“Las cifras referidas debieran servir para reubicar el debate sobre el problema educativo en su centro real, que es el de la pobreza, la desigualdad y las deficiencias presupuestales, de infraestructura y de planificación en el sistema de educación pública del país” … Christian Skoog, representante en México del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
A nivel central en nuestro país, el rumbo educativo ha tenido una serie de desatinos que no permiten definir un rumbo para que la política educativa encuentre el camino por el cual se habrá de transitar para lograr un verdadero cambio en términos educativos y pedagógicos.
El problema principal, a decir de la deficitaria actuación de la propia Autoridad Educativa Federal, radica en responsabilizar al magisterio de las diferentes problemáticas a las que se enfrenta el Sistema Educativo Nacional, percepción que dio origen a las grave y dañina Reforma Educativa y que ahora el propio magisterio sufre las consecuencias.
A mediados del mes pasado, se presentó por parte de Christian Skoog, representante en México del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) el informe “Niñas y niños fuera de la escuela”, un estudio en el que se detalla que cuatro millones 100 mil niñas, niños y adolescentes se encuentran excluidos del Sistema Educativo Nacional.
En el informe ejecutivo, de casi 150 cuartillas, comienza con un mensaje que dice “la educación es un derecho humano fundamental que posibilita el ejercicio de los demás derechos humanos, mismo que coincide con el derecho a la educación establecido en nuestra Carta Magna pero que, a juicio de las acciones, pareciera letra muerta en perjuicio de quienes menos tienen.
Según las cifras presentadas por la Unicef, el 54.3 por ciento de los niños de 6 a 11 años se encuentran en situación de pobreza patrimonial y 25.8 por ciento del total presentan carencias alimentarias. Por otra parte, en las regiones con población predominantemente indígena el sistema de primaria indígena o bilingüe y bicultural tiene una cobertura de sólo 5.8 por ciento de las localidades en las que es requerido.
Independientemente de las recomendaciones que emplazan al Gobierno Federal a “Construir una política pública integral dirigida a las niñas, niños y adolescentes (NNA) que se encuentran fuera de la escuela”, el informe resulta trascendental porque exhibe el verdadero problema de la educación en México: la pobreza.
Estas cifras y las muchas que se presentan en los cinco capítulos y seis anexos del informe, debe de servir a la sociedad para generar el debate en el espacio que verdaderamente corresponde, en el de la pobreza, desigualdad, recortes e inequidades presupuestales, de infraestructura y por supuesto en la mala planificación del Sistema Educativo Nacional.
No, no es el magisterio el responsable de las problemáticas que inciden en el tema educativo, es una problemática que tiene que ver con el alto grado de desigualdad que existe en nuestro país y cuya realidad palidece ante la nula oferta que se hace para una mejoría integral desde las políticas públicas.
Espero, deseo y anhelo que se genere, desde el principal espacio de política educativa en nuestro país, algo que se encuentre más allá de campañas promocionales, autoelogios y bonitas presentaciones que en nada ayudan, pues más pronto se anuncian grandes inversiones a la educación, para, de un momento y plumazo, anunciar fuertes recortes al presupuesto, sin una verdadera política educativa de largo alcance y gran calado.