“Para que niños y jóvenes que ahora carecen de las condiciones básicas para su desarrollo, no terminen y continúen en un estado de miseria y olvido, es necesario proveerles de una educación de calidad y garantías básicas para su desarrollo”.
Esto lo ha señalado Dora Madrigal Terrazas, trabajadora social de la Escuela Secundaria Estatal 3065 “David Alfaro Siqueiros”, de Chihuahua, Chihuahua, quien agrega que para no perpetuar la marginación y rechazo hacia los más pobres, los ciudadanos deben exigir que el Estado garantice los derechos básicos de educación, salud, seguridad alimentaria y esparcimiento que todo ser humano necesita.
En este sentido, agregó que las escuelas públicas, carentes muchas veces de infraestructura básica para su desarrollo, deben ser fortalecidas en muchos aspectos.
“No estamos pidiendo limosna, estamos exigiendo un poco de humanidad por parte del Estado en todos sus niveles”, argumenta.
Bajo este panorama, señala que la libertad debe ser el eje fundamental de la educación pública en nuestro país, “no solo como un concepto sin sentido, sino como parte de un concepto rector de todo el sistema de enseñanza”.
Las necesidades, indica, son muchas: infraestructura, material educativo, docentes preparados, etcétera; sin embargo, considera que la mayor urgencia es una fuerte dosis de dignidad, respeto y reconocimiento de las diferencias en la sociedad.
Finalmente, señala que para poder abatir todo ello, se necesitan dos elementos fundamentales: compromiso por mejorar la calidad de vida de los niños y jóvenes de nuestro país y lealtad a los principios de libertad y justicia.