El 23 de junio pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentó los resultados de la Medición de pobreza 2014, basados principalmente en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2014 que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El informe del Coneval nos permite dimensionar, a través de datos estadísticos, el fenómeno de la pobreza en México. A partir de 2008, dicho organismo adoptó una nueva metodología para medir la pobreza de manera multidimensional: ingreso, rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, acceso a alimentación, calidad y espacios de vivienda y acceso a servicios básicos en la vivienda.
Como parte de los resultados del informe se sabe que el número de personas en situación de pobreza aumentó de 53.3 millones en 2012 a 55.3 millones en 2014, es decir, 2 millones de “nuevos” pobres. En números relativos, lo anterior implica que alrededor del 46.2% de la población se encuentra en situación de pobreza.
Al dar una mirada por entidades federativas nos encontramos con números interesantes, mientras Chiapas cuenta con el 76.2% de la población en situación de pobreza, el mayor número de pobres se ubica en el Estado de México con alrededor de 8.2 millones de personas en pobreza extrema y moderada.
Este breve análisis nos sirve como preámbulo para comenzar a abordar el tema del rezago educativo. De acuerdo al Coneval, cierta población se encuentra en rezago educativo cuando cumple al menos algunos de los siguientes criterios:
- Tiene de tres a quince años, no cuenta con la educación básica obligatoria y no asiste a un centro de educación formal.
- Nació antes de 1982 y no cuenta con el nivel de educación obligatoria vigente en el momento en que debía haberla cursado (primaria completa).
- Nació a partir de 1982 y no cuenta con el nivel de educación obligatoria (secundaria completa).
En este rubro, las cifras a nivel nacional nos indican que en México, para 2014, existían 22.4 millones de personas que cumplía alguno de los tres criterios anteriormente señalados, lo que representa el 18.7%. Dicha cifra disminuyó, tanto en términos absolutos como en relativos, pues en 2012 se reportaban 22.6 millones (19.2%); sin embargo, este decremento dista de ser significativo y suficiente.
Nuevamente, al realizar un análisis por entidades, los indicadores de pobreza y rezago educativo mantienen una estrecha relación, es así que Chiapas se sitúa como la entidad con mayor porcentaje de población en rezago educativo con 30.7% (1 millón 594 mil personas); mientras que en el otro extremo el Distrito Federal es la entidad con menor rezago educativo al alcanzar 8.8% (780 mil personas) en proporción con su población total. Pese a lo anterior, el mayor y menor número de personas en esta situación no se concentra en dichos estados de la república, es el Estado de México quien cuenta con el mayor número de personas con rezago educativo (2.5 millones) y Baja California Sur con el menor indicador (111 mil).
Los datos del Coneval también nos indican que en 2014 existían 17.7 millones de hombres con rezago educativo y 12 millones de mujeres en esta misma situación que afecta de manera distinta a los diversos grupos de edad, por ejemplo, 2.5 millones de personas son menores de 18 años, 14.1 millones de 16 años o más nacida hasta 1981 y 5.8 millones de 16 años o más nacida a partir de 1982.
De los 22.3 millones de personas en rezago educativo en el país, 18.3 corresponden a población no indígena y 4 millones a la población indígena que implica a aquellas personas que forman parte de un hogar en donde el jefe del mismo, cónyuge o algún ascendiente declaró hablar alguna lengua indígena. Del total nacional, 13.6 millones de personas con rezago educativo se encuentran en zonas urbanas y 8.7 en rurales. La población con alguna discapacidad (entendida esta, de acuerdo al Coneval, como dificultades para hablar, caminar, moverse, oír, entre otras) asciende a 3.9 millones.
En lo que se refiere al rezago educativo por deciles de ingreso, este problema presenta también matices en cada uno de estos grupos. Mientras que en el decil I la cifra se aproxima al 35%, en 2014, para el decil X gira alrededor del 4% para ese mismo año. La gráfica 1 elaborada por el Coneval nos muestra también que esta cifra no ha mostrado una disminución significativa con respecto a 2012, incluso, en el decil VI pareciera mantenerse sin cambios aparentes.
Gráfica 1
Conviene, para ampliar esta información, observar los datos que presenta la ENIGH 2014 que nos permite estimar el gasto en educación que realiza cada decil como lo muestra la tabla 1. A primera vista, el decil más alto gasta 17 veces más en educación que el decil más bajo, lo anterior pareciera una evidencia más de las grandes desigualdades que prevalecen en nuestro país.
Tabla 1. Gasto corriente monetario trimestral en educación por deciles de ingreso
Decil | Gasto total trimestral(miles de pesos) | Gasto trimestral en educación (miles de pesos) | Porcentaje del gasto total trimestral | Gasto promedio trimestral en educación por hogar1 (pesos) |
I | 24 737 422 | 1 015 118 | 4.10 | 1 228 |
II | 35 484 618 | 2 194 368 | 6.18 | 1 923 |
III | 43 012 440 | 2 878 393 | 6.69 | 2 154 |
IV | 52 554 196 | 4 597 847 | 8.74 | 2 848 |
V | 58 752 383 | 4 534 767 | 7.71 | 2 872 |
VI | 66 532 936 | 5 003 800 | 7.52 | 3 031 |
VII | 77 805 345 | 6 463 273 | 8.03 | 4 103 |
VIII | 95 446 648 | 9 024 613 | 9.45 | 5 095 |
IX | 125 970 760 | 12 766 598 | 10.13 | 7 426 |
X | 257 923 580 | 36 527 194 | 14.16 | 20 268 |
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2014
1 Se consideran únicamente a los hogares que realizan gastos en artículos y servicios de educación.
Las diferencias en el gasto en educación son más notorias entre los dos grupos de cada extremo (I, II y IX, X), de esta manera el decil II casi duplica el gasto del decil I y algo similar ocurre con los deciles IX y X donde la proporción se aproxima al triple. En los deciles intermedios las diferencias parecieran ser más tenues.
La tabla 1 también nos permite observar dos asuntos importantes: la proporción del gasto en educación con respecto al gasto total por deciles de ingreso y el gasto promedio que cada hogar realiza en educación.
Mientras que el sector más alto de ingresos destina el 14% de sus erogaciones a artículos y servicios de educación como colegiaturas, material educativo, uniformes y transporte escolar; el decil de menor ingreso sólo destina el 4% de su gasto a este ámbito, alrededor del 50% de su gasto lo destina a alimentos y bebidas.
¿Qué representa esto en términos monetarios? Enormes diferencias. En promedio un hogar perteneciente al decil I destina trimestralmente 1 228 pesos para gastos en educación; por el contrario, el decil X gasta en promedio 20 mil 268 pesos. Pero no vayamos a los extremos en las comparaciones, como ya hemos mencionado, la diferencia entre el decil IX y X guarda una proporción cercana al triple: 7 mil 426 pesos del decil IX frente a 20 mil 268 pesos del decil X.
El reporte del Coneval muestra que en cuestión de combate a la pobreza y rezago educativo los esfuerzos realizados no han sido suficientes para abatir estos problemas de país, por el contrario, en el caso de la pobreza el número de pobres aumentó. En cuestión de rezago educativo si bien las cifras nos muestran que se han presentado avances, estos son tan mínimos que son imperceptibles.
El rezago educativo guarda estrecha relación con las condiciones socioeconómicas representadas, principalmente, por los deciles de ingreso y aqueja específicamente a aquellos con menores recursos, en este sentido, pareciera que no sólo hay una concentración de la riqueza en nuestro país como recientemente lo demuestra el reporte de Oxfam México elaborado por Gerardo Esquivel, sino que también existe una concentración de las mejores condiciones de vida.
Estudiante de maestría del Departamento de Investigaciones Educativas, DIE-Cinvestav
Twitter: @gonzalezrjh