A seis años de creado el programa Escuela Segura, al que se le han destinado más de mil millones de pesos, se desconoce si tuvo efectos para disminuir la inseguridad o el consumo de drogas en los más de 53 mil planteles involucrados en los municipios de alta incidencia delictiva.
Al no contar con información sobre el impacto del programa, también se desconoce si hubo una mejoría en el desempeño escolar de los alumnos.
La “alta demanda” de las escuelas por sumarse a la estrategia de prevención de la violencia y el consumo creciente de drogas tuvo un impacto negativo en la cantidad de recursos asignados y en la producción de materiales educativos.
El presupuesto se redujo hasta tres veces, al pasar de 27 mil 221.75 pesos a 5 mil 934.071 pesos, señala un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval).
El Coneval afirma que “no existen estudios de cómo las acciones del programa afectan la seguridad en las escuelas y si sí hay un efecto”.
Escuela Segura tiene como objetivo generar las condiciones favorables para que las escuelas de educación básica desarrollen sus actividades en ambientes de seguridad, promuevan la cultura de la prevención y la legalidad, a fin de convertirlas en espacios seguros, libres de violencia y adicciones.
Además de capacitar a maestros y directivos en temas de seguridad, difunde materiales y hasta manuales sobre cómo actuar en caso de balaceras, presencia de explosivos, asaltos e incendios, entre otros factores de riesgo.
Para generar una cultura de prevención, Escuela Segura desarrolla actividades artísticas, deportivas, científicas y culturales. Pero de todo ello —dice el informe— no se tienen datos que permitan medir el impacto en las escuelas, si se redujeron los índices de hechos delictivos, la inseguridad o el consumo de drogas…
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