Ya reiteradamente se ha dicho que este 1° de diciembre es el día de cambio de gobierno, se va Enrique Peña Nieto y llega Andrés Manuel López Obrador, dicho relevo no es cualquier cosa, puede que sea (así lo esperamos muchos), un parteaguas en la historia política y social en nuestro país.
En educación como sucede cada seis años hay una agenda pendiente que no se cumplió o que incluso jamás se planteó por parte de la administración que sale. Dicha agenda no sólo recupera los puntos de interés de los cambios y las tendencias de la educación en el plano global sino que también tiene que ver con responder a las necesidades sociales que este país ha venido acumulando desde hace muchos años.
La agenda pendiente en educación se divide en dos bloques, a) los asuntos que han sido mal atendidos o desatendidos por los gobiernos anteriores (rezago educativo, participación social en educación, evaluación de los aprendizajes, etc.), y b) los temas inéditos emergentes y que no han sido atendidos hasta ahora de manera seria y sistemática (migrantes, violencia en las escuelas, inequidades de género, uso de las tics en educación etc.).
La agenda pendiente en educación, no sólo se reduce a la esfera política, es decir no sólo en la política se han desatendido o postergado los asuntos educativos, tambero en el terreno propiamente pedagógico. Y este es un vicio o un error de los grupos en el poder, de separar o escindir la política de la pedagogía en el diseño de objetivos, estrategias y rutas de acción. El abordaje también se torna desproporcionado y lo peor de todo ello es que la pedagogía termina quedando secuestrada por la política siempre o casi siempre.
La agenda pendiente en educación inicia con asuntos muy formales, la reforma a la Educación Normal como el gran tema que ha sido postergado injustificadamente y que no pudo cerrarse satisfactoriamente por el gobierno que concluye.
Un segundo aspecto de esta agenda pendiente tiene que ver con la organización de los contenidos de estudio y la esfera curricular, en dicho plano, no termina por cuajar un diseño curricular basado en el aprender a aprender o en favorecer aprendizajes para toda la boda. Predomina el enfoque transmisionista (desde el diseño), en la organización de los contenidos. La incorporación del eje de contenidos llamado desarrollo socio emocional es uno de los aspectos novedosos que ha aparecido apenas hace unos cuantos meses, es una incorporación válida que habrá de profundizar y atenderse de mejor manera.
Otro tema de la agenda pendiente es el asunto de las inequidades, asimetrías e injusticias educativas, la atención educación sigue inclinada a atender a los atendidos y privilegiar a los privilegiados, desde el equipamiento de las escuelas, la preparación de los docentes y los recursos destinados a la atención educativa, tienden a concentrarse en los polos urbanos o en los lugares que ya cuentan con recursos suficientes. Tanto el sector rural, (zonas apartadas), el mundo indígena y los sectores periféricos ubicados en los cinturones de miseria y de pobreza concentradas en las periferias de las grandes ciudades, no han alcanzado estos beneficios. La educación en nuestro país sigue siendo profundamente inequitativa.
Oro bloque de temas, tiene que ver con el asunto de los ejes transversales, el asunto de la violencia, la convivencia, la educación por la paz y los derechos humanos, la educación ecológica o del cuidado del medio ambiente, etc. No han tenido la atención necesaria. La educación para la ciudadanía implica congruencia en los principios y en las acciones, en última instancia ¿lo que estamos haciendo en las escuelas, está contribuyendo a la formación de los ciudadanos de este siglo o de este milenio que apenas inicia. ¿Estamos satisfechos con el sesgo que le estamos dando a la formación ciudadana?
Un último bloque de temas de la agenda pendiente en educación, tiene que ver con acoplar el sistema mirando hacia el futuro. La incorporación tecnológica en las escuelas, la postura ante el uso del internet y los dispositivos móviles, el uso de videos, de clases interactivas, en donde en el centro del debate se coloca no el acceso a la información (asunto medianamente resuelto), sino el uso crítico de la misma. Este es un tema que deberá debatirse ampliamente de tal manera que nuestro sistema camine a la par de los avances tecnológicos y las innovaciones.
La agenda a quién va dirigida, es obvio pensar que directamente a los tomadores de decisiones e indirectamente a todas aquellas personas interesadas en el abordaje de los asuntos educativos en nuestro país.