Diego Armando Piñón López
El pasado septiembre de 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó ver su postura en el controversial tópico de la asignación de plazas automáticas a los egresados de las normales: “Sí, yo planteé eso, yo sugerí eso. Sólo que se ponga en correspondencia con las vacantes, pero que las plazas las cubran y tengan preferencia los egresados de las normales públicas” (Proceso, 12/09/2019), dicha afirmación parece conciliar la demanda de grupos sindicalistas, principalmente las de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE): que los profesores normalistas tengan, no solo una condición privilegiada en la “disputa” laboral frente a los egresados de otras instituciones formadoras, sino que se garantice su ingreso al servicio profesional con una plaza base, ello reviste importancia pues es necesario dar el valor que merece a quienes fueron preparados para ejercer la docencia con las particularidades requeridas por el sistema educativo mexicano en el tránsito de los trayectos formativos que conforman el currículo vigente. Tiene mucho sentido, pero en el plano práctico hay importantes inconsistencias. La automaticidad de las plazas para las normales públicas en la dinámica actual y la correspondencia a la vacancia en el servicio como se plantea, son dos premisas que, por lo pronto, no necesariamente coexisten.
Para darse cuenta, basta con revisar algunos datos estadísticos de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP). Situémonos en el particular caso del nivel primaria y en cómo ha evolucionado la población escolar en este sector durante los últimos cinco años: (Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional: Ciclos Escolares 2014; 2015; 2016; 2017; 2018; 2019)
Total alumnos en primaria | Sistema Público | Sistema Privado |
14 580 379 | 13 304 734 | 1 275 645 |
Fuente: SEP (2014)
Total alumnos en primaria | Sistema Público | Sistema Privado |
14 351 037 | 13 086 773 | 1 264 264 |
Fuente: SEP (2015)
Total alumnos en primaria | Sistema Público | Sistema Privado |
14 250 425 | 12 969 982 | 1 280 443 |
Fuente: SEP (2016)
Total alumnos en primaria | Sistema Público | Sistema Privado |
14 137 862 | 12 824 766 | 1 313 096 |
Fuente: SEP (2017)
Total alumnos en primaria | Sistema Público | Sistema Privado |
14 020 204 | 12 678 287 | 1 314 917 |
Fuente: SEP (2018)
Total alumnos en primaria | Sistema Público | Sistema Privado |
13 972 269 | 12 602 744 | 1 369 525 |
Fuente: SEP (2019)
El total de alumnos en este nivel pasó de ser 14,580,379 en 2014 a 13,972,269 en 2019, con una tendencia ininterrumpida a la baja en estos cinco años; la matrícula se redujo en más de medio millón de alumnos en apenas un lustro. Mientras, la tasa de atención en el sostenimiento privado continúa creciendo lentamente, y los registros del sector público no han hecho más que descender de a poco. A día de hoy, hay alrededor de 700,000 alumnos menos en primarias públicas de los que había en 2014, podrá parecer un registro menor sabiendo que se trata de una cifra nacional, pero tiene implicaciones que en el futuro podrían causar problemas a las autoridades escolares que cumplen la función de mediar la cantidad de maestros y escuelas en correspondencia a la demanda educativa.
Es verdad, el número total de docentes también decreció de forma constante, en 2014 había 515, 314 maestros y maestras en las escuelas primarias públicas, en el registro de 2019 se contabilizaron 506, 929, ¿cómo podemos acercarnos a establecer la diferencia que se ha producido?, un referente es la densidad poblacional por docente en las aulas, es decir, la razón alumno/maestro en las escuelas del nivel en el país. A sabiendas de los riesgos que se asumen al analizar estadística por promedios, dadas las enormes diferencias que enmascara, conviene no desestimar el hecho de que hace cinco años la densidad poblacional de aula en el sostenimiento público se ubicaba en 28 (.29) alumnos por maestro, y con el último registro la cifra llegó a 24 (.86). Incluso en un rápido y laxo ejercicio proyectivo, si la disposición estadística en el siguiente lustro se mantuviera proporcional, estaríamos hablando de que para 2024 la razón alumno/maestro se establecería en 21 (.43) alumnos por docente; situación que casi tautológicamente luce alentadora, esto es: si cada educador ha de atender una menor cantidad de estudiantes, más probabilidades tiene éste de facilitarles medios para propiciar activamente su aprendizaje. Pero, ¿podrá la autoridad educativa con las implicaciones administrativas que este escenario plantea?, en un análisis prospectivo más profundo, la tendencia podría continuar y no exactamente en los términos de la calidad que aparentaría el simple descenso de la densidad de alumnos por maestro, pues entran en juego factores como la distribución del personal docente, los alcances de la cobertura educativa y algo no menos importante: la capacidad económica del estado para solventar el gasto corriente en las condiciones que estos cambios produzcan.
Olvera (2013), que recogió algunas de las más importantes estadísticas en las últimas cinco décadas del sistema educativo mexicano, encuentra que incluso en los periodos anteriores a la revisión que se hace hoy, la densidad de estudiantes por maestro había estado descendiendo en el nivel de educación primaria; en cambio, en los demás niveles ha aumentado. De forma que, “el número de docentes por escuela ha descendido en todos los niveles, salvo en primaria que ha alcanzado a seis en promedio” (p. 83). En una proyección realizada por la propia SEP, basada en la información demográfica obtenida a través de INEGI, se visualiza que la tendencia educativa será ampliar la matrícula en todos los niveles, menos en primaria y secundaria, niveles en los que se experimentarían descensos porcentuales consecutivos en los periodos 2020-2025 y 2025-2030, como se puede apreciar en la tabla.
Nivel educativo | Absolutos | Tasa de crecimiento | |||||
2015 | 2020 | 2025 | 2030 | 2015-2020 | 2020-2025 | 2025-2030 | |
Preescolar | 4 918 020 | 5 200 310 | 5 441 200 | 5 647 477 | 5.7% | 4.6% | 3.8% |
Primaria | 14 281 187 | 13 862 209 | 13 553 610 | 13 220 136 | -2.9% | -2.2% | -2.5% |
Secundaria | 6 849 235 | 6 569 163 | 6 471 228 | 6 407 296 | -4.1% | -1.5% | -1.0% |
Bachillerato | 4 692 681 | 5 120 999 | 5 155 240 | 5 163 557 | 9.1% | 0.7% | 0.2% |
Superior | 3 838 993 | 4 824 963 | 5 451 041 | 5 983 282 | 25.7% | 13.0% | 9.8% |
Fuente: Olvera (2013), con base en SEP (2013).
Esto a reserva, claro, de los posibles reajustes en la tendencia estadística a la luz de la crisis económica derivada de la contingencia epidemiológica por el SARS–CoV2, donde algunos medios como El Financiero (31/07/2020) pronostican un estrepitoso colapso de hasta el 25% en el sostenimiento privado, a saber las consecuencias que una condición como esta pueda ocasionar a la proyección que se hace, aunque cabría pensar: ¿de producirse importantes cambios, serán éstos permanentes, o temporales?, ¿regresarán a la oferta educativa privada en la menor oportunidad quienes no tienen alternativa y la abandonan estos días?, ¿será el nivel de primaria uno de los niveles sobre el que mayor impacto se ejerza?
Es necesario tener en cuenta que solo en las normales oficiales en el país hay 81, 658 alumnos (SEP, 2019) (alrededor de 20,000 próximos a egresar cada año), inscritos en 261 escuelas. Si se toma como referencia la distribución actual de los profesores en el sistema público de los niveles preescolar (18.2%), primaria (48.9%) y secundaria (32.7%) (niveles en que las normales forman profesores) con base en SEP (2019), se puede estimar que de los 20,000 egresados de las normales oficiales año a año, 9,780 aproximadamente corresponden únicamente a la educación primaria. Ahora bien, de acuerdo con el artículo 39, párrafo décimo de Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros: “La admisión al servicio público educativo estará sujeta a la disponibilidad de plazas vacantes definitivas, temporales y de nueva creación, así como a las estructuras ocupacionales autorizadas. El número de las vacantes se definirá de conformidad con las necesidades del servicio público educativo y la disponibilidad presupuestal”, ¿qué ocurrirá cuando no existan las vacantes y/o los recursos para que ingresen al servicio los cerca de 10,000 nuevos profesores en el nivel primaria que las normales formaron?, esto sabiendo que la citada ley asegura dar prioridad a los egresados de las escuelas normales públicas del país, de la Universidad Pedagógica Nacional y de los Centros de Actualización del Magisterio.
Aunado a esta problemática, como bien señala Abelardo Carro en su texto “Los Educadores en manos de las universidades, ¿y las normales?” (27/07/2020), la intención del titular de la SEP, es abrir más instituciones formadoras de docentes, en total menoscabo del papel que desempeñan las normales en el proyecto educativo nacional y complicando todavía más la situación antes descrita: habría muchos más maestros, y sensiblemente menos alumnos. Y es que, “un total de 15 universidades públicas del país impartirán desde el próximo ciclo escolar 2020-2021 la nueva licenciatura en Educación Inicial” (La Jornada, 20/07/20), esto con el fin de dar respuesta a un déficit de cobertura para la población de la primera infancia, que como consecuencia, desembocaría muy probablemente en la asunción de un nuevo compromiso de carácter económico e institucional. Aunque bien el proyecto no tiene efectos sobre la administración de la educación primaria, esboza las aspiraciones y prioridades de quienes hoy conducen el Sistema Educativo Nacional (SEN).
Es urgente cambiar la estrategia. Aún si se lograra asegurar el ingreso de los docentes normalistas, continuar con el antinatural e invariable (en cantidad) mecanismo de producción de nuevas plazas año con año, solo conduce a un colapso administrativo y económico que ya ha dejado ver sus primeros síntomas, y que agravará las justas repulsas del gremio en los próximos años. El claro ejemplo, es el estado Michoacán, donde los maestros del sistema estatal en el pasado reciente han presentado una serie de irregularidades en sus pagos, así como la omisión y/o retraso en algunos bonos y prestaciones salariales a las que tienen derecho, al punto de solicitar, como era razonable en esas condiciones, un proceso de gestión para que el gobierno federal asumiera la responsabilidad de su nómina y del que incluso ya se firmó un acuerdo (Quadratin, 23/01/2020), proceso que, por cierto, no ha tenido efectos a la fecha (y no es que sea un conflicto que surgió hace apenas un par de meses). Un préstamo federal apaciguó la vehemente demanda de estabilidad laboral por parte del magisterio, pero el problema con toda seguridad resurgirá más pronto que tarde.
Ante este entramado de circunstancias, no parece sensato seguir impulsando el discurso que aliente una asignación de plazas docentes ciega a las transformaciones que presenta la conformación de la población en el nivel de primaria a nivel federal y estatal. Las condiciones de la realidad educativa, tan dinámicas como han de ser, no pueden ir en un sentido, y las políticas educativas, ignorando las primeras, ir en uno contrario. Habrá que dirimir una legislación que permita a las normales públicas ser verdaderamente el eje sobre el que se edifiquen los proyectos educativos, no solo en el papel, sino en las prácticas, y que a la vez, equilibre la demanda ante factores como la población en edad escolar, la disponibilidad presupuestal, la planeación del nivel y los objetivos a alcanzar.
Son reconocibles dos alternativas; 1) Medida preventiva que consiste en asegurar una plaza docente a todo egresado de una normal oficial, lo que implicaría una matrícula de ingreso variable año con año, que se ajuste a las necesidades educativas regionales. De acuerdo con la tendencia actual, naturalmente debería haber una reducción que evite la acumulación desmedida de profesores recién formados con incertidumbre sobre su futuro laboral. Así, podrían dirigirse esfuerzos para devolver el énfasis en una formación de calidad para los futuros docentes. Sería necesario, a su vez, enriquecer los procesos de admisión de estudiantes que aspiran a cursar la carrera, diversificar las estrategias de selección, así como incrementar la supervisión en el cumplimiento de la legalidad de su desarrollo y resultados, una asignatura pendiente los últimos años, y de la que, a juzgar por su última edición (2020), parece apremiante investigar, al menos nuevamente en el caso de Michoacán. Por otra parte, se estaría siendo congruente con la premisa de que quien culmina una Licenciatura en Educación en una normal oficial, está plenamente capacitado para ejercer adecuadamente la docencia en el sistema de enseñanza pública, no habría necesidad de un examen de oposición para el ingreso al servicio pues se están formando únicamente los docentes que requiere la población en edad escolar de primaria en cada momento.
La principal crítica a esta posibilidad suele ser que una reducción de matrícula conduce a la desaparición eventual de las normales, lo que verdaderamente sería una tragedia, pero ese riesgo podría controlarse definiendo criterios de máximos y mínimos de matrícula que permita a las instituciones trabajar con seguridad de que siguen constituyendo un pilar fundamental en la aspiración de una educación pública para todos quienes la demandan.
2) Medida remedial que representa la renuncia a la automaticidad en la designación de las plazas docentes para los egresados de las escuelas normales públicas (intento ya efectuado y por demás, de criticable implementación a través de la Reforma en febrero de 2013, durante la gestión peñanietista, proceso del que ni siquiera merece la pena dedicar líneas a explicar su fracaso). Ejercer el control de ingreso al servicio docente a través de un organismo que regule exámenes de oposición, y que esté posibilidades de disminuir los elementos docentes efectivos para estar frente a las aulas. El problema con esta medida es que, para cuando tiene efecto, ya hay un grupo de maestros que seguramente se formó con expectativas de obtener seguridad laboral habiendo egresado, que forjó una identidad con la profesión y está dispuesto a pronunciarse en reclamo de un derecho que no corresponde a la verdadera vacancia del magisterio y la necesidad de la población estudiantil.
Pero, ¿por qué en algunos medios se habla de un déficit de cobertura?, ¿por qué seguimos viendo comunidades, en su mayoría rurales o de medios urbano-marginales con falta de profesores si es real la urgencia de regular la asignación de plazas docentes en el sostenimiento público?, a decir verdad, hay un panorama tremendamente desigual en el que se encuentran escuelas favorecidas y sobrepobladas de maestros, algunas escuelas en comunidades pequeñísimas con un maestro o maestra que atiende a un par de alumnos, y otras con uno o más grupos sin un profesor que les atienda (algunas quizá acarreando esta situación durante meses); en el primer caso todos se encuentran conformes, no hay quien se inmute pues sobran elementos para desarrollar las tareas del quehacer escolar y educativo, el segundo caso es del que es más sencillo enterarse; hay inconformidad y reclamos, tanto de padres de familia como de directivos y supervisores. Eso sin mencionar los trabajadores que no se desempeñan en la función que deberían. Es aquí donde se hace evidente la fallida estrategia distributiva del personal docente a cargo de la SEP y los organismos locales. Rastrear las causas de este pobrísimo escenario educativo, obedece a distintos factores; prácticas de corrupción, clientelares e influyentismo, la improvisación (ausencia de planificación) en la gestión de las autoridades educativas locales, las imposiciones político-ideológicas de los sindicatos, y el franco desconocimiento de las condiciones en las que se hallan los estados y sus comunidades, por parte de quienes ostentan las figuras de autoridad educativa.
Con toda seguridad, los sindicatos y las sociedades estudiantiles que se autodenominan democráticas, se oponen a uno u otro camino, el rechazo que manifiestan a través de sus dirigentes y simpatizantes edifica una retórica que no quiere ver el abismo al que, con la complicidad de las autoridades educativas locales, arrastran tanto a alumnos, como a escuelas y maestros. Reducible a: que se creen un número fijo e indiscriminado de plazas todos los años y éstas sean asignadas a todos quienes egresen de las normales oficiales, sin importar el techo presupuestal destinado a cubrir la dimensión de dicho gasto corriente, sin importar el oscurantismo en que puedan hallarse algunas de ellas dado el menosprecio ejercido desde los titulares de la SEP, y más grave aún, en total desestimación de las fluctuaciones y tendencias demográficas de la población a la que por denominación deberían corresponder (niños entre 6 y 12 años).
Referencias
Carro, A. (27 de julio de 2020). Los Educadores en manos de las universidades, ¿y las normales? Obtenido de Educación Futura: http://www.educacionfutura.org/los-educadores-en-manos-de-las-universidades-y-las-normales/?fbclid=IwAR1j7kZBdR7aW263SHVuEpOyBpVPNTqbjET64otVH3QueAdOcITzMAwQS24
Diario Oficial de la Federación. (30 de septiembre de 2019). Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. Obtenido de DOF: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGSCMM_300919.pdf
Olvera, A. (2013). Las últimas cinco décadas del sistema educativo mexicano. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, vol. XLIII, 73-97.
Pacheco, J. (23 de enero de 2020). Federalización de la nómina magisterial, un hecho; Silvano firma acuerdo. Obtenido de Quadratin: https://www.quadratin.com.mx/principal/federalizacion-de-nomina-magisterial-un-hecho-silvano-firma-acuerdo/
Pantoja, S. (12 de septiembre de 2019). López Obrador defiende y promueve plazas automáticas para maestros normalistas. Obtenido de Proceso: https://www.proceso.com.mx/599440/lopez-obrador-defiende-y-promueve-plazas-automaticas-para-maestros-normalistas
Román, J. (20 de julio de 2020). Quince universidades públicas darán licenciatura en Educación Inicial. Obtenido de La Jornada: ttps://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/07/20/quince-universidades-publicas-daran-licenciatura-en-educacion-inicial-4504.html?fbclid=IwAR348wT9JkOK1rfirIHm9z5ifsPllbsNV6m7zBNYaufaNplbRaeG6pUy7BI
Salazar, A. (31 de julio de 2020). El 25% de las escuelas privadas del país está a punto de la quiebra. Obtenido de El Financiero: https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/a-punto-de-la-quiebra-el-25-de-las-escuelas-privadas-del-pais?fbclid=IwAR3aU5gQ4cvyDmmhUzzUA4yVScWTDbACnuboGNEGikYRUpTfCDs9r8nSA-A
Secretaría de Educación Pública (2013). Serie histórica y pronósticos de la estadística del sistema educativo nacional. Ciudad de México: SEP.
Secretaría de Educación Pública. (2014). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2013-2014. Ciudad de México: SEP.
Secretaría de Educación Pública. (2015). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2014-2015. Ciudad de México: SEP.
Secretaría de Educación Pública. (2016). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2015-2016. Ciudad de México: SEP.
Secretaría de Educación Pública. (2017). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2016-2017. Ciudad de México: SEP.
Secretaría de Educación Pública. (2018). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2017-2018. Ciudad de México: SEP.
Secretaría de Educación Pública. (2019). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2018-2019. Ciudad de México: SEP.