Israel Moreno Salto
En los EE. UU existe un refrán popular que dice: “el césped del vecino siempre aparenta ser un poco más verde”. A un año del inicio de la suspensión indefinida de clases presenciales a consecuencia de la expansión del virus SARS–CoV–2, este refrán cobra mayor sentido en suelo mexicano debido a que se puede notar un claro aumento de presión blanda (soft pressure) basada en comparaciones externas por parte de algunos medios de comunicación masiva, grupos de la sociedad civil y académicos, por retomar clases presenciales. Estas presiones gravitan en torno a dos mecanismos principales: la externalización y la Teoría de Capital Humano. En esta nota me enfocaré en el primero, dado que el segundo ha sido ampliamente discutido.
El sociólogo de la educación Bob Lingard, entre otros, acuñan el término de externalización de manera crítica para hacer referencia no solo al acto de mirar al exterior para aprender, copiar o emular de las experiencias de los otros, sino para citar lo que sucede en el exterior con la finalidad de legitimar y dar valor a ciertas ideas, creencias e iniciativas en contextos nacionales, regionales y/o locales. Cabe la pena señalar que debemos evitar estigmatizar a la externalización, sin embargo, toca ser híper-vigilantes y críticos de las formas en que se lleva a cabo. En el caso de los proponentes de “PRO-CLASES presenciales en México”, se puede observar una forma de externalización que despoja cuestiones fundamentales de contexto. En este sentido y debido a que gustan por citar casos de los EE. UU, es vital ofrecer al público mexicano datos contextuales duros para poder realizar comparaciones más justas. Limitaré mis comentarios a cuestiones de dinero, no obstante, reconozco que asuntos culturales son igual o más importantes y también requieren un espacio de reflexión.
El plan de rescate americano (ARPA por sus siglas en inglés), aprobado por el congreso de los EE. UU en marzo del presente año otorgó al estado de California 15.3 billones de dólares para repartirse entre la autoridad estatal educativa, los diferentes distritos escolares [1] (K12) de educación obligatoria (preescolar, primaria, secundaria y preparatoria), e instituciones de educación superior. Esta ayuda se granjea con la condición de que se retomen las clases presenciales en las escuelas [2]. Los distritos comenzaron a recibir los recursos desde el 27 de marzo del 2021 y esperan que las y los estudiantes regresen a clases presenciales de manera voluntaria, escalonada y parcial el 5 de abril del año en curso. La Tabla 1 muestra los recursos en dólares americanos recibidos hasta el momento por algunos distritos.
Table 1
Distrito | Cantidad total de recursos | Apoyo por estudiante | Iniciativa CARES
Federal (27/03/2020) |
Iniciativa CARES
Estatal (27/03/2020) |
Iniciativa de alivio COVID (27/12/2021) |
Iniciativa ARPA
(11/03/2021) |
Los Angeles Unified | $4,737,973,310 | $11,144 | $349,400,229 | $496,020,961 | $1,207,592,257 | $2,684,959,862 |
Fresno Unified | $719,991,935 | $10,510 | $52,688,949 | $80,312,872 | $182,102,820 | $404,887,294 |
San Diego Unified | $524,263,339 | $5,292 | $37,051,275 | $74,436,092 | $128,056,106 | $284,719,866 |
Sacramento City Unified | $269,434,033 | $6,919 | $19,149,925 | $36,941,142 | $66,185,707 | $147,157,259 |
South San Francisco Unified | $15,067,293 | $1,833 | $841,028 | $4,929,221 | $2,884,236 | $6,412,808 |
La cantidad total de recursos equivale a la suma de los tres apoyos gubernamentales recibidos desde que inició la pandemia hasta la fecha. En el caso del apoyo especial derivado de la iniciativa ARPA, dichos recursos deben emplearse para distintos fines, entre ellos: ayudar a los estudiantes a recuperar los conocimientos perdidos durante la pandemia, profesionalización docente, insumos para la limpieza, planes de prevención, compra de equipo de cómputo en preparación para futuros cierres, servicios de apoyo de salud mental, programas de extensión de horario de clases, sistemas de ventilación y mejoramiento de aire, entre otros permitidos por el marco de las leyes vigentes[2]. El distrito escolar Gallup-McKinley del estado de Nuevo México emplea 2.6 millones de dólares del incentivo federal parar cubrir el gasto de robots automatizados que realizan la limpieza de 32 escuelas y dos oficinas administrativas [3].
Esta maniobra extraordinaria que sin duda alguna es un enorme apoyo al pueblo de los EE. UU, generará eco y efectos diversos en países en vías de desarrollo que voltean al norte en búsqueda de guía. En este sentido, es posible augurar todavía mayor presión en México para que se retomen las clases presenciales. Como consecuencia de lo anterior y debido a la escasez de recursos, surgen de manera “natural” dos preguntas difíciles: ¿Se debe adquirir deuda pública parar garantizar un regreso menos riesgoso a clases presenciales?, ¿se debe regresar a clases con los escasos recursos existentes? Por supuesto que los bancos con fachada de organismos internacionales recibirán con brazos abiertos la primera pregunta, la cual según varios académicos es poco probable que el gobierno federal en México plantee debido a su política de austeridad. En cambio, la segunda cuestión se da por sentada, aunque ello signifique poner en riesgo la salud de algunos a cambio de la escolarización de muchos.
- Unidad de organización y administración de escuelas en los Estados Unidos de América.
- https://www.congress.gov/bill/117th-congress/house-bill/1319/text
- https://www.ksbw.com/article/whoa-a-team-of-robots-are-hard-at-work-cleaning-classrooms-in-this-new-mexico-school-district/35971689?utm_campaign=snd-autopilot&fbclid=IwAR1COGI8hNNy5ryhMelvDVmv1QM4R403xP0o2Dpg1JmtalEExI7cSdggJ8Y#
Israel Moreno Salto es Doctor en Educación por la Facultad de Educación de la Universidad de Cambridge, actualmente es Profesor de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Autónoma de Baja California.