Las investigadoras Frida Villavicencio y Eva Salgado Andrade diseñan materiales multiculturales, que son desarrollados en el Laboratorio de Lengua y Cultura Víctor Franco del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Con la participación de lingüistas, educadores, historiadores y antropólogos, el laboratorio pretende crear e innovar en cuestiones de material digital para combatir el rezago educativo de los pueblos originarios. Invitadas por el Departamento de Estudios Culturales de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dictaron la conferencia magistral: Materiales Multimedia en Lengua Indígena.
Frida Villavicencio detalló que al interior del laboratorio se pretenden construir redes de trabajo con profesores, alumnos e investigadores para transferir tecnología y constituir talleres, de tal manera que los materiales sean apropiados y utilizados en las aulas.
“Queremos impulsar la reflexión en cuestiones teóricas y metodológicas centrada en las lenguas indígenas para su revalorización y difusión, por ello nos dimos a la tarea de elaborar prototipos novedosos de material educativo que pueden ser útiles para la gente que tiene a su cargo la educación del país”, externó en la Casa Rafael Galván, centro de extensión educativa y cultural de la UAM.
Por su parte, Eva Salgado comentó que encontró que el material didáctico dirigido a niños estaba mal concebido, “por un lado se confunde el término multimedia, ya que un archivo pdf en la computadora no lo convierte en multimedia, y vimos que se preocupaban más por mostrar los fenómenos sintácticos y muy poco sobre la cultura”, refirió.
“Con nuestro programa de trabajo hablamos de colores, música, tipografía, personajes, efectos, pero pensar conectar esto con las tecnologías de información que poseen en cada región, implica limitaciones que no permiten, por ahora, mantener software actualizado”, mencionó.
Asimismo, dijo, no podemos utilizar ni adaptar los manuales creados para la enseñanza del inglés o francés porque se refieren a contextos urbanos y plantean situaciones que se desarrollan en restaurantes, aeropuertos o en la calle, y los niños indígenas cuentan con otras referencias en su vida cotidiana.
“Se tiene que hacer mucho trabajo de campo, buscar hablantes de cada zona, expertos para buscar lo relevante de cada cultura, por ejemplo, para los purépechas el universo de la cocina y la familia es esencial para los niños por ser un lugar de reunión, y en el caso de los mazahuas su objeto de conocimiento son los hongos”, explicó.
Al tomar en cuenta los rasgos característicos de cada comunidad, finalizó, es posible generar programas educativos significativos, en los que participen diseñadores, comunicadores y musicalizadores para darles a las lenguas indígenas su estatus como lengua viva y dejar de manejarlas como obsoletas.