojar. Si en esta ocasión a los docentes que serán evaluados se les pide que elaboren un proyecto de enseñanza cuya base reside en el diagnóstico, ¿por qué no hizo su tarea el señor Nuño? o ¿acaso no sabe elaborar un proyecto? Si lo tiene, ¿cuál es el diagnóstico?