Los educadores y alumnos podemos hacer ejercicios prácticos de ciudadanía tecnológica (cómo condiciona la tecnología nuestra participación en la vida cívica y social) sin necesidad de un laboratorio de computación ni conexión a la red.
Para entender la tecnología, hay que preguntar, “¿Cómo nos conecta y desconecta?” Por ejemplo, al evitar trabajo de preparación de la comida, el microondas conecta las oportunidades de comer con los horarios agitados de la gente, y con su tiempo disponible e intereses personales. Pero como permite que cada quién coma a diferente hora, tiende a desconectarnos de la tradición de la comida familiar, donde se reúnen las diferentes generaciones para compartir la mesa y la sobremesa, y saborear juntos la comida y la comidilla de la noticia en torno. Investigaciones indican que la tradición de la comida familiar está relacionada con mayor aprovechamiento académico en los hijos. ¿Qué se gana, y qué se pierde con cada tecnología nueva? (Jason Ohler, Digital Community, Digital Citizen, 2010).
Las conexiones que nos aporta la tecnología son inmediatamente visibles y apreciadas, pero las desconexiones muchas veces no se pueden vislumbrar excepto con el pasar de los años, al menos que desarrollemos la capacidad de prever impactos futuros de nuevas tecnologías.
¿Cómo nos conecta y desconecta la tecnología? Esta pregunta esencial permite involucrar a los educandos con el análisis de “los impactos personales, sociales y ambientales de cada tecnología y aplicación de medios que utilizan” sin la necesidad de desplegar sofisticadas plataformas digitales en el aula.
Jason Ohler recomienda, en vez de añadir el análisis de la tecnología al programa de estudios (“¿Otra meta curricular? ¡Como si tuviéramos tiempo para enseñar todo ahora!”), que sea un eje transversal en el estudio de muchos de los contenidos actuales del programa, particularmente cuando se tocan temas de nuevas tecnologías a través de la historia. Sugiere que el educador plantee a los alumnos formar parte de la “Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Tecnológicos” (Cofeprit) similar a la Cofepris, o Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (ente que aprueba los medicamentos). Son ejercicios para poder ver nuestra tecnología, como peces que pudieran ver el agua.
¿Gutenberg y la imprenta? Sabemos que conectó la humanidad de una forma más directa con un mundo más allá de la aldea de su nacimiento: con el conocimiento humano acumulado a través de las edades, las innovaciones científicas, la literatura, y la palabra de Dios mediante las escrituras sagradas. Poco pensamos que a la vez desconectó a nuestros antepasados de la tradición oral de cronistas que llevaban en la memoria los mitos y las historias de la comunidad desde hace decenas de generaciones. Incluso desconectó la gente del uso rutinario de su memoria y la voz dramática para poder contar un cuento, y la necesidad de reunir en grupos para disfrutar de una narrativa. Usualmente la lectura no es actividad comunitaria, sino solitaria. Como más personas podían tener y leer la biblia, poco a poco la imprenta desconectó la comunidad de la dependencia y tutela exclusiva del cura para compartir e interpretar las historias de la biblia.
¿Luz eléctrica? Fácil es ver las conexiones y los beneficios, pero ¿qué de las desconexiones, empezando con interrumpir los hábitos tradicionales de dormir y madrugar y la antigua conexión profunda de la humanidad con los astros en el cielo nocturno?
Además de las conexiones y desconexiones (impactos) de nuevas tecnologías, los miembros de la Cofeprit (los estudiantes) pueden analizar las siguientes preguntas:
- Características físicas: ¿Cómo y de qué esta hecha la tecnología, y como se usa?
- Amplificaciones/reducciones: ¿Cómo amplifica nuestras habilidades y como nos disminuye?
- Antecedentes/próximos pasos: ¿Qué vino a reemplazar la nueva tecnología, y que implica?
- Contextos sociales: ¿Cuáles expectativas o presiones sociales produjeron nuestro deseo de tenerlo?
- Sesgos: ¿A quién favorece y quien queda excluido?
- Beneficios: ¿Qué cualidades de esta tecnología impulsan su creación y adopción?
(Ohler, 2010, p.228)
Analizar la tecnología de esta manera es crear conciencia. Cuales peces que no ven el agua, nosotros a menudo no vemos nuestra tecnología, u olvidamos que existe hasta que de pronto deje de funcionar. Como observó McLuhan, una manera sencilla de analizar los efectos de una tecnología es imaginarse sin ella. Con ejercicios de ciudadanía tecnológica como estas, los educadores podemos guiar a los educandos a que adopten la tecnología con los ojos abiertos a sus posibles impactos. Así pueden observar, manipular y usar la tecnología conscientemente – no solo sentirse observados, manipulados y usados por ella.