El 27 de febrero salió la convocatoria del XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa que organiza cada dos años el Consejo Mexicano de Educación Educativa (COMIE). La fecha del evento está programada del 16 al 20 de noviembre del 2015 en Chihuahua con la colaboración de la secretaría de educación, cultura y deporte de ese estado y de la Universidad Autónoma de Chihuahua. La noticia viene al caso porque nos permite rememorar algunos aciertos y errores en los últimos congresos del COMIE y de paso plantear algunas interrogantes sobre el futuro del COMIE.
El COMIE es una Asociación Civil que se funda en 1993, momento desde el cual ha organizado los más importantes congresos nacionales de educación, publicado memorias, estados del conocimiento sobre educación. Así mismo el COMIE ha editado una importante revista de investigación educativa (la REMIE) indexada y con reconocimiento del CONACYT, y últimamente ha dado cobijo al Encuentro Nacional de Estudiantes de Posgrado en Educación. Todo esto sin duda ha sido favorable en la trayectoria del COMIE.
Pero precisamente en el tema de los congresos vale la pena comentar los dos últimos, por aciertos y errores recientes. En el caso del XI Congreso de Investigación educativa, hay una historia particular poco conocida. Para el XI Congreso de Investigación educativa, la convocatoria se lanzó teniendo como sede Monterrey, pero a punto de arrancar el congreso, se cambió de sede.
La razón, se supo, fue por la inseguridad porque; por un lado, las noticias sobre la violencia en Monterey aumentaban; y por otro lado, la cantidad de personas que estaban registradas para participar en el congreso disminuían. Compleja ecuación. La decisión que se tomó y que seguramente fue colectiva, fue cambiar la sede al DF y específicamente a la UNAM. Esa decisión tuvo aciertos como consecuencias. Dicho de otra manera, tuvo un costo económico muy importante para el COMIE, pero salvó el congreso.
Una cosa distinta resultó el XII congreso de investigación educativa que se dio en Guanajuato. La cronología más o menos fue así. El 19 de noviembre del 2013 en la inauguración del Congreso el secretario de la SEP (Emilio Chuayffet) anunció otorgar una sede al COMIE por su importante labor en la educación del país. Lo anterior fue bien recibido por la mayoría, aunque algunos otros tuvieron sus dudas.
Con motivo del ofrecimiento de una sede por parte de la SEP, el COMIE sacó un comunicado a sus miembros (Educación Futura, 09 de diciembre del 2013) en la primera semana de diciembre del 2013 donde exponía que: i) contar con una sede propia había sido una demanda histórica; ii) que de manera institucional el COMIE había solicitado a instancias educativas (CINVESTAV, AMC, UNAM, UAM) y a la SEP el otorgamiento de una sede, que por distintas razones de gestión no lograron concretarse; iii) que el ofrecimiento de la SEP no estaba condicionado ni política ni académicamente y que por tanto iniciaban el proceso de formalización y transparencia. Palabras más, palabras menos, el COMIE aceptaba el ofrecimiento de la SEP.
Pero, decía Roberto Rodríguez, “el 10 de febrero del 2014 la directiva del COMIE informó a la Asamblea General ordinaria de esa organización, haberse puesto en contacto con el director general de Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (INIFED) que el principal inconveniente para concretar la donación radicaba en que el espacio que la SEP ponía a disposición del COMIE se localizaba por el rumbo de Vallejo, al extremo norte de la Ciudad” (Campus Milenio, 20 de marzo del 2014). La inconveniencia que exponía la directiva del COMIE no se entendía salvo la “razón” de que quienes integraban el COMIE vivían y/o trabajaban en el sur.
De todo esto nos enteramos por el artículo que sacó Roberto Rodríguez en Campus Milenio el 20 de marzo del 2014. Gracias a Roberto nos dimos cuenta que el secretario de la SEP ante un informe del congreso mencionó la negativa de una importante asociación educativa (se refería al COMIE) a aceptar una sede y que francamente parecía un capricho
Y de ahí, ¿el COMIE hizo otra declaración pública o emitió algún comunicado a sus miembros donde informara su postura o decisión de la inconveniencia de la sede? La respuesta es no. Entonces, de fondo habría que aceptar que en gran medida fue un desacierto la negativa del COMIE porque para su futuro no puede andar errante en cada una de las sedes alternas y a la buena voluntad de universidades como la UNAM, la UAM, el IPN, o la UPN.
En suma, ¿habrá otra oportunidad para tener una sede? ¿Quién se anima a invitar al titular de la SEP y decirle que siempre si se quiere la sede, y que los académicos -a veces- también se equivocan en sus decisiones?
Twitter @cesar_garcia131