Por un error imperdonable de la redacción de Educación Futura, ayer por la mañana publicamos un artículo equivocado de la doctora Etty Estévez en lugar del que reproducimos a continuación en el mismo espacio. Muy apenados con ella, corregimos el error y nos disculpamos por el gazapo cibernético.
Carta abierta al Secretario de Educación Chuayffet
Hermosillo, Sonora, enero de 2014
El motivo de la presente es comunicarle algunas ideas y sugerencias sobre la Reforma Educativa que aprobó el Poder Legislativo este año. Como estudiantes y profesora de la Maestría en Innovación Educativa de la Universidad de Sonora, en primer lugar, queremos destacar que la Reforma Educativa resulta problemática, ya que genera la percepción de que la evaluación está ligada a asuntos laborales. Esto provoca que se pierda credibilidad frente a la opinión pública. Muchos maestros la ven con desconfianza y temor. Ha sido un mal comienzo, porque en una reforma educativa lo importante es, según Fullan y Hargreaves –expertos en reforma e innovación educativa a nivel mundial- hacer que los docentes sean partícipes del cambio no ponerlos en su contra.
Hace unos años, la educación en Chile se encontraba en una situación de crisis similar a la nuestra, al igual que Finlandia a finales de los noventa. En ambos países, se dieron cambios radicales que los han llevado a subir su nivel educativo, sobre todo Finlandia, país que se coloca en los primeros sitios en las pruebas internacionales. ¿Cómo lo lograron? Atendiendo aspectos que en México se han descuidado. Por un lado, reconocieron el valor que tiene la profesión docente, la importancia de una preparación profunda de aquellos que serán los encargados de llevar a la práctica cada una de las reformas educativas. Asimismo, tanto en Chile como en Finlandia se identificaron las fallas en el sistema y se propusieron metas ambiciosas, pero factibles y concretas, centradas en incentivar el aprendizaje del estudiante y no solo conseguir puntajes altos en las evaluaciones. Lo más importante de estos cambios fue el apoyo económico, político y moral que el gobierno dio a los profesores y las escuelas durante todo el proceso.
El caso de Finlandia muestra que la mejora de la educación no estuvo centrada en la evaluación del docente sino en su reconocimiento como pilar esencial del sistema educativo y en haber proporcionado una especial atención a su formación. En México se requieren soluciones para sacar adelante las deficiencias formativas que pudieran observarse hoy en los maestros y, sobre todo, debemos destacar sus talentos y potencial en beneficio de lo verdaderamente importante aquí: el aprendizaje y formación del estudiante.
Es primordial dignificar el papel del profesor, devolverle a la profesión el valor ancestral que ha perdido y que se continúa destruyendo en nuestro país: para educar se requiere dignidad en el mismo tamaño que el compromiso. Además, los casos exitosos de reformas educativas han considerado esencial trabajar bajo un esquema de interdependencia, desde el cual se difundan y compartan las prácticas docentes exitosas, en una red que posibilite el compartir experiencias y generar conocimiento.
Entonces, hay que evaluar para mejorar, para dignificar a quien lo merece. Estamos convencidos de que si se evalúa justamente y, consecuentemente, se premia a quien lo merece, esta Reforma tiene un futuro promisorio. También, estamos seguros de que si se ignora al profesor y si las evaluaciones son injustas, la Reforma no funcionará. Para lograr estos objetivos es primordial diseñar evaluaciones con un alto nivel de pertinencia y equidad en consideración a los diferentes contextos sociales y económicos que enfrentan los profesores y las escuelas y, de similar importancia, el Estado mexicano deberá realizar las transformaciones que sean necesarias en el sistema educativo para estar en condiciones de atender con soluciones integrales los problemas y necesidades del aula.
Con la misma urgencia de la reforma en curso deben realizarse los cambios de fondo que requiere la formación inicial de profesores. Es indispensable detener el tráfico de influencias que persiste a la hora del ingreso de los estudiantes a las normales —vicio que se redujo en algunas entidades desde que se presentan exámenes de admisión, pese a que aún hay cuotas sindicales y de otros tipos. Se requiere, también, darle otro enfoque a la formación de los futuros docentes. Romper el paradigma actual, creando un nuevo sistema, no endogámico, compuesto por universidades (en las que se revalore al normalista por su conocimiento experiencial que es único) abiertas a probar métodos en contextos y situaciones reales; con académicos formadores de alto nivel y planes de estudio que fomenten un perfil de docente capaz de reflexionar sobre sus prácticas didácticas, dotándolos con herramientas científicas de investigación que les permitan detectar problemáticas dentro del salón de clase y en sus comunidades, siendo parte activa de las soluciones correspondientes, en colaboración con otros especialistas de la educación y otras ciencias.
Nos preocupa que a casi un año de iniciada la reforma constitucional emprendida por el actual gobierno federal, aún no haya indicios de nuevas acciones que apunten hacia el tipo de cambios educativos e integrales que le urgen a nuestro país. Por nuestra parte, tal y como dijo Pablo Latapí, continuaremos corriendo tras nuestras utopías y experimentando los riesgos de nuestra precaria libertad, que son formas de decir que seguimos teniendo esperanza.
Atentamente
Estudiantes de la VII Generación de la Maestría en Innovación Educativa de la Universidad de Sonora: Álvarez Quintero Adolfo, Barton López Melina, Borbón Muñoz Iván Humberto, Bueno Castro Gissel, Cañedo Macías Ana Gabriela, Córdova Rubio Diego Adrián, Cortez García Danahé Aleida, Estrada González Silvia Aurora, González Juárez Carmen, Guzmán Álvarez Alejandra, Hernández Villa Alicia del Carmen, Hugues Santa Cruz Esther, Leyva Muñoz Adriana Guadalupe, López Franco Guillermo, López Gutiérrez Guillermo, Ochoa Priscilla Guadalupe, Padilla Escalante Brenda Judith, Pérez Benavidez Paola, Ruiz Ávila Mayra Lizeth, Sarabia Sáenz Noelia Anahí, Torres Soto Nissa Yaing, Velázquez Ruiz Alejandra Guadalupe, Yánez Díaz Mireya Berenice.
La autora es profesora-investigadora de la Maestría en Innovación Educativa de la Universidad de Sonora: Dra. Etty Haydeé Estévez Nenninger.