Reynaldo Rivas Vargas
El hartazgo por parte de los profesores que conforman la Educación Básica por el tema de la resiliencia fue uno de los manifiestos más grotescos que permearon antes, durante y al finalizar la sexta sesión de CTE. La actividad que fue llevada a cabo este 12 de abril de 2021, los mentores dejaron ver su disgusto ante este objetivo, porque consideraron que son atropellados en sus emociones, al expresar que sus superiores no propician también en ellos, el poder potenciar como sus líderes, la resiliencia en su personal. Un grito que se vociferó y expresaron ¡nosotros también requerimos que nos ayuden!
La Sexta sesión de Consejo Técnico Escolar colocó como pretexto importante un concepto que suscitó la alarma en los profesores, fue el tema de la resiliencia. Asunto que fue motivo de controversia, incluso de debate. La duda que deviene como origen de estos pronunciamientos, es la de averiguar si esa querella yació como un rictus de molestia por la forma en que sería llevada a cabo esta sesión, o por ser vista no como un verdadero aporte a la tarea que hoy desarrolla el grueso del magisterio nacional de manera sincrónica (virtual) con los alumnos que se les han destinado para ser atendidos.
La otra incertidumbre que emerge sobre esta disertación es la de poder profundizar en algunas diferencias que se pudieron notar en la implementación de esta sesión de CTE; la primera, comprender si los profesores ante esta noción (resiliencia) la ven como un dispositivo que les ayude por ejemplo; a modificar su práctica cotidiana, que sea un abono en un tema que es de suma importancia; la mejora de los aprendizajes de los estudiantes, e incluso que les asista para mejorar el uso de las herramientas tecnológicas, o ya en el mejor de los casos, utilizar adecuadamente una plataforma tan criticada como es aprende en casa I, II Y III.
La segunda enmienda se decanta por analizar, el avance de la sesión de CTE, donde se puede notar que los profesores la ven como una perdida de tiempo, existe en algunos casos poca participación para ahondar en los temas, solo se hace cuando es cuestionado o requerido, o porque en la organización del colectivo fue o era el responsable de desarrollar cierta temática de la agenda enmarcada para la sesión. Lo que pone al descubierto el principio filosófico por el cual resurgieron los CTE hace algunos años, el cual expresaba la de favorecer el espacio para la formación, el tratado de temas de suma importancia para el colectivo, entre otros, cobijados por supuesto por la guía que mediaba la temática a desarrollar.
Otra derivación importante para tomarse en cuenta, más no de justificar este argumento al abordar el tema de la resiliencia, fue que su observancia deriva, al menos bajo los comentarios que los profesores manifestaron, lo siguiente:
- La sesión del 12 de abril de CTE venía plagada por algo poco ortodoxo, sesionarla estaba plagada de un hecho inverosímil, se llevaría a cabo después de un regreso de un periodo vacacional, provocando que más de uno de los asistentes, no lo vieran con buenos ojos.
- Los profesores se verían obligados como consecuencia de su planificación, a revisar la guía durante las semanas de asueto, considerándolo como un atropello a sus derechos laborales.
- Podemos resumir que el CTE y su tratamiento en los colectivos escolares, ha sido rebasado en algunos casos por la indiferencia, las temáticas no abonan a lo que esta pandemia ha originado, por ejemplo el de evaluar a la distancia, un tema que es una queja importante porque el docente se siente desnudo en cómo evaluar adecuadamente, cómo planificar tomando como base la inclusión, debido a que la deserción aumenta cada vez más por la falta de recursos en muchas familias para conectarse a las clases virtuales, y la exigencia es mucha.
Tomando como base los argumentos anteriores, se puede reflejar que el tema de la resiliencia no fue del todo conveniente en su tratamiento para los profesores, hay temas de mayor impacto que no se tocan por temor a salirse de la agenda. Por otro lado este texto en las escuelas, en el aula de clase, no es un argumento nuevo, así lo manifestaron los profesores al momento de ser abordado en el desarrollo de la agenda y de la propia guía, explicaron que desde hace tiempo la han venido desarrollando, y que su implementación ya es de hace algunos años, lo que les ha permitido asumirla ser un derrotero importante para propiciar que los alumnos la asuman por ejemplo, en la construcción de su proyecto de vida, favoreciendo otra resultante, el de empoderar a los estudiantes, o como se plantea ahora favorecer las habilidades socioemocionales. Sin embargo, la formación a través del CTE se queda a distancia, porque como argumentan los profesores hay otros temas que no son tocados en la guía, y que podrían tener mayor impacto en su cotidianeidad, ¡si se abordaran!
Lo cuestionado deja ver que su tratamiento pragmático por parte de quien dirige la sesión de CTE, en su ejecución abona poco a la mejora y al desarrollo de los aprendizajes de los estudiantes, y mucho menos ayuda a palear a los profesores su ya desgastada acción de trabajo con los alumnos, bajo las modalidades vigentes y, como producto de la vorágine de la pandemia ha promovido como un nuevo paradigma de trabajo; desarrollar su práctica educativa en forma sincrónica y asincrónica.
El sesgo aun más crítico se puede fundamentar desde lo siguiente:
- El Consejo Técnico Escolar tendría que ser visto como un espacio de reflexión, de análisis de discusión, e incluso de propuesta didáctica para que se pueda llevar a la práctica en las aulas de clase al termino de la sesión.
- Los acuerdos de cada sesión son observados como una disposición y es allí, donde se rompe el encanto porque los profesores esperan que el CTE se vea como un espacio de academia, aquella que planteaba Platón cuya tesis se basaba, “todos tiene algo que saben y algo que desconocen” y es precisamente allí, donde se enriquece el trabajo, con el dialogo y la participación reflexiva de todo el colectivo.
Finalmente, el COVID 19 ha colocado al magisterio que conforma la Educación Básica en el hastío, sus rostros desencajados por un tema que ya se volvió recurrente, ha provocado que en algunos se les note el anhelo de volver a las aulas de clase, a la escuela, pues la propuesta implementada el 12 de abril, mostró la limitada participación para detonar una agenda que parecía ser prometedora y que al parecer solo quedó en el tintero, lo desilusionante podría estar es que el anhelo de volver a la escuela y tener nuevamente por parte de los profesores a los alumnos en el salón de clases, pueda provocar recordando a Nietzsche “en el infierno de lo mismo”. Las mismas practicas, los mismos estilos de enseñanza, entre otras cosas.
Como consecuencia de esta sexta sesión de CTE, no fue para nada extraño que hubiera controversia y, ojalá no sea a manera de cerrazón por parte de los profesores, y solo sea un pensamiento que se puso en la mesa del debate entre los docentes al expresar ¿y al docente quien le ayuda a ser resiliente? Sería importante disipar la duda y que esa especulación solo haya sido como una forma sarcástica para decir ¡ya basta!