El aumento que esperábamos
de este nuevo gobierno era de sueldo,
no de días laborales.
Profesor Luis,
La Crónica de Hoy, 25/06/21
En la educación mexicana todo es contienda, hasta el almanaque. La Secretaría de Educación Pública prepara el retorno a clases a partir del 30 de agosto. Ya publicó en el Diario Oficial de la Federación el calendario escolar para el ciclo lectivo 2021-2022. Si alguien le dio la bienvenida, no apareció en las notas de prensa del 25 y 26 de este mes. Pero sí de reclamos.
La publicación es un documento oficial más, con el lenguaje estándar de la burocracia, la única novedad es que regresa al ciclo de 200 días para la educación básica y media y 195 para las normales. Ese arregló estuvo vigente hasta que el gobierno de Enrique Peña Nieto lo disminuyó a 185. Con ese edicto, la SEP no incumple la ley, por el contrario, hace uso de sus facultades y trata de justificar el incremento de días de labores para capotear de la mejor manera posible los efectos de la pandemia.
No estoy seguro si 15 días más tendrán consecuencias perceptibles; investigaciones de colegas apuntan que más que el número de días de trabajo, lo que cuenta es el uso adecuado del tiempo en las aulas, las actividades colectivas y la conducción de las clases. Pero tampoco pienso que esos días extras hagan mal. Claro, implica poner de nuevo la responsabilidad en los maestros, y ellos ofrecen resistencia.
Por ejemplo, la misma nota de La Crónica de Hoy cita a otros maestros que dijeron que no han dejado de trabajar, han pagado su propio internet, dieron más tiempo y han estado detrás de niños y padres. Más aún, argumentan que más días de clases es antipedagógico y contrario a la salud mental de niños y docentes.
Hasta el momento de escribir esta nota (sábado 26 por la mañana) no encontré las posturas de los líderes de las facciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pero es más o menos fácil pronosticar el discernimiento de los grupos más numerosos. Alfonso Cepeda Salas, líder de la facción mayoritaria, dirá que sí, pero —de manera solícita— pondrá condiciones. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se opondrá, será una más de sus demandas, lo asentará en su pliego para la reunión que exigen con el presidente López Obrador.
El próximo ciclo escolar acaso imprima las bases de un futuro cambio de paradigma en la educación nacional. Muchas cosas estarán en movimiento, modalidades híbridas, entrenamiento sobre protección civil y sanidad, además de la emergencia de protocolos informales de convivencia. Cada comunidad actuará de manera distinta, conforme a sus capacidades y posibilidades materiales.
Quizá, más que debatir por el número de días del calendario, sería conveniente registrar con cuidado sucesos y contingencias al tratar de calibrar lo que pueda recuperarse. En realidad, pienso, los maestros trabajarán más horas y su labor será más intensa. La contienda por el calendario continuará.