El 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, ante los problemas ambientales que enfrenta la humanidad, como la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación, se deben implementar acciones globales urgentes, sin embargo, explica, las cuales repercutirían en la actividad económica global, como dejar de usar petróleo, aseguró Ricardo Barragán Manzo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Barragán Manzo, secretario Académico del Instituto de Geología reconoce que el verdadero desafío radica en la sensibilización y educación, así como en la generación y desarrollo de programas de remediación impulsados por países económicamente fuertes, que atenúen el acelerado deterioro ambiental que registra el planeta, en particular durante el último siglo.
Explicó que el deterioro acelerado de nuestro entorno es inducido a partir de la Revolución Industrial.
“Lo que de manera natural debió ocurrir en dos o tres millones de años, se dio en sólo 100 años. Ése es el gran peligro, estamos acelerando esos procesos”.
Finalmente, puntualizó que lo mejor que se puede hacer, es regular el impacto a futuro mediante la adopción de métodos de producción más amigables con el medio ambiente, como la adopción de energías renovables. Asimismo, generar acciones para reducir el ritmo del crecimiento poblacional y establecer programas de desarrollo urbano que impidan la destrucción de hábitats naturales.
Antropoceno: nueva era geológica
Por su parte, César Augusto Domínguez, director del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, indicó que se ha propuesto que esta era se conozca como el Antropoceno, por el significativo impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas.
“En el terreno de la ecología, las consecuencias del desarrollo basado en la economía han provocado un aumento sin precedente en las tasas de extinción de especies. En los últimos 100 años se han registrado en órdenes de magnitud más grandes de los que habían ocurrido en toda la historia”
Durante su participación en el Décimo Congreso Internacional de Arquitectura con Alta Tecnología Bioclimática y Diseño Sustentable. Sustentabilidad de escala, organizado por la Facultad de Arquitectura, Domínguez señaló que para 2050 la población mundial será de nueve mil millones.
“Tenemos un incremento desmedido que a nadie beneficia, lo que genera una enorme desigualdad social y una explotación irracional de los recursos naturales”, dijo.
Finalmente, consideró necesario fortalecer la investigación científica y la capacitación de recursos humanos, desarrollar alternativas para la producción de alimentos y energía, identificar sitios prioritarios para el mantenimiento de bienes y servicios ambientales, la conservación de ecosistemas y la biodiversidad, la planeación territorial para la ubicación de actividades productivas y asentamientos humanos.