La laicidad es uno de los principios más importantes del Artículo Tercero Constitucional, si bien su definición no es precisa, se refiere a que la educación en nuestro país se regirá bajo principios científicos sin dogmatismos, ni rituales o ceremonias religiosas, en los hechos las prácticas no siempre van acorde con dicho principio.. La reciente visita del Papa Francisco a nuestro país, hace que dicho principio se cimbre y sea prácticamente pulverizado.
Debido a motivos históricos y religiosos, es que nuestro país sufre la embestida y la dependencia del fanatismo religioso de distintas maneras y bajo varios ropajes. Si bien es un tema escabroso, difícil de abordar pero con la visita a México del Papa Francisco demuestra que se mueve como “pez en el agua”. Jorge Mario Bergoplio es un tipo inteligente, sensible, que dice lo que muchos quieren escuchar. Su visita se torna en una especie de válvula de escape de catarsis colectiva que de manera paulatina permite sacar de a poco, gran parte del descontento contenido, ante tanto abuso y arbitrariedad gubernamental, ante un clima cada vez más permeado por la violencia e inseguridad. En un país de enormes contrastes, de asimetrías sociales y económicas, la vista del Papa Francisco no soluciona nada, pero sirve de pretexto para ordenar de mejor manera la agenda pública y el curso de acción de la misma en cuanto a los asuntos políticos y educativos.
La visita del Papa Francisco ha afectado de alguna manera la vida cotidiana de nuestro país, los periódicos le han dedicado cada día la nota de ocho, los espacios deportivos tuvieron que ajustar sus horarios para no competir con el horario triple A ¿y qué pasa en las escuelas? ¿Cómo se aborda dentro del currículum transversal la visita del principal jerarca de la Iglesia católica y –me atrevo a decirlo– el guía religioso más poderoso e influyente del mundo? ¿De qué manera maestras y maestros negocian con el principio laico de nuestra constitución su práctica educativa? ¿Cuál es la postura oficial de las autoridades educativas al respecto?, y en última instancia la visita del Papa Francisco se convierte en una mercancía más, que se vende con relativa facilidad ante ávidos compradores de imágenes, de palabras y de trasmisiones televisivas.
La visita del Papa Francisco a nuestro país, nos demuestra una vez más que estamos en una sociedad vulnerable, la cual se ha trasformado radicalmente, ya no caben las posturas principistas ni fundamentalistas, ante una sociedad diversa se requieren políticas versátiles que sean capaces de atender luego de entender el gran cúmulo de demandas y requerimientos educativos.
La visita del Papa Francisco es una asignatura más de las que no encajan tan fácilmente dentro del currículum formal mexicano. Las posiciones a favor y en contra de la misma, dan cuenta de la ausencia de un método adecuado para dialogar, debatir y tomar acuerdos.
Esperemos que después de la resaca amanezcamos un poco más fortalecidos en cuanto al de proyecto de nación y de educación que necesitamos para la mayoría de mexicanos, bajo esta profunda crisis de gobernabilidad dentro de la cual seguimos sumidos.
Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara
Mail: mipreynoso@yahoo.com.mx