Para Angélica Buendía Espinoza, presidenta del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), el Estado a través del sistema educativo y con participación de las escuelas formadoras de maestros e instituciones de educación superior, deben aspirar a disminuir la desigualdad educativa en todas sus manifestaciones y promover la justicia educativa y social con políticas claras y decisiones fundamentadas y no con ocurrencias.
Durante su conferencia en el marco del Tercer Congreso Nacional de Investigación sobre Educación Normal (CONISEN), recalcó que se debe buscar avanzar hacia una verdadera diferenciación institucional así como el reconocimiento material, histórico y simbólico de las instituciones formadoras de docentes y de educación superior, a fin de abatir las diversas desigualdades y brechas que existen entre ellas.
Además, consideró necesario que se coloque en el imaginario social esta diversidad institucional, y por lo tanto, revalorar las diversas orientación y procesos formativos.
Cuando aceptemos que hay diversas perspectivas y distintas maneras de ver el mundo, es cuando podremos avanzar. No podemos dar espacio a la intolerancia en el sistema de educación superior, ni en ningún otro.
Ante ello, explicó que para lograr una verdadera investigación educativa en México, se debe reconocer que la desigualdad que permea en el país es una condición estructural aunque no necesariamente aceptada.
Esta diferenciación estructural fallida que permanece en las instituciones de educación superior y que forman parte del sistema educativo, surgen de políticas gubernamentales igualmente fallidas de los últimos treinta años, agrega.
Finalmente, respecto a las escuelas normales, Buendía explicó que es importante reconocer la diversidad de contextos en las que se desarrollan cada una de ellas, pues de no hacerlo se incrementan las brechas de desigualdad que se reproducen en los alumnos.