Académicos e investigadores, de todo el mundo, han propuesto, desde hace varios años replantear el papel de las y los profesores en la educación, pues la tecnología ha traído cambios sustanciales a nuestra vida diaria, mas no a la escuela. Para entender este debate Educación Futura platicó con tres especialistas.
Escuela del siglo XIX
José Antonio Pérez Islas, especialista en políticas de juventud, actualmente coordinador del Seminario de Investigación en Juventud (SIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica la situación “esos niños que creen que el internet está en el aire, no va a llegar a la escuela, como lo hicimos nosotros, no va a escribir igual, necesita relacionarse de otro modo y eso la escuela no lo ha entendido, que tiene otros sujetos distintos, que han crecido en otro contexto”.
“Tenemos una escuela del siglo XIX, el salón de clases no ha cambiado, yo siempre digo que si trajéramos un médico de ese siglo al quirófano del siglo XXI no sabría ni donde está, pero si trajéramos a un profesor y lo ponemos en un salón de clases actual, en el momento sabría en donde se encuentra”.
Sobre la disociación entre la realidad y la escuela, Pérez Islas opina: “definitivamente la hay, las instituciones caminan más lento que la realidad, más los monstruos de instituciones como la escuela, mover a ese elefante es complicadísimo, además en las condiciones que tenemos a los profesores, mal pagados, mal atendidos, pero dejados durante mucho tiempo”..
Y se pregunta:
¿Cómo queremos actualizar al profesor? Si es un profesor que durante 15 años ha estado dando la misma materia, de la misma forma ¿Cómo queremos que con un curso o dos cambie su manera de pensar? Hay que regresarlo a la escuela, para que entienda como son las nuevas relaciones sociales.
Por los cambios que hay en la vida moderna, las y los jóvenes deben tener otras habilidades “la escuela que, supuestamente, los debería preparar, para esa vida debe de cambiar, porque la vida se le ha movido, no centímetros, sino metros, esa escuela pensada en el siglo pasado, ya no funciona”, concluye Pérez Islas.
Un nuevo modelo escolar
El viejo modelo escolar en el que los alumnos acuden a un centro a recibir información de un maestro ha quedado rebasado y debe ser sustituido por uno más reflexivo y que pondere la participación de los alumnos, asegura la experta en educación y autora de múltiples libros Cathy Davidson. La especialista destaca la contradicción de que a pesar de los cambios que ha experimentado el mundo en los últimos años, los salones de clase y la manera de educar no han cambiado.
Para la especialista en educación, el mundo cambió el 22 de abril de 1993, fecha en que los científicos abrieron al público el primer buscador de internet, a partir de ese momento existe la posibilidad de comunicarnos con cualquier parte del mundo, en un instante, de conocer otras realidades, de acceder a una gran cantidad de información. Ante esta posibilidad, Davidson se preguntó “¿cómo estamos educando a los niños, cómo los estamos preparando para este mundo tan creativo, pero tan riesgoso?”
Judith Kalman y la reorganización de la escuela
Judith Kalman, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados explica que la enseñanza ya no puede basarse en impartir conocimientos y después evaluar con ejercicios acotados de respuestas únicas, sino que se debe profundizar en una temática, pensar en otro tipo de proyectos y dar al estudiante la oportunidad de hacer, rehacer y ampliar el conocimiento: incluso revisitarlo.
Por lo cual, la escuela debe abandonar la práctica educativa vertical, en la que se pide al alumno reproducir los conocimientos en lugar de analizarlos, pues la comprensión, señala Kalman, empieza cuando se exploran las posibilidades de ese contenido. “Cuando uno lee es importante saber qué dice el texto. Además de saber qué dice el autor, ¿qué pienso yo de lo que dice? ¿Cómo lo relaciono con lo que yo sé, con lo que yo he vivido, con otras cosas que he leído? ¿A qué tipo de acciones me invita?”, cuestionó.
“Reorganizar significa repensar la relación con el conocimiento, sabiendo que el conocimiento no es una entidad o un artefacto terminado sino algo que se construye, y para un profesor significa pensar qué deben reflexionar los alumnos para construir ese conocimiento”.
Noticias relacionadas:
Día del Maestro/¡Suerte, mi profe! Al maestro ¿con cariño?