Sergio Martínez Dunstan
Abelardo Carro Nava
La promesa lanzada en 2018 en Guelatao, Oax., por el entonces candidato a la presidencia, y hoy presidente de la República, para democratizar la vida sindical en nuestro país quedó, prácticamente, en el olvido. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se encargó de sepultarla hace unos días, al celebrar “elecciones” de directivas seccionales en Baja California y Tlaxcala. Un proceso electoral que, como hemos señalado en reiterados artículos, es violatorio a lo dispuesto en la Ley Federal del Trabajo en su artículo 358 del derecho a la LIBRE participación de los trabajadores al interior de esta organización sindical.
No hubo fuerza institucional ni legal que detuviera al que algún día fuera conocido como el sindicato más grande de América Latina. Ni la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), ni el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA) hicieron su trabajo. Las mieles de la conveniencia política y la ambición desmedida por el poder hicieron lo suyo: tirar al cesto de la basura eso que en 2018 se denominó: democracia sindical.
Por su parte, Alfonso Cepeda, hizo lo propio, y con bombo y platillo se apresuró a calificar de exitoso dicho proceso electoral realizado el 21 de octubre en las Secciones 2 y 37 de Baja California, así como la 31 del estado de Tlaxcala. Según se señaló en el comunicado 37-2021 que emitió este Sindicato: prevaleció la madurez democrática, se respetó el voto directo, secreto, nominal y, por primera vez, universal de acuerdo con la nueva legislación laboral. También: que en las tres elecciones hubo un proceso pulcro, impecable y democrático. Además de informar que en esos tres procesos: participaron observadores y verificadores del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, entre ellos su presidente (en Baja California), así como representantes de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Y sentenció: no existieron dedazos, imposiciones y sesgos.
¿De qué manera se respetó el voto directo, secreto, nominal y universal si el reglamento para renovar las directivas seccionales contraviene lo establecido en el artículo 358 de la Ley Federal del Trabajo?, ¿de qué manera se justifica y fundamenta que hubo un proceso pulcro, impecable y democrático si los padrones electorales estuvieron hechos a modo y la supuesta elección/votación se vivió en el más completo descaro en cuanto a coerciones, cohechos y acarreo de votantes a las urnas electorales?, ¿de qué sirvió la presencia de supuestos observadores y verificadores que no observaron y verificaron nada de lo dispuesto en la Ley Federal del Trabajo?
Al respecto, señalamos solo tres de los varios comentarios que circularon en las redes sociales el día de la votación efectuada en el estado de Tlaxcala, mismos que agrupan otros tantos más, con otro tipo de inconformidades por parte de los trabajadores de la educación participantes:
“Hubo muchas situaciones en las que incurrió la planilla azul, a tal grado de que los delegados que estaban apoyando al otro candidato, prohibían realizar el voto a personas que, aunque estuvieran en el padrón, les negaban el acceso cuando las indicaciones fueron claras para que asistiéramos a votar”.
“Mi directora recibió la indicación por parte del Delegado Sindical, de que tenía que presentarse, con todo el personal docente a su cargo, para que emitieran su voto por el representante de la planilla ‘disidente’; el día de la elección nos pidió que nos concentráramos en la escuela para que de ahí nos fuéramos a votar, yo no me presenté porque no pensaba votar por esa persona”.
“Acudí a votar en el lugar que supuestamente me correspondía, conjuntamente con mis compañeros de trabajo, pero al llegar a las mesas no aparecí en el padrón, la respuesta que me dieron los que se encontraban en la mesa es que a ellos solo les entregaron el padrón y que no tenían conocimiento del porqué no aparecía; nadie me dio respuesta y no pude ejercer mi voto”.
Reiteramos, este tipo de comentarios, agruparon una serie de expresiones que diversos trabajadores de la educación hicieron públicos en sus redes sociales; no obstante, no fueron exclusivos de una de las dos entidades federativas donde se celebraron “elecciones” porque, un asunto que no fue menor y que desde luego no pasó desapercibido, fue el que dio a conocer el periodista Erick Juárez a través del portal que dirige Educación Futura, relacionado con el traslado de más de 120 docentes de la Sección 54 de Sonora, con la respectiva autorización por escrito de la Secretaría de Educación de esa entidad, para participar en los procesos de elección sindical de la Sección 2 de Baja California los días 20, 21 y 22 de octubre. Asunto que, desde luego, merece una explicación por parte de quien otorgó ese permiso puesto que, si mediante oficio DGRH/5277/2021 emitido por la Secretaría de Educación y Cultura del Gobierno de Sonora, firmado por Ricardo Alcaraz Ruiz, Director General de Recursos Humanos, se autorizó que tales docentes se ausentaran de sus actividades para participar en el proceso electoral los días señalados, ¿cuál fue el fundamento jurídico por el que se dio dicha autorización/comisión?, ¿no acaso las actividades derivadas de un asunto sindical se insertan en el ámbito de las licencias sin goce de sueldo a las que tiene derecho cualquier trabajador de la educación?, ¿la representación sindical de Sonora es una autoridad educativa que determina quién puede o no asistir a actividades estrictamente sindicales?, ¿y la educación y las clases que pudieron haber recibido durante tres días los niños y niñas que atienden esos 120 profesores?. En fin. Menudo embrollo.
Ahora bien, no hay que perder de vista otro tema que nos gustaría subrayar, el de los candidatos que resultaron “electos” en esta contienda. Tal parece que el Presidente de México, y algunos de sus más cercanos operadores políticos, trabajaron con ciertos “aspirantes” a ocupar las directivas seccionales con la finalidad de que se llevaran el triunfo en esas entidades de la República Mexicana. Viejo lobo de mar, como lo es el mandatario nacional, ha encontrado la forma de contar con subordinados o fieles súbditos al interior de la estructura del SNTE. Ello podría explicar, el por qué ni la STyPS ni el TFCA aplicaron la ley. ¿Amor con amor se paga?
Sí, son tiempos de cambio, pero como diría aquel: mucho ha cambiado para que todo siga igual… o peor.
Al tiempo.
Referencias:
Juárez, E. (2021). Intervienen docentes de Sonora en elecciones de Baja California. Educación Futura. Recuperado de: http://www.educacionfutura.org/intervienen-docentes-de-sonora-en-elecciones-sindicales-de-baja-california/