En la historia reciente de la educación en México nunca como ahora se había presentado una propuesta con tanta improvisación, carencia de legitimidad y ausencia de claridad en los planteamientos e ideas educativas, sociales y culturales, como el actual planteamiento mal llamado reforma educativa.
Los errores en el planteamiento de la propuesta educativa del gobierno de Peña Nieto, es fiel reflejo de un gobierno débil e inseguro. Como lo han reconocido algunos analistas como Gil Antón y Alberto Arnaut, Peña Nieto es producto de televisa y la empresa de televisión pensó que un gobierno sexenal es como una telenovela de seis capítulos uno por año, todos malos, e igualmente improvisados.
Desde el llamado Plan de once años, pasando por la Reforma educativa de Luis Echeverría, Plan Nacional de Educación con López Portillo y el proyecto de Modernización educativa con De la Madrid y Carlos Salinas hubo cierto nivel de claridad en cuanto a las intenciones con el curso de acción de las políticas, la SEP en sus momentos específicos se dejaba ayudar de cierta manera por los investigadores, Pablo Latapí es un personaje emblemático en esta misma historia, que sirvió de contrapeso y que animó verdaderos debates educativos en los espacios en donde él confluía. Podemos estar a favor o en contra de sus ideas y de su estilo personal de hacer análisis de las políticas educativas, pero Latapí es un clásico en la investigación y en el análisis de la educación en nuestro país.
La crisis del gobierno ha contagiado los espacios académicos también se ha tornado en la crisis del análisis y del debate educativo, el llamado Modelo educativo tiene ocupados a muchos analistas e investigadores y es documento insípido que servirá para muy poco.
El gobierno actual pervirtió el potente concepto de REFORMA EDUCATIVA, a partir de una caricatura deforme quiso presumir que estábamos ante una obra de arte, y aquí estamos muchos atorados en viejos debates, sin poder avanzar, la parte más triste y mas desfavorable del gobierno actual junto a su incapacidad para diseñar una propuesta coherente que le de rumbo y soporte al presente y futuro de la educación en nuestro país, es su falta de disponibilidad para debatir, para hacer circular las ideas, para hacer una auto-critica de su actuación y para reconocer que se han equivocado en el galimatías que ha diseñado y que erróneamente le llamaron reforma educativa.
Hoy en día vivimos un paralelismo en el diseño de las propuestas, por un lado, el gobierno sigue empecinado en su complejo proceso de cometer errores y por el otro los analistas, investigadores, académicos e instituciones educativas, seguimos en un debate permanente produciendo propuestas y contra propuestas, en el centro de dicho espacio los maestros movilizados nos reclaman que los visibilicemos y que les permitamos hacer uso de su voz y de sus propuestas. Estamos inaugurando la cultura de la sordera institucional, cada loco con su tamborcito espera que lo escuchen los demás, pero nadie escucha, y son pocos los que hablan.
Necesitamos un dispositivo que destrabe el estado actual de cosas, un recurso estratégico que siente en una mesa de diálogo a los sordos y los obligue a escuchar y un mecanismo versátil que garantice que el gobierno si puede corregir el rumbo de la educación en este país.
En educación pública, seguimos en caída libre desde el aparato de gobierno y el abismo aun está muy lejos, por favor hay que parar y corregir el rumbo.