Sergio Martínez Dunstan
La revalorización docente fue el objeto de análisis de la Mesa organizada por Educación Futura (https://bit.ly/2ZVehTH). Escribí algunas notas para mi participación. Fueron la base del escrito de mi autoría publicado en la misma plataforma digital (https://bit.ly/2O8qXRP). Mi posición es un discernimiento sobre las practicas discursivas sin respaldo en los hechos por parte de los actores políticos y las autoridades educativas. Parto de criterios objetivos para fundamentar mi postura. Retomé tres líneas esenciales, en mi parecer, manifiestas en las discusiones de los diputados al aprobar las iniciativas: a).- honrar al maestro sin estigmatizarlo; b).- el derecho del magisterio en servicio a la formación continua y c).- dejar de lado las evaluaciones estandarizadas para justipreciar el desempeño docente. Sobre esa base, identifiqué tres asignaturas pendientes: 1.- El sistema de capacitación, formación y actualización; 2.- El Sistema de Carrera para las Maestras y los Maestros y 3.- El desuso de exámenes escritos. El debate llegó hasta las redes sociales. Incluso, recibí invitaciones para deliberarlo en otros escenarios y audiencias. En eso estábamos al momento de darse a conocer el Programa Sectorial de Educación 2020 – 2024 (https://bit.ly/2ZKFzvI). Me interesó sobremanera conocer el plan de acción y los procedimientos técnicos de concreción a las buenas intenciones.
Es preciso señalar que el PSE toma como referente la reforma educativa del quince de mayo del dos mil diecinueve, se basa en los derechos constitucionales y se sustenta en los principios rectores del Plan Nacional de Desarrollo (PND). Se fundamenta, de igual manera, en el marco jurídico normativo vigente. Por ejemplo, en la Ley General de Educación, Título IV De la Revalorización de las Maestras y los Maestros, Capítulo I Del magisterio como agente fundamental en el proceso educativo. En el PSE se tienen previstas seis prioridades. En una de ellas, llamada “Maestras y maestros como agentes de la transformación educativa” se trae a colación las consecuencias punitivas derivadas de la evaluación del desempeño en el Servicio Profesional Docente que puso en vilo los derechos laborales de los docentes, según se menciona. Por ello, se pretende hacer realidad la frase “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”. Se busca pues, garantizar el reconocimiento del esfuerzo que realiza el personal docente en el aula. Textualmente se destaca que: “Hoy se abre una nueva etapa en la educación que revaloriza la figura del personal docente, directivo y de supervisión, a fin de que se conviertan en agentes de cambio y gocen de autoridad y respeto en sus comunidades, a partir de su profesionalismo y vocación de servicio”. La revalorización docente es un pretexto para cuestionar la política de profesionalización docente de la administración pública anterior y el derecho a una formación de calidad para el personal docente. Se considera injusto “esperar que un plan de estudios funcione si la formación docente -inicial y continua- impide desarrollar los conocimientos, habilidades y valores indispensables para garantizar su exitosa implementación en el aula”. Y se asume también, a nombre del Estado Mexicano, la obligación de “proporcionar a los futuros docentes las herramientas necesarias para propiciar el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes”.
En el PSE se plantean cuatro estrategias para revalorizar a las maestras y los maestros:
1.- Garantizar que la formación inicial de los futuros docentes los conocimientos, capacidades, aptitudes y valores necesarios para la educación integral.
2.- Reorientar la formación continua del personal docente, directivo y de supervisión para el óptimo desempeño de sus funciones y la mejora continua del proceso de enseñanza-aprendizaje.
3.- Fortalecer la función magisterial a partir de procesos de selección pertinentes para la admisión, promoción y reconocimiento así como la evaluación diagnóstica, que favorezcan el desarrollo profesional de las maestras y los maestros.
4.- Apoyar la gestión del personal docente, directivo y de supervisión destinados a los centros educativos en todos los niveles para fortalecer la prestación del servicio.
De todo lo anterior, hay un pequeño detalle del cual poco se ha dicho y, por lo mismo, parece que no tiene la menor importancia. Me refiero a lo señalado en Artículo 90 de la Ley General de Educación. “Otorgar, en términos de las disposiciones aplicables, un salario profesional digno, que permita a las maestras y los maestros de los planteles del Estado alcanzar un nivel de vida decoroso para ellos y su familia, arraigarse en las comunidades que trabajan y disfrutar de vivienda digna; así como disponer del tiempo necesario para la preparación de las clases que impartan y realizar actividades destinadas a su desarrollo personal y profesional”. Nada tengo que agregar, más bien el magisterio cuenta con más elementos de juicio para opinar al respecto.
El Secretario de Educación tiene muy presente la revalorización docente. Así lo hizo constar en el Encuentro Virtual realizado el pasado ocho de julio (https://bit.ly/2BPsU33). Inició aludiendo a ello. Explicó, desde su propia visión, las razones por la cual se introdujo en el texto constitucional la concepción de los maestras y maestros como agentes de cambio, de transformación. El Subsecretario de Educación Básica fue el moderador. Le preguntó al Secretario de Educación a nombre de los asistentes ¿de qué manera se llevará a cabo el proceso de promoción horizontal? Le dio la palabra para que respondiera al Titular de la Unidad para el Sistema de la Carrera de las Maestras y los Maestros, así se autopresentó. Explicó el proceso y dio cuenta de que se puso a consideración, en el tiempo legal establecido, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para los efectos del impacto presupuestal sin recibir aún autorización. Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública, finalizó aludiendo al mismo tema: “Las maestras y los maestros han mostrado una vocación a toda prueba. Un profesionalismo, un compromiso con la educación pública que nos hace realmente salir más fuerte de esta pandemia. El magisterio es irremplazable.” De igual manera, aprovechó el momento para anunciar la publicación del Programa Sectorial de Educación 2020-2024. Resaltó que ha quedado plasmado como uno de los tres objetivos prioritarios valorizar a las maestras y los maestros… bla, bla, bla. Lo advertí en la colaboración anterior, se hecha mano de la práctica discursiva sin respaldarla en hechos concretos. En síntesis, la revalorización docente pasa por muy buenas intenciones, mejor oratoria y planeación de actividades puntuales sin concretizarse en términos reales. En la jerga de los chavos se diría: La revalorización docente es puro choro mareador. Habría que esperar el final del sexenio para juzgar la política de gobierno genéricamente hablando, la política educativa de manera más particular y las políticas públicas en materia de educación en lo específico sobre la revalorización docente.
P. D. Les dejo el significado de “choro mareador” (https://bit.ly/3eeFO7O).
Carpe diem quam minimun credula postero
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